El pasado 9 de junio tras muchos meses de lucha y militancia por la diversidad corporal se reglamentó la Ley 27.521 de Sistema Único Normalizador de Talles Nacional de Indumentaria (SUNITI). Si bien es un gran un avance hacia la igualdad y el camino es acabar con la vulneración de derechos sobre nuestros cuerpos, todavía queda mucho por hacer y surgen preguntas: ¿Qué sucederá de ahora en adelante? ¿Qué desafíos hay a futuro? ¿Qué otros cambios estructurales deben realizarse en pos de la igualdad y la libertad de los cuerpos?
A más de un año y medio de su sanción, Argentina reglamentó la Ley de Talles, mediante el Decreto 375/2021, a partir de la cual se establece un sistema único normalizado de identificación de talles de indumentaria en todo el país en los ámbitos de fabricación, confección, importación y comercialización, tanto presencial como digital. El trabajo está a cargo del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), quienes realizaran un estudio antropométrico que se basa en un scanner corporal, el cual tomará muestras de más de 15 mil personas de distintos focos y regiones importantes del país. Con esa información se creará una tabla de talles que estará unificada en todo el mapa.
“Vamos a tener que seguir teniendo paciencia porque lo que se hizo con la reglamentación es iniciar un proceso que estábamos esperando hace mucho. Lo bueno es que a partir de esto no solamente se van a adaptar a nuestros cuerpos, si no que por ejemplo, el talle 40 va a ser igual en Buenos Aires que en cualquier parte, así como lo es con el calzado”, expresa en diálogo con Feminacida Brenda Mato, impulsora de la Ley SUNITI y activista por la diversidad corporal.
Una encuesta realizada en 2018 por la ONG AnyBody, reveló que el 70 por ciento de lxs argentinxs tiene dificultad para encontrar ropa de su talle, de este porcentaje, el 95,10 por ciento usa ropa de mujer y el 4,90 por ciento usa ropa de hombre, encontrando una dificultad que se presenta principalmente en jeans o pantalones (63,51 por ciento). Además, el 79 por ciento de lxs encuestadxs expresó que encuentran la ropa que desean en talle único siempre (el 36,68 por ciento) y frecuentemente (el 42,56 por ciento).
“Me parece importante aclarar que no necesariamente esta Ley está ligada con los cuerpos gordos, no es para ampliar la tabla de talles grandes, sino que es una Ley que va a atravesar a todos los cuerpos, porque el estudio se va a hacer de todos independientemente de sus medidas. Viene a revolucionar totalmente la industria y a entender un poco mejor la diversidad corporal que tenemos”, subraya Brenda.
Por su parte, Marcela Passo, exdiputada del Frente Renovador, que presidió la comisión de Defensa del Consumidor y es autora de uno de los proyectos de Ley, sostiene: “Tenemos que ir hacia un cambio cultural en la Argentina, en donde determinadas cuestiones que están estereotipadas dejen de estarlo y comencemos a transitar un camino de mayor razonabilidad, de sentido común, que tiene que ver con algo tan obvio como lo es que cada cual pueda vestirse como quiera y no como pueda según lo que encuentre”.
Y agrega: “Lamentablemente todo el comercio de indumentaria está atravesado por influencias culturales que nos obligan a pensar que los cuerpos deberían ser de determinada manera y de esa forma excluye a un montón de gente —de la cual me incluyo—, que no podemos encontrar en muchas ocasiones talles para nuestros cuerpos".
En relación con la información hacia lxs consumidorxs, a partir de ahora se establecerá que lxs vendedorxs de indumentaria deberán tener y mostrar de forma clara la tabla de medidas corporales normalizadas establecida por el SUNITI, tanto en sus establecimientos comerciales físicos, como a la distancia por medios virtuales.
En consonancia con esto, Marcela Passo, dice: “Realmente el sistema comercial tiene que detectar que hay una demanda que esta insatisfecha y dejar de lado los estereotipos, para que de esta manera se vuelva natural el hecho de poder comprar lo que nos guste. Creo que un incentivo que se le puede dar a estas medidas es el hecho de visibilizar la gran cantidad de casas de ropa que hoy por hoy están apostando a incluir y a tener talles para todos y todas”.
Si bien la Ley es una puerta de entrada a la reflexión y al cuestionamiento de problemáticas sociales que atraviesan a la gran mayoría de la población Argentina, aún falta. Queda un largo camino por recorrer de la mano de la Educación Sexual Integral que será la herramienta principal para poder terminar con la discriminación de los cuerpos.
En ese sentido, Brenda sostiene: “Es un trabajo difícil de conseguir, pero es muy importante que se enseñe que las diferencias son maravillosas, que existen cuerpos que son más grandes que otros y no tienen nada de malo y que en todo caso tampoco tenemos porque señalarlos, perseguirlos y discriminarlos. La base de todo esto es la educación, el acompañamiento y seguir cuestionándonos aquellas cosas que nos dijeron que eran de una manera, y pueden ser de otra”.
“Los cambios estructurales que tienen que haber tienen que ver con lo cultural se van a materializar el día que deje de ser normal pasar por una tienda de ropa y encontrarnos con que los talles son todos chicos o que los maniquíes representan un cuerpo que es exclusivo de un cierto sector de la sociedad y que además no es la mayoría. Y cuando podamos encontrar cualquier prenda para cualquier tipo de talle. Hacia eso vamos”, finaliza Passo.
Imagen de portada: Télam