“La historia de Julia, la niña que tenía sombre de niño” escrita por Christian Bruel e ilustrada por Anne Bozellec, busca, a través del relato, visibilizar la transexualidad en la niñez, propiciar el desarrollo de infancias libres de estereotipos y lograr que los géneros sean vividos con mayor libertad y menos presiones.
Los papás de Julia la retan porque “parece un muchachito” y no se comporta como una nena debería hacerlo: no se arregla, dice malas palabras y actúa como una “bruta”. A Julia no le gusta peinarse ni jugar a las mismas cosas que juegan otras nenas. Y un día descubre que su sombra se parece a la de un nene, se asusta y empieza a buscar lugares para hacerla desaparecer. No sólo que no sucede sino que conoce a un nene que es lo contrario a ella: su mamá y su papá le dicen que se la pasa haciendo cosas de nena. El atardecer los sorprende hablando hasta que llegan a una conclusión. “No tenemos derecho a hacer cosas distintas. Y a los niñoniñas nadie sabe en qué frasco meterlos. Yo creo que si uno quiere, se puede ser niño y niña a la vez. ¡Al diablo con las etiquetas!”, se dicen.
El libro se publicó por primera vez en Francia, en 1976, y se agotó al poco tiempo. Fue reeditado en 1980 en España, pero no en su versión original debido a que algunas páginas fueron censuradas. Una vez más, el mundo hegemónico de los adultos aplicaba la doble moral en la literatura infantil. Sin embargo, desde 1997 se puede acceder a la historia original no sólo en formato papel, sino en versiones animadas disponibles en Youtube.
Editado en Argentina por Calibroscopio, “La historia de Julia” es un libro que incluye y abraza. No sólo es una herramienta imprescindible para hablar con chicas y chicos sobre la diversidad sexual sino que además, por la disposición de los textos y los dibujos, se concibe como una opción original para repensar las formas de contar cuentos para las nuevas generaciones.
Los estereotipos heteronormativos son una de las tantas formas en que la violencia machista opera durante la niñez y este libro se encarga de despedirlos. Se trata entonces de concebir nuevas infancias, de pensar a las chicas y a los chicos como sujetos políticos que además de derechos, tienen necesidades y deseos diversos. Julia también cree que las infancias serán libres o no serán.