Una trinchera (y se escuchan risas) es la historia de los personajes creados por el miedo y las personas que están detrás de esa invención. Exiliades, marginades, perseguides de ayer y hoy. Está escrita y dirigida por Fernando Ávila. Parecen muchas intérpretes pero son dos, Lucia Arias y Maria Clara Chardin, quienes se multiplican en distintos personajes, títeres que manipulan con destreza. Podemos escuchar un abanico de voces que delata el trabajo que traen encima estas intérpretes, no solo como titiriteras sino también como actrices, payasas y bufonas cuando encarnan a Pancha y Lorenza.
“Están a mitad de camino en el medio de la nada. Huyen, huyeron y seguirán huyendo. Se atrincheran una y otra vez, mientras retumban estridentes las risas que se mofan del terror que las acecha, de la horda que las persigue, del miedo que las inventa. Pancha y Lorenza se disponen a contarnos cada una de las instancias en las que se construye el miedo”, reza la sinopsis de la obra.
El texto pone sobre la mesa una situación cotidiana que es moneda corriente en nuestro país: detención por portación de rostro. Es interesante el paralelo con la santa inquisición y lo ridículo que puede resultar el proceso judicial cuando es imparcial.
El mundo de los objetos que trae Una Trinchera es una parte importante, porque relatan mucho más de lo que parece. Hay un ser en particular, una hiena a medio camino entre la vida y la muerte, creada magníficamente por Valeria Dalmon. Es difícil de poner en palabras, pero hay que conocerla. Este personaje en particular hace un relato sobre los pasos para introducir el miedo en las personas. Queda claro, dentro de los 50 minutos que toma vida la obra, cómo la realidad que vivimos está tenazmente atravesada por hilos que manejan otros.
¿A quién hay que temerle? ¿Qué peligro trae ese sujeto político al sistema que pertenecemos, cual es la amenaza?
Uno de los ejes fundamentales de la obra es la capacidad de relatar el horror desde la ternura. La astucia de meterse en un terreno doloroso desde el humor y la camaradería.
Una trinchera (y se escuchan risas) puede verse el sábado 22 de abril a las 21 horas en la Sala de los Pompapetrillayos (Brasil 2640, CABA). Las entradas se consiguen por Alternativa Teatral o haciendo click acá.
Ficha artístico-técnica
Dramaturgia: Fernando Ávila
Intérpretes: Lucia Arias, María Clara Chardín
Vestuario: Compañía Inútil
Escenografía: Compañía Inútil
Realización de objetos: Valeria Dalmon
Música original: Matías De Stéfano Barbero
Fotografía: Janos Igor Alfaro Méndez, Ivanna Erhardt
Dirección: Fernando Ávila
