A pesar de su juventud, Victoria Freire es una militante feminista de larga data. Desde hace varios años coordina el Observatorio de Géneros y Políticas Públicas, que ha impulsado distintas investigaciones y debates poniendo foco sobre la situación de mujeres y disidencias en los barrios populares. También es parte, como referenta de la agrupación “Mala Junta”, de la ola feminista que permitió la obtención de derechos fundamentales como la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Por ello no sorprendió su inclusión en la lista de legisladores de Unión por la Ciudad -la filial porteña de UxP-, donde quedó ubicada en un expectante sexto lugar.
Vicky Freire dialogó con El Grito del Sur y Feminacida sobre la campaña electoral en la Ciudad: de Grabois a Santoro, pasando por sus preocupaciones y cómo se ve en una Legislatura que desde hace años “funciona como una escribanía del PRO”. “Necesitamos que los procesos de movilización y organización popular desborden a la propia Legislatura”, señala.
El Frente Patria Grande intentó forzar una interna en la Ciudad con la precandidatura de Pedro Rosemblat, quien finalmente se bajó a último momento. ¿Se trató de una estrategia para negociar en las listas o qué se pretendía con la postulación del periodista?
Lo que estuvimos trabajando hasta el cierre de listas fue una propuesta que permita revitalizar la estrategia política en la Ciudad de Buenos Aires y conectar con una enorme militancia popular, que existe en esta ciudad y que es la que efectivamente se acercó a discutir a la gira de Básicas que realizamos junto con Ofelia Fernández y Pedro Rosemblat en todas las comunas. No presentamos finalmente la lista para favorecer una estrategia nacional, respondiendo un pedido de que bajemos esa lista que coincidía con la postulación de Juan Grabois en la interna nacional. También comprendiendo que estamos en un contexto bisagra, donde se va a definir el futuro de los próximos años de nuestro país. Para nosotres, la interna en la Ciudad de Buenos Aires tuvo otro otro valor y otra importancia: estaba subordinada a esa estrategia nacional que estábamos construyendo. En esas horas del cierre logramos esos avales y hacer posible la candidatura de Juan en un plazo de tiempo récord. Tanto en la provincia de Buenos Aires, como en la Ciudad y en el resto de los distritos hay compañeros y compañeras del Frente Patria Grande que irán como parte de esas boletas en la elección nacional.
Junto a la declinación de Rosemblat, apareció Ofelia Fernández diciendo que no sería precandidata a nada. ¿Eso significa que el operativo “Cadete” dejó sabor a poco para el Frente Patria Grande?
No creo que sea sabor a poco. Sí creo que el debate que comenzamos a dar en la previa del cierre de listas sigue teniendo sentido en la Ciudad de Buenos Aires. Esperamos que, a pesar de no haber presentado una lista, pueda contribuir a renovar una estrategia que necesita fortalecerse para poder ser competitiva, construir y consolidar una alternativa en la Ciudad. El objetivo que tiene Unión por la Patria es dejar de ser oposición para ser una alternativa. En definitiva, más allá de una táctica electoral, necesitamos abonar y construir esa alternativa, trabajar en estos próximos años y de cara a esta elección en la posibilidad de llegar a un balotaje y enfrentarnos a un modelo de ciudad absolutamente regresivo desde el punto de vista de los derechos de las mayorías sociales. Respecto de Ofelia, es fundamental. Es una de las pocas legisladoras que ha logrado romper el cerco mediático que tiene la Ciudad de Buenos Aires y el muro que rodea la Legislatura. Hoy la Legislatura funciona como una escribanía del PRO, con una mayoría absoluta y sin tratamiento de proyecto alguno que provenga de la oposición. También consideramos que dentro de su propia decisión también hay una apuesta a asumir desafíos que no tengan que ver con la con la carrera clásica del político o la política profesional. Ninguno de los proyectos que ella presentó ha sido siquiera tratado o rechazado en la Legislatura: es un cajoneo sistemático y permanente. Ofelia es una referente fundamental. El aporte político que hace supera y desborda a su rol en la Legislatura.
¿Cómo están viendo la precandidatura presidencial de Juan Grabois en la Ciudad? ¿Qué dice en las calles el votante porteño más kirchnerista? ¿Cómo se hace campaña en este escenario?
En la Ciudad sucede algo que también está pasando en todos los puntos del país: un gran entusiasmo por la candidatura de Grabois y una valoración muy positiva de que él haya cumplido con su palabra. Él planteó mucho antes del cierre de listas que si el candidato era Sergio Massa, estaba dispuesto a confrontar y debatir en una interna. Juan, además, conecta con la militancia, forma parte de una nueva generación que hace política. Conecta con las banderas de la justicia social, la independencia económica, la soberanía política; fundamentales en nuestro movimiento. Esto hizo que no sólo quienes militamos en el Frente Patria Grande, sino mucha gente se acerque a trabajar y a promover la candidatura de Juan. Existe una esperanza que hoy representa Juan para poder asumir el desafío del país que se nos viene por delante, con un escenario complejo: una deuda muy grande con el FMI, salarios e ingresos para las mayorías sociales muy depreciados. La candidatura de Grabois es un aporte para discutir por qué la política tiene que ser una herramienta de transformación, conectar con la realidad de las mayorías y ofrecer soluciones a problemas concretos.
¿Por qué se eligió a Leandro Santoro en esta oportunidad y no nuevamente a Matías Lammens que en 2019 obtuvo un para nada despreciable 35% de los votos en CABA?
Santoro fue el candidato principal en la elección legislativa de 2021, tiene un gran nivel de reconocimiento en la Ciudad de Buenos Aires. Es una persona que viene expresando una posición con fuerza y con capacidad de llegada. Reconocemos la llegada y el nivel de conocimiento, pero también pensamos que necesitamos nutrir a nuestro frente de las propuestas, de la iniciativa y de la militancia de sectores que en la Ciudad de Buenos Aires construyen todos los días, y nos permiten, además, pensar con certeza de que es posible otro modelo de ciudad. Y esa certeza no tiene que ver con las políticas que lleva adelante el GCBA en estos 16 años. Tenemos que demostrar que podemos ser una alternativa real en esta ciudad, dejar de ser una oposición y hacer saber que es posible gobernar con otros, que es posible gobernar con otros principios y valores.
¿Cuál es el tema que hoy te preocupa más en esta ciudad tan desigual? ¿Cuáles son tus propuestas al respecto?
Hay una cuestión transversal y que atraviesa distintas áreas vinculadas con el vaciamiento de lo público. Es una lógica que atraviesa fundamentalmente al ámbito inmobiliario. Estamos en una ciudad donde permanentemente se construyen torres pero no se garantiza una vivienda accesible para la población, un alquiler regulado para quienes lo necesitan o la urbanización de los barrios populares -que son 54 en la Ciudad de Buenos Aires pero solamente cuatro están en proceso de urbanización-. Esa lógica de devaluación o precarización de lo público en favor del sector privado es el mismo comportamiento que vemos en la educación: por primera vez, la matrícula de la educación privada supera a la educación pública y hacen falta más de 20 mil vacantes todos los años fundamentalmente en el nivel inicial. Esas vacantes que no existen resultan una carga de trabajo no remunerado para mujeres e identidades feminizadas que tienen que hacerse cargo de esos pibes y pibas sin posibilidad de acceso a la educación. En el plano de la salud, el Gobierno de la Ciudad tampoco reconoce el trabajo de enfermeros y enfermeras que piden ser reconocides como profesionales, al igual que trabajadores residentes que podrían ser incorporados en la planta de los hospitales y centros de salud. Por supuesto está también la cuestión del trabajo, que en la Ciudad de Buenos Aires -más allá de la imagen que se muestra- existe una proporción muy grande de trabajadores y trabajadoras que están en la informalidad, muches de los cuales se organizan en cooperativas y hoy no cuentan con incentivos para su promoción y reconocimiento económico. Para nosotros y nosotras es fundamental una propuesta que permita un Ingreso Básico Universal para todas las personas que están por debajo de la línea de indigencia y que garantice un derecho básico para la alimentación. La Ciudad tiene condiciones presupuestarias para brindar otra propuesta de vida.
Vas como candidata a legisladora. ¿Cómo te ves en la Legislatura porteña a partir de diciembre?
Como militante feminista, algo que aprendí es que todos los lugares que se logran son resultado de luchas colectivas y que lo más importante es aprender de nuestra propia historia. En la Legislatura existen hoy compañeras que vienen dando discusiones y batallas fundamentales contra un amplio sector encarnado en Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza, que están firmemente opuestos a los derechos de las mujeres y de las identidades LGBTIQ+ así como opuestos a los derechos de las grandes mayorías. Es importante retomar ese recorrido aprendiendo de una tarea conjunta -que nunca se puede dar en soledad-, que es poder expresar un programa claro de defensa de derechos y formular estrategias para responder a esa violencia política que se observó por ejemplo contra Cristina. A ella la atacan por ser mujer y defender los intereses populares. Compañeras como Ofelia Fernández, Lucía Cámpora y Maru Bielli, que además representan una nueva generación dentro de la Legislatura, vienen dando esas discusiones y construyendo estrategias para no retroceder frente a planteos que buscan generar miedo. Necesitamos que los procesos de movilización y organización popular desborden a la propia Legislatura y desde allí conectar con estos procesos para confrontar los intereses de quienes defienden el statu quo.
Recientemente se conoció un informe de la Auditoría porteña que marca que ninguno de los ministerios del Gobierno de la Ciudad se comprometió con la búsqueda de igualdad de género. ¿Qué reflexión te merece esto dentro de una ciudad que fue epicentro de las grandes movilizaciones feministas de los últimos años?
Es un contraste muy claro que se puede observar en muchos otros planos. Efectivamente, la Ciudad es un escenario clave de movilizaciones no solo del movimiento feminista sino también de los derechos humanos, inclusive contra el ataque a la vicepresidenta Cristina Fernández. Hoy tenemos la necesidad de que exista un cupo laboral travesti trans, un proyecto que el GCBA no ha abordado en absoluto. También se precisa contar con un presupuesto para los programas de atención a víctimas de violencia, que hoy lleva adelante una Dirección General de la Mujer lo cual no solo no refleja la realidad de las diversidades sino que además tiene un presupuesto paupérrimo que es recortado sistemáticamente. Este informe señala algo que es evidente desde la prioridad de las políticas públicas y que lo podemos observar desde las asignaciones presupuestarias. Nosotras señalamos que con la mitad del presupuesto que se ejecutó en propaganda durante el año 2022, se podrían construir 40 jardines en la Ciudad de Buenos Aires. Las prioridades no están puestas en garantizar derechos para las mujeres y las personas LGBTIQ+.