"Ante el terrorismo patriarcal y neoliberal, acá estamos como siempre, de pie. A la violencia criminal, misógina y transodiante le respondemos con más resistencia y organización. Poder que seguimos construyendo entre nosotras y en las calles, las asambleas, los encuentros y en nuestra vida diaria". Así comenzaron el comunicado de prensa las mujeres de la Mesa Ni Una Menos de Santa Fe. Fue el 18 de febrero en la explanada de la Municipalidad local. Allí, las santafesinas decidieron instalar un carpa, dando comienzo al acampe que finalizará hoy. La actividad es el comienzo de un plan de lucha, rumbo al Paro Internacional de Mujeres, lesbianas, travestis y trans del 8 de marzo. Feminacida se acercó a la carpa feminista en su tercer día.
Los femicidios ocurridos en lo que va del año movilizaron a las compañeras. Las santafesinas sintieron que salir a las calles ante cada asesinato no era suficiente. Entonces, en asamblea acordaron establecerse con una carpa enfrente del municipio para visibilizar la lucha. También para exigir la aprobación de las leyes provinciales de Educación Sexual Integral y Paridad de Género, que están frenadas en la Cámara de Diputados.
El Municipio de la provincia aún no efectivizó la ordenanza de Cupo Laboral Trans. Tampoco cuenta con normativas que eviten el comportamiento expulsivo y discriminatorio de las identidades disidentes de locales de recreación. En cuanto a la Interrupción Legal del Embarazo (ILE), se pidió el desplazamiento de Samuel Seireff, jefe de Ginecología del Hospital Iturraspe, y de Juan Pablo Poletti, director del Hospital Cullen. Ambos son conocidos por ser objetores de conciencia y por sus prácticas violentas con las mujeres que solicitan abortos no punibles, contemplados en la legislación de 1921. Discapacidad, deporte, políticas de ajuste, sindicalismo fueron otros de los tópicos que se discutieron en el acampe.
Ante la violencia, más organización
Las mujeres se organizaron en comisiones para que no faltara nada: comida, sonido, limpieza y seguridad. Todo funcionó de manera fluida y las actividades se desarrollaron con gran convocatoria. Durante el miércoles, las activistas Marta Dillon y Alma Fernández visitaron la carpa. Ambas se llevaron aplausos y abrazos sororos, además de la atención respetuosa de las espectadoras.
A la tarde fue el turno de Claudia Korol, escritora y educadora popular que llegó a presentar su libro “Las revoluciones de Berta”. “Las defensoras de los cuerpos y los territorios en todo el continente están siendo amenazadas y a Berta Cáceres la asesinaron por ser ese motivo”, aseguró la expositora. De esta forma, hizo un llamado a las mujeres para que estén atentas ante esta situación. Cuando finalizó la exposición, Claudia agradeció la convocatoria y cerró emocionada: “Qué bueno que Berta siga estando en los espacios feministas y hoy con nosotras”.
“Acampamos porque estamos hartas de leernos muertas”, dice una de las paredes intervenidas por un grupo de artistas. Las mujeres pegan el cartel rápidamente con engrudo y usan sus manos. En ese momento, alguien las increpa al pasar: “¿Por qué no van a hacer algo más productivo?”. Entre risas e incomodidad se pasa el mal momento. Sin embargo, ellas saben muy bien lo importante que es visibilizar la problemática. Sobre todo, son concientes de la lucha feminista como una acción que empodera y multiplica.
En Santa Fe se hizo de noche y llegó la hora de cenar. Las viandas ya estaban listas. Las mujeres que se quedaban a la noche armaron un grupo de seguridad para cuidarse entre sí. En un momento llegó un auto. Era Sara Hebe que pasó a brindar su apoyo al acampe. Luego de abrazar a todas las que se acercaron, la cantante dio un show sorpresa para las presentes.
Hoy la última jornada será coronada con una peña. Mientras, las compañeras bailan al ritmo de la música y así viven parte de la historia feminista que nos hará más libres a todas.
Foto de portada: Gabriela Carvalho
Fotos interior: Daniela Deicas