La Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de Violencia de Género (CONSAVIG) dio a conocer ayer los datos actualizados del último relevamiento de violencia obstétrica (2022) a partir de las denuncias recibidas a través en este ente. El informe demuestra que a la hora de ingresar a una institución a parir las mujeres y los cuerpos gestantes siguen sin recibir el respeto correspondiente y la violencia psicológica es una práctica constante.
De enero a diciembre del año pasado la CONSAVIG cotejó un total de 33 denuncias por violencia obstétrica. El 64% de estas apuntan contra instituciones del ámbito privado por trato deshumanizado, falta de Información en las prácticas realizadas, medicalización excesiva, patologización, no respeto de la decisión de la mujer, la negación de un acompañante durante el parto, la imposibilidad del contacto con el hije y la práctica de cesáreas consideradas innecesarias. El 36% apunta contra el ámbito público por las mismas razones.
La ley de Protección Integral para prevenir y sancionar la violencia contra las mujeres (Ley Nacional N° 26.485) estableció la violencia obstétrica como un tipo de violencia institucional y la definió como “aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales”.
Si bien resulta complejo generalizar datos en un número pequeño de denuncias, es relevante evidenciar que la violencia obstétrica es una práctica que se encuentra sumamente invisibilizada: quienes la sufren muchas veces no pueden ni saben cómo reconocerla porque suelen contemplar violencias tan sutiles que pasan desapercibidas por estar naturalizadas.
Es decir, que en esta problemática se entraman dos violencias: la institucional y la de género. Por una lado, la práctica médica estructurada a partir de jerarquías y relaciones de poder asimétricas considerando a la mujer como un cuerpo pasivo a la hora de partir. Y, por otro lado, un problema aún mayor que es la estructura de vulneración de derechos a las que están expuestas socialmente las mujeres y personas gestantes.
En esa línea, según un análisis del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad publicado en 2022, en las denuncias recibidas en la línea 144 entre el 2015 y el 2021 se identificó que “el principal tipo de violencia que se ejerce en la modalidad de violencia obstétrica es la psicológica (79%). En casi la mitad de las comunicaciones se identifica violencia simbólica, mientras que la violencia física alcanza un 40%. El 14,7% de las personas que se contactaron informaron violencia sexual.
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Datos que no revelan las complejidades de esta problemática
La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica la violencia obstétrica en cinco tipos: intervenciones y medicalización innecesarias y de rutina (sobre la madre o el/la bebé); maltrato, humillaciones y agresión verbal o física; falta de insumos, instalaciones inadecuadas; ejercicios de residentes y practicantes sin la autorización de la madre con información completa, verdadera y suficiente; y discriminación por razones culturales, económicas, religiosas, étnicas. Además alerta sobre el control de las tasas de cesáreas excesivas, una práctica que sólo está justificada cuando se trata de prevenir la morbimortalidad materna y perinatal; las episiotomías, un corte en la piel y los músculos entre la abertura vaginal y el ano —casi 2 de cada 3 mujeres la reciben en su primer parto—.
Dentro del número de reclamos administrativos recibidos por la CONSAVIG, Buenos Aires es la provincia donde se encontraron más casos. En este sentido, el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires en el 2022 también publicó un relevamiento de casos denunciados desde el 2016 al 2020, a partir de la recopilación de expedientes de distintas instituciones a nivel nacional (entre ellas, la Defensoría del Pueblo de Nación y Provincia, la línea 144, etc). En este informe, si bien resaltan el complejo escenario para determinar conclusiones “debido a la ausencia de datos formales y sistematizados en lo que respecta a la temática”, la reconstrucción de expedientes permite confirmar en años anteriores la línea trazada por los datos actualizados de la Comisión Nacional.
A su vez, el relevamiento del Ministerio bonaerense agrega casos en donde la violencia obstétrica se expresa en su mayor crueldad dando como resultado denuncias por recién nacidos/as fallecidos durante el parto o en la inmediatez del mismo, fallecimiento de la mujer gestante como consecuencia de las prácticas realizadas y diferentes secuelas físicas permanentes a partir de las prácticas realizadas tanto en madres como en niñes.
Aún así entienden que “la violencia obstétrica es un problema de salud pública que vulnera los derechos humanos de las mujeres y los/as recién nacidos/as y que ha logrado visibilizarse como tal en los últimos diez años. Comenzando por un lado un proceso de desnaturalización de las prácticas obstétricas que hasta hace poco tiempo gozaban de incuestionabilidad en el ámbito de la atención de la salud, y por otro, un proceso de definición del parto humanizado como un derecho humano”.
Ahora bien, aunque es real que existe un avance concreto en la Argentina en la tipificación y en el tratamiento de esta violencia, el conocimiento, la información y la formación para evitarla no puede quedar librado al interés del cuerpo médico o de las instituciones de salud. A la vez implica una restructuración mucho más profunda que no puede pensarse de manera punitiva únicamente. El problema tiene raíces también en la manera en que les estudiantes de Medicina se forman en sus carreras, las herramientas con las que cuentan y, sin duda, a la precarización laboral que se enfrentan a la hora de ejercer.
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Cómo y dónde denunciamos
Es importante aclarar que además de la Ley de Protección Integral antes mencionada, la denuncia de esta modalidad de violencia también se encuentra amparada por la Ley Nacional N° 25.929 de Protección del Embarazo y del Recién Nacido —más conocida como "ley de parto respetado"— y la Ley de Derechos de los Pacientes (N° 26.529). Por otro lado, no hay obligación de denunciar, es una decisión personal, pero deja un registro de lo ocurrido. En caso de tomar la decisión de hacerlo, el primer paso es escribir todo lo ocurrido de la forma más clara y concreta posible y enviarlo por mail.
La violencia obstétrica puede denunciarse de forma administrativa, no judicial, en la Defensoría del Pueblo de la Nación enviando una denuncia a partorespetado@defensor.gov.ar poniendo en el asunto del correo Denuncia de violencia obstétrica en (nombre de la localidad e institución). Escribí tu denuncia debajo de este texto: DEFENSORÍA DEL PUEBLO DE LA NACIÓN. Suipacha 365. C1008AAG - Ciudad Autónoma de Buenos Aires Argentina.
Ministerios de Salud competentes (Nación, Ciudad o Provincia). Enviá la denuncia a mesadeentradas@msal.gov.ar poniendo en el asunto del correo Denuncia de violencia obstétrica en (nombre de la localidad e institución). Escribí tu denuncia debajo de este texto: MINISTERIO DE SALUD DE LA NACIÓN ARGENTINA. At. Dirección de Salud Perinatal y niñez. Dra. Juliana Filkenstein. Presente
En la Superintendencia de Servicios de Salud (solamente para casos de atención por obra social o empresas de medicina prepaga). Enviá la denuncia a defensor@sssalud.gob.ar poniendo en el asunto del correo Denuncia de violencia obstétrica en (nombre de la localidad e institución, obra social o prepaga). Escribí tu denuncia debajo de este texto: SUPERINTENDENCIA DE SERVICIOS DE SALUD. At. Defensoría del usuario de servicios de salud. Defensor Maximiliano Ferreira. Presente
Defensa al consumidor (solamente para casos de atención por obra social o empresas de medicina prepaga). Enviá la denuncia a consultas@consumidor.gob.ar poniendo en el asunto del correo Denuncia de violencia obstétrica en (nombre de la localidad e institución, obra social o prepaga). Escribí tu denuncia debajo de este texto: Ministerio de Desarrollo Productivo. Defensa de las y los consumidores. Av. Julio A. Roca 651 - Piso 4º - Sector 401 - Caba. Presente