La Reserva Natural Urbana San Martín es el único pulmón verde protegido dentro de la ciudad de Córdoba y alberga ecosistemas nativos. En esta nota, el rol que juegan las áreas naturales frente a epidemias y temperaturas extremas, el reclamo de vecinas y vecinos respecto a la Reserva y las implicancias en la salud humana.
Esta área protegida es uno de los últimos refugios del bosque de Espinal, que pobló la provincia de Córdoba en casi toda su extensión. “Debiera ser el paisaje que nos caracteriza, que nos identifica, sin embargo, todos conocen al pino y no al algarrobo”, afirma Cecilia Estrabou, bióloga cordobesa, en diálogo con Feminacida. Y explica que los estudios realizados en la Reserva San Martín dan cuenta de una alta diversidad de especies animales, vegetales y fúngicas.
“La vegetación regula el clima y ese rol es importante en nuestras áreas que están siendo dramáticamente calientes a raíz del cambio climático”, sentencia la bióloga y agrega: "La vegetación baja la temperatura, baja tanto que he tomado datos en mi barrio, Alto Alberdi, y un árbol en la puerta de una casa te puedo bajar entre 3 y 5 grados la temperatura interna. Es muchísimo lo que la vegetación aporta en la regulación del clima”.
Esta cualidad de los árboles se vincula con la reproducción de los odiados y peligrosos, mosquitos. “Proliferan en los días de mucho calor, tienen una enorme cantidad de crías y sobre todo aquellos días que por la noche no baja la temperatura. Hay una explosión de la población de mosquitos. Hemos desequilibrado por completo el ecosistema en todo el globo: la red trófica está alterada. Si sostuviéramos ecosistemas equilibrados, la proliferación de una especie no sería un problema: no existiría, mejor dicho. Las poblaciones se mantendrían en equilibrio”, explica Estrabou.
Los árboles aportan elementos vitales para todas las especies, pero los espacios verdes no sólo regulan el clima: proveen aire y también lo limpian, nos dan agua y suelo. La bióloga denomina a estos procesos “servicios ecosistémicos”. “Si acordamos que un espacio verde debe cumplir con estos procesos, no lo provee, por ejemplo, una plaza pelada. La Reserva San Martín es el último espacio verde capaz de proveerlos en la ciudad”, concluye.
Si se jugara una copa entre las provincias argentinas por el cuidado y respeto ambiental, Córdoba no pasaría de la fase de grupo. Suss sierras son un destino turístico icónico y nacional, pero el estado provincial rara vez protegió el monte, y el estado municipal de la capital tampoco. Debido al desmonte masivo y a la expansión agrícola, Córdoba ostenta una de las mayores tasas de deforestación mundial, según la Sociedad Argentina de Botánica.
Rita Stanislav forma parte de la Asociación Amigos de la Reserva San Martín. “Donde Córdoba respira es el lema de esta asociación civil conformada por vecinos de la zona. “Al oeste de la Reserva hay 50 hectáreas de terrenos privados que podrían expropiarse e incorporarse a la Reserva. Allí hay 3 lagunas naturales que forman un ecosistema con una gran biodiversidad, e incorporarlas al Patrimonio natural de la ciudad reportaría grandes beneficios”, sostiene Rita en una entrevista con Feminacida.
Estas 50 hectáreas están pegadas a las 114 hectáreas protegidas de la Reserva, y en conjunto son el hogar de más de 140 especies de vertebrados entre aves, mamíferos y reptiles. Mención especial merecen las aves: habitan más del 10 por ciento del total de especies argentinas y alrededor del 40 por ciento permanecen todo el año: nidifican y se reproducen en el lugar.
Respecto a las obras que se pretenden realizar, Stanislav sentencia: “En las 50 hectáreas contiguas a la Reserva hay un proyecto vial de la Provincia, para conectar Valle Escondido con la recta Martinolli, y hacer dos puentes, para lo que expropiarían la franja adyacente a la obra vial. El resto son terrenos privados donde cada propietario haría lo que querría: y sabemos que hay proyectos para hacer torres”.
Y afirma: “El argumento es que es caro cuando se hacen obras mucho más caras. El polo ambiental, el ente BioCórdoba, ha gastado mucho más en cemento. Nosotros acá proponemos que se gaste en patrimonio verde, en patrimonio natural para la ciudad y para eso no nos dan bola”. Un ejemplo es la obra millonaria de la gestión Hacemos por Córdoba para reabrir el “Parque de la Biodiversidad” (ex zoológico) el año pasado. “Pero no destinaron ni un peso a ampliar la Reserva”, se lamenta.
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La asociación presenta cada año, desde 2017, un proyecto de ordenanza para la ampliación de la Reserva. “¿Naturaleza o cemento? La decisión es política. Hay pedidos de factibilidad para desarrollar posibles proyectos inmobiliarios, que impedirían preservar las lagunas.”, declara la integrante de Amigos de la Reserva San Martín. El proyecto es apoyado por centros vecinales, organizaciones ambientales y ámbitos académicos pero continúa cajoneado en comisiones.
“Depende de que el oficialismo ponga el tema en consideración. Lamentablemente acá en Córdoba, quien gana para intendente tiene la mitad más uno de los concejales, así haya ganado por un voto”.
Enzo Cravero, presidente del ente Bio Córdoba de la Municipalidad, se reunió con la Asociación Amigos de la Reserva en abril de este año. “Están de acuerdo con la ampliación, pero no depende de ellos sino del intendente y no habría fondos para las expropiaciones”, informa la activista.
“En las campañas políticas a nosotros nos da bronca que, por spot publicitarios y demás, se dice que la Municipalidad hace las obras que la gente quiere y bueno acá hay más de 30 organizaciones y todos los vecinos de la zona que estamos pidiendo por la ampliación de la reserva y nada”. Además, Rita sostiene que en la propaganda oficial hay greenwashing: dan una imagen ambiental positiva, de marketing ambiental, pero a la hora de las cosas prácticas falta mucho.
Y concluye: “Hasta ahora no se ha construido nada en esa zona, y todavía no es un country, porque el terreno es malo: no es posible el acceso de vehículos pesados, ya que era la antigua cantera de Alamino. El proyecto de obras viales parecería parado de momento (a veces es bueno que no haya dinero). En la medida que la provincia haga las obras viales, todos los terrenos pasan a desarrollarse tipo hongo: torres, housing, countries. Eso es lo que nosotros queremos evitar. Tenemos acciones legales preparadas si empiezan las obras”.
La Asociación Amigos de la Reserva es responsable de que el Parque San Martín sea hoy el área protegida. En 2009, estos vecinos autoconvocados lograron, mediante una intensa campaña mediática, paralizar las obras viales que atravesarían el entonces Parque. Después, con el voto unánime del Consejo Deliberante, se sancionó la ordenanza 11.702 que declaró a la Reserva patrimonio ambiental de la ciudad de Córdoba y protege el área.
“La conexión vial pretende cercenar la conexión ecosistémica y la posibilidad de ampliar la Reserva San Martín, lo que podría hacerse extensivo a la obra vial pensada en Parque de La Vida y arroyo la Cañada”, reflexiona Beatriz Valencia, arquitecta e integrante de la Red Nuestra Córdoba, en diálogo con Feminacida.
La arquitecta urbanista también sostiene que hay que tomar decisiones con perspectiva ambiental y de manera participativa. "En la gestión de temas complejos como el desarrollo urbano es imprescindible contar con diversidad de miradas, estas aportan el enfoque multidimensional, integral, y garantizando la defensa del Interés Público, acompañando el liderazgo del Estado”, agrega.
“Si consideramos la ciudad como un sistema, el verde urbano sería un subsistema que podríamos denominar ´infraestructura verde´. En general se piensa en ´el verde´ urbano como los árboles, el pasto o hasta ´espacios abiertos´ desconociendo las funciones ambientales que este cumple y las condiciones necesarias para que efectivamente las cumpla”.
Valencia compara los espacios grises y los espacios verdes: “Existe una mirada de infraestructura necesaria para la obra gris (cemento) pero no se piensa en la conectividad ecosistémica ni en el verde como infraestructura, aunque la necesidad de contar con el verde y sus servicios es mucho mayor, considerando el contexto de Cambio Climático”.
“Hay que mejorar la defensa del interés público y la calidad ambiental de la que depende la calidad de vida actual y futura”, concluye Beatriz Valencia. Una de las funciones ambientales del “verde urbano” es la producción y la limpieza del aire. “Es un servicio que realizan, exclusivamente, los árboles. Todo lo que gasta energía, produce dióxido de carbono (CO2) y lo único que puede absorberlo son las plantas”, afirma, por su parte, Cecilia Estrabou.
La bióloga estudia la calidad del aire en Córdoba desde hace 25 años, a partir de los líquenes, y organizó un laboratorio especializado en el CERNAR (Centro de Ecología y Recursos Naturales Renovables de la FCEFyN de la UNC). El primer mapa arrojó índices críticos para la ciudad de Córdoba y el sistema evolucionó cada año para peor.
“La calidad del aire influye en patologías como el asma y enfermedades pulmonares”, sostiene Laura Fiesta, médica alergista, en diálogo con Feminacida. Y continúa: “Distintos estudios alrededor del mundo muestran que hay un aumento en las consultas y en la prevalencia de las enfermedades alérgicas. Tiene que ver con distintos factores, pero principalmente con la contaminación ambiental, que en individuos susceptibles genéticamente los predispone a que aparezcan las enfermedades”.
Según la profesional de la salud, después de la pandemia también aumentaron las consultas sobre síntomas alérgicos respiratorios, o alérgicos que post covid quedaron más inflamados. Hoy es mucho más prevalente la rinitis alérgica y el asma en las zonas urbanas que en las zonas rurales, y si, tiene que ver con la contaminación ambiental. La polución genera hiperreactividad bronquial y predispone a los pacientes a ser más alérgicos”
Tal como sostiene la página web de la Reserva: “Las Reservas Naturales Urbanas conservan remanentes de ambientes silvestres que se ubican cercanos a las grandes ciudades. Su existencia proporciona ambientes propicios para la fauna y flora nativas, y la apreciación y conexión de los ciudadanos comunes con la belleza paisajística y tranquilidad”.
Por lo tanto, hablar de la Reserva San Martín -y de su proyecto de ampliación- es hablar de salud pública, del derecho a los espacios verdes y al aire puro, y también es hablar de educación ambiental, y del derecho de animales y plantas a habitar ese territorio.
La Reserva Natural Urbana San Martín es un espacio abierto a toda la comunidad, pueden acercarse todas aquellas personas que deseen. Durante la semana se realizan visitas guiadas. Los horarios de presencia de guardaparques son: lunes a viernes de 8 a 20 horas. Sábados, domingos y feriados de 7 a 19 horas.