Ari Bastos administra la cuenta de Instagram "Viajera Feminista". En esta nota, invita a pensar un viaje en clave feminista. Además, acompaña y brinda información valiosa, apuntando a que se tenga la mejor experiencia posible y sabiendo que el sistema patriarcal también está presente en el Turismo. ¿Qué es lo que no sale en las fotos divinas de Instagram?
¿El viaje soñado?
Imaginate que lográs comprar un pasaje a ese destino que tanto soñabas conocer: podría ser dentro de tu país o afuera; Madrid, por ejemplo. Empezás a buscar alojamiento, googleás la típica frase “qué hacer 3 días en…” y te armás una idea de lo que vas a recorrer. La ilusión es máxima. Finalmente llegás a Madrid cansada del vuelo, pero igual salís a hacer un free walking tour (como se llama a los tours gratuitos a pie que hay en muchas ciudades del mundo), a recorrer callecitas y comer tortilla. Quizá a ver el famosísimo Guernica de Picasso y el atardecer cayendo detrás de las ruinas del Templo de Debod.
Empezás el tour y escuchás los nombres de los grandes referentes de la historia española, la mayoría varones y todos heterosexuales. Luego mirás los nombres de las calles y ves que solo 1 de 5 tiene nombre de mujer y, en la mayoría de los casos, es una santa de la iglesia católica. Luego te vas a un museo y, mientras observás las obras de arte, notás que más del 90 por ciento fueron creadas por artistas varones. Antes de volver al hostel, parás a tomar algo con un amigo. La misma callecita angosta a la que de día le sacaste una foto, ahora te da miedo atravesarla porque ves algunos grupos de varones reunidos allí y hay mala iluminación. Cuando te despedís te dice que te cuides y te recomienda que vuelvas en Uber y no caminando. Definitivamente la ciudad no es la misma de noche.
¡Spoiler alert! Los museos guardan la mayor cantidad de sus obras en depósito. Las obras de las mujeres están, quizá sea momento de desempolvarlas.
¿Qué tienen en común estas situaciones? Desde hace más de 18 años que viajo, recorrí cinco continentes y más de 30 países y podría decir que esta experiencia que conté de Madrid (pero que podría haber sucedido en cualquier otra ciudad) es “normal” cuando viajamos. Pareciera que los únicos protagonistas en el arte, la historia, las calles y el entretenimiento son en su mayoría varones. Y que, cuando pensamos en viajar, todo el mundo nos habla de lo lindo y hermoso que vamos a vivir quedando totalmente silenciado el derecho a pensar en distintos escenarios difíciles que podrían ocurrir y que nos podría ser de gran ayuda prever ¿Los principales? Acoso callejero, abuso sexual, accidentes, enfermedades, robos, estafas, lesiones y situaciones sociopolíticas complejas.
¿Y nosotras?
Eso me empecé a preguntar desde chica. Luego de vivir experiencias como la que cuento arriba y otras como sufrir acoso callejero en ciudades increíbles como Kuala Lumpur o de sentirme incómoda en transportes en India y Sri Lanka, me di cuenta que la información del Turismo era en su mayoría hegemónica: nos decían qué hacer en el sentido turístico de manera genérica. Si no es lo mismo ser mujer que mujer trans, que hetero, bisexual o lesbiana en mi propia ciudad (que conozco cómo funciona y en la que tengo a mi red de contención), ¿por qué esas diferencias se borrarían cuando viajo?
Conclusión: viajar en este mundo hetero y moderno siendo mujer tiene sus complejidades y desafíos (además de lo hermoso que es, obviamente). Trabajándolas previamente podemos evitar el shock que provoca no estar informadas y así saber cómo reaccionar si vivimos alguna situación adversa.
Viajera feminista: por qué y para qué surge
En resumen, las recomendaciones que recibía no me alcanzaban. Ni las de los blogs de viaje ni las de viajeres que conocía en el camino. Ok, voy a conocer ese pueblito de la India en medio de las montañas pero, ¿cómo voy? ¿Sola en taxi? ¿Qué pasa si el conductor no sigue la ruta que le pido? ¿Qué hago si opto por ir en tren y me doy cuenta que hay un varón que está masturbándose? ¿Cómo me conviene moverme de noche? ¿Cambia mi presupuesto por ser mujer y necesitar “cuidarme”?
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Esta y mil preguntas me empezaron a surgir y así nació Viajera Feminista. Mi misión es acompañar con información valiosa los viajes, apuntando a que se tenga la mejor experiencia posible y sabiendo que el sistema patriarcal también está presente fuera de casa, por lo que es necesario tener en cuenta varios aspectos que no salen en las fotos divinas de Instagram. Y curiosamente, que nos pasan a muchas pero de las que aún hablamos poco. Por ejemplo: vivir acoso sexual callejero y las consecuencias que tiene esto en nuestra salud integral (incluyendo la salud mental, por supuesto).
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Acceso a la información
La idea no es asustar a nadie pero sí dar visibilidad. Lo que no nombramos ya sabemos que no existe. Por eso, desde Viajera Feminista y Mapamunda, mi primer libro guía para viajar con mirada feminista que escribimos junto a Femitour Buenos Aires, propongo prepararnos previamente, imaginar escenarios y tener la información que necesitamos para resolver distintas situaciones que podrían ser problemáticas. También comenzar a hablar de una realidad que existe de la que aún no conversamos entre nosotras. La presión del viaje hermoso romantizado nos ha dejado con dificultades serias para hablar de las otras caras de los viajes.
Algo está empezando a cambiar
La guía, con un tamaño apto viajes y también en versión digital para consultar desde el celular, está dividida en lo que, para mí, son los 3 momentos de un viaje: la previa, el viaje en sí y la vuelta. En todos se movilizan emociones, proyecciones que afectan a nuestro bien-estar, y que está bueno considerar. Además tiene frases e ilustraciones hermosas cocreadas con María Salazar, una diseñadora gráfica feminista de Guatemala. Mapamunda será declarada de interés cultural para la ciudad de Buenos Aires a fin de año.
Por ejemplo, en la previa: ¿Consideraste la medicación que podrías necesitar en una emergencia y que quizá en otros países no se venda, como la pastilla anticonceptiva de emergencia, o llevarte extra de tu medicación habitual por si te demoran un vuelo? En una pareja, ¿quién se encarga del armado de botiquín o de la búsqueda de alojamiento? ¿Sabrías a quién contactar si te enfermás o te roban? ¿Y si sufrís algún tipo de acoso?
Durante el viaje, Mapamunda ofrece tips para recorrer un destino con mirada feminista, desde mirar calles y museos, hacer un tour por la ciudad o por entornos naturales, hasta cómo elegir souvenirs o restaurantes. ¿Por qué es importante contratar guías mujeres sean o no feministas? Son quienes mayor información van a tener sobre la vida, historia y cultura de las mujeres del lugar, ya que económicamente generamos un impacto positivo debido a que -sorpresa de nadie- suelen estar en la base de la pirámide laboral.
A la vuelta: ¿Cómo procesar lo vivido? ¿Sucedió alguna situación difícil que sería importante contemplar, para compartir con seres queridos o con algune terapeuta? ¿Tenés información valiosa para que otras viajeras disfruten de ese destino como lo hiciste vos?
Parece difícil, parece que a veces el mundo no está hecho para nosotras, pero sabemos que sí, que podemos y merecemos vivenciar todo lo hermoso de viajar (conocernos, enfrentarnos con toma de decisiones, hacer amigues, sorprendernos), disfrutar de nuestras elecciones y, por qué no, compartirlas para seguir creciendo.
Si te interesa saber más de este tema, Ari Bastos comparte la información por cuatro canales principales. En la cuenta de Instagram Viajera Feminista hay información útil en general y por destino. Brinda asesorías personalizadas en las que se dedica a organizar distintos aspectos del viaje de una persona. En el grupo de Facebook “Viajeras Feministas”, se comparte y consulta información de manera comunitaria: la información es útil por igual para quien está realizando su primer viaje como para quien tiene experiencia.