Enamorarse es hablar corto y enredado tiene la potencia de lo simple. Leandro Airaldo, su autor y director, se luce con inteligencia y sensibilidad. La obra rebalsa de sutileza y buenas decisiones, el texto es impecable y la dirección de la obra es tan clara que genera un lenguaje propio en sesenta minutos. Con el humor como puente entre la ciudad y el campo, Leandro escribió un encuentro novedoso de amor heterosexual, todo un desafío en los tiempos que corren.
La obra habla del encuentro entre Ana, una mujer de ciudad, y Pedro, un hombre de campo. Como testigos un banco de plaza, un árbol que conoce los misterios, el libro de Ana y el mate de Pedro. Entre tropiezos que ayudan a avanzar, la obra es esa instancia de conocerse con otra persona donde la otredad es una pregunta oceánica, apasionante.
La puesta es profunda y hermosa. Cuanto mundo se puede construir con lo justo y necesario. El guión es tan potente que mantiene atentes a sus espectadores de comienzo a fin. La obra tiene cuerpo presente y una danza de palabras que te saca flotando del teatro.
La escenografía de Miguel Nigro permite ver a los personajes de manera completa, verles la espalda, la nuca, la sombra. El juego entre la escenografía, el paisaje sonoro, el texto y la actuación son de una armonía que se impregna en el cuerpo del espectador.
La actuación de Sol Rodríguez Seoane tiene los matices necesarios para ablandar al público. La dulzura y la explosión de vitalidad hecha carcajada es una marca personal de Ana, la joven de ciudad. A su lado está Emiliano Diaz, encarnando a Pedro, este hombre de campo con cuerpo animal. La mirada brillante y los arrebatos campechanos de este personaje están sostenidos de manera orgánica. La combinación de les intérpretes no solo es lúdica, sino también dulce y apasionada. Salen del estereotipo heterosexual donde el hombre conquista a la mujer como un territorio a ganar: en la obra es Ana quien avanza.
Atravesada por nuestra cultura, por la muerte, los pájaros, las infancias, las coincidencias y las confusiones, Enamorarse es hablar corto y enredado viene a recordarnos que no hay un modo de acercarse, no hay reglas para arrimarse. ¿Será posible detener a las mariposas de campo?
"Todo se muere, hasta la pena"
Enamorarse es hablar corto y enredado
Las funciones de Enamorarse es hablar corto y enredado son los sábados 22:30 hs en El Camarín de las Musas (Mario Bravo 960, CABA). Las entradas se pueden adquirir haciendo click acá.
Ficha artístico técnica
Dramaturgia: Leandro Airaldo
Actúan: Emiliano Diaz, Sol Rodríguez Seoane
Vestuario: Alicia Macchi
Escenografía: Miguel Nigro
Iluminación: Luciana Giacobbe
Realización de escenografia: Manuel Escudero
Música: Silvia Vives
Sonido: Silvia Vives
Diseño: Nadia Estebanez, Veronica Lopez
Asistencia de dirección: Nadia Estebanez
Producción: Nadia Estebanez
Dirección: Leandro Airaldo