Sarcire fusiona videopoema y videodanza. Desde este cruce de lenguajes indaga en la subjetividad de una mujer puérpera. En el transcurrir de una noche de insomnio se despiertan los fantasmas de alguien que ya no se halla en su propio cuerpo.
Sarcire es una pieza que rompe con la mirada romantizada de una madre en período de lactancia. Además, revela en clave poética las oscuridades que afloran en su universo interior.
"Una nueva manera de asumir la palabra, la maternidad y el deseo en la mujer", dicen sus organizadores. El lanzamiento será mañana sábado 20 de agosto en el Auditorio de Fundación PROA (Av. Don Pedro de Mendoza 1929, CABA). Habrá proyecciones a las 16 y 18 horas. A las 17, Flavia Costa estará a cargo de una mesa de debate afín.
A partir del texto poético de la escritora argentina Ankoku Hikari, Magy Ganiko -desde la dirección coreográfica- y Soledad Chertin -como intérprete-, exploran el cuerpo de la mujer en uno de sus períodos más extraños, para componer el personaje de una mujer en la etapa del puerperio.
Esa mujer que no duerme debido a la intermitencia del sueño de su cría, experimenta el tiempo íntimo que posibilita la oscuridad de la noche. Se interroga sobre su cuerpo, dónde queda ella en el entramado de demandas que configura la maternidad.
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Claudia Averbuj, por su parte, dirige este videopoema asumiendo el desafío de entretejer palabra, danza, espacios y texturas, al servicio de la construcción de una poética audiovisual, para abordar este tema tan poco transitado en el arte. Presenta así un nuevo acercamiento posible a la subjetividad de la maternidad y el deseo en la mujer.
La palabra “sarcire” en su origen remite a remendar, zurcir, reparar un daño. En una casa en ruinas, de paredes descascaradas, la película pone de relieve el lugar de la herida en el puerperio, como aquel tiempo en que el cuerpo de la mujer, atravesado por la maternidad, pide un cambio de piel.
“Soy la que no se sabe curar”, dice Sarcire. La voz, el pensamiento y el movimiento de un cuerpo que puja entre la contradicción de perderse y devenir otra, crean un lenguaje altamente poético que habla de la soledad, del miedo y del deseo de una mujer que atraviesa el riesgo de no volverse a encontrar.