Por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada 19 de Octubre se conmemora el Día internacional de lucha contra el cáncer de mama. El fin de esta fecha es crear conciencia y promover los accesos a controles, diagnósticos y tratamientos efectivos y tempranos. Tal objetivo impulsó al Proyecto Indelebles a crear una muestra fotográfica teniendo como protagonistas a mujeres sobrevivientes de cáncer de mama, quienes reconstruyeron sus areolas mamarias a través de un tatuaje.
Alejo Tarrío, a cargo de la investigación y de los textos, y Gonzalo Gerardin, encargado de la fotografía, son los creadores de este proyecto que nació en 2015: inspirados por el trabajo del dueño de Mandinga Tattoo, Diego Starópoli, quien realiza tatuajes que finalizan el proceso de reconstrucción de areolas mamarias de manera gratuita, decidieron contar la historia de algunas mujeres que superaron el cáncer de mamas.
“Nos pareció una oportunidad para, a través de retratos fotográficos, contar las historias de estas mujeres, pero queríamos hacerla con ellas como protagonistas activas, no sólo como modelos que están a merced de la visión de alguien ajeno a sus vidas”, comenta Gonzalo, en una entrevista con este medio.
La importancia de difundir la acción solidaria de Mandinga y promover la concientización acerca de los cuidados y tratamiento del cáncer de mama son los pilares fundamentales de este proyecto. Lo que nació como una idea artística, poco a poco se fue convirtiendo en el vehículo ideal para comunicar las experiencias de estas mujeres. Esto servía, además, para difundir al tatuaje como instancia de completamiento del proceso de reconstrucción, demostrando que es una manera de volver a decidir sobre sus cuerpos y despojar prejuicios relacionados con el mundo del tattoo.
“Al igual que un tatuaje, la historia de cada persona no se puede borrar. En el caso de estas mujeres, no sólo llevan un tatuaje para siempre y una historia que las tuvo cerca de la muerte y hoy es pura vida. A partir de la recuperación, por medio del tatuaje y en cierta forma a través de las fotos, sentimos que ellas tampoco se pueden borrar de este mundo. Siguen firmes acá. Por eso son Indelebles”, afirma Alejo.
Gladys Leonor Herrera es una de las protagonistas de la muestra. Fue diagnosticada en 2016 a sus 40 años y, a pesar de que su tratamiento resultó exitoso, algo faltaba: “Mi cuerpo ya no era el mismo, mi teta ya no estaba. La reconstrucción fue un éxito, pero no incluía la areola y pezón y el espejo me mostraba una imagen que me hacía llorar. Mi fuerza y mi luz se apagaban cuando no me encontraba. No es algo estético, es algo más… algo profundo. Porque en el proceso de curarte y superarte dejas literalmente parte de tu ser y, como todo proceso, une deja atrás muchas cosas pero acá la llevas a cuestas”, reflexiona Gladys en diálogo con Feminacida.
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Según datos de la OMS, el cáncer de mama representa el 16 por ciento de todos los cánceres en personas con vulva y desde hace años, parece ir en crecimiento en cuanto a estadísticas. Se estima que 1 de cada 8 mujeres tendrá cáncer de mama a lo largo de su vida. Indelebles es una excusa para que con una fotografía se siga visibilizando el cáncer de mama y sus problemáticas, perderle un poco el respeto, romper con preconceptos y, en definitiva, preservar y mejorar la calidad de vida de las personas que lleguen a padecer la enfermedad.
Existen puntos en común con las mujeres fotografiadas que las hacen parecidas, pero también experiencias personales que las diferencian. Quizás les tocó lidiar con la enfermedad en distintas etapas de su vida: algunas postergan carreras profesionales, a otras les afecta en temas afectivos o familiares. Y si bien las vivencias muchas veces son parecidas, también el tratamiento y la superación del cáncer se viven de acuerdo a la personalidad de cada una. “Más allá de los diferentes perfiles y niveles de expectativas en cuanto a los resultados, todas coinciden en que el momento de ver el tatuaje realizado les cambia la vida. Se vuelven a mirar al espejo, cambian la postura corporal, recuperan el pudor o la confianza en la intimidad”, asegura Alejo.
Actualmente, tienen unas 20 obras y creen que el proyecto finalizado contará con unas 24 participantes, además de fotos de backstage y algunas complementarias.
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En medio de este proceso, Gladys encontró el Club de las tetas felices y se enteró del trabajo de Diego Staropoli en Mandinga Tattoo. Fue entonces que, con más coraje que confianza, subió al local por una larga escalera y, aunque casi a la mitad pega la vuelta, llegó hasta la puerta. Con su tatuaje, Diego cambió algo interno para siempre en ella: “A través de ese tatuaje volví a creer en mí, me potencio mi ser, a tener confianza en mí misma. Volví a desnudarme frente a mi compañero y disfrutar del sexo sin vergüenza y sin remeras para ocultarme”, comenta. Tal fue la alegría que cuando llegó la propuesta de Gonzalo y Alejo para participar del Proyecto Indelebles, lo vio como un un mensaje esperanzador a transmitir para todas las personas que transitan por la enfermedad.
El Club de las tetas felices y el Proyecto Indelebles tiene un poder de sanación tan efectivo gracias a la comunidad que supieron crear. “No se sale de nada solas ni solos, eso lo aprendí durante esta experiencia de vida. Somos red de amor y contención, donde encontré unas hermanas de fierro. Aún hoy estamos en contacto, unidas por el proyecto, pero también por hermandad disfrutando los logros y pasos de cada una, y también en el abrazo del alma a las hermanas que ya no están entre nosotres, pero que sus sonrisas indelebles nos guían, siguen siendo parte de esos lazos rosas”, agrega Gladys.
En 2019, la Legislatura porteña premió al Proyecto Indelebles como de Interés Cultural y Social de la Ciudad. También se exhibió en La Noche de los Museos del mismo año (en el local de Mandinga), en la edición 2020 del Tattoo Show de Buenos Aires (la convención de tattoos más grande del país) en La Rural y en distintas comunas de la Ciudad de Buenos Aires. Actualmente, la muestra se puede visitar en el sitio web de Indelebles.
El 85 por ciento de los tumores puede ser detectado por medio de una mamografía anual y el 95 por ciento de los casos tiene un buen pronóstico con un diagnóstico temprano. Es por esto que, hoy más que nunca, se debe hacer especial hincapié en la gran importancia que tienen dichas revisiones para prevenir esta y otras patologías. Gracias al trabajo del Proyecto Indelebles y de Mandinga Tattoo, estas mujeres se han vuelto una verdadera insignia de la vida, una oda a la supervivencia.