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Un año de Javier Milei: cronología de la desidia

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Desde la campaña presidencial, las mujeres y diversidades sabíamos que Javier Milei y La Libertad Avanza tenían un programa contra nuestros derechos: ultraconservadores de derecha, uno de sus principales frentes fue reaccionar de manera violenta a lo conquistado por el feminismo. Su asunción a la presidencia lo confirmó. Desde el cierre del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidades hasta importantes disputas simbólicas, en estos doce meses de gestión intentaron arrasar con todo. ¿Cuáles fueron las políticas públicas desmanteladas por este Gobierno en materia de género y qué herramientas tenemos para defenderlas? ¿Qué implicancias tiene la pérdida de institucionalidad en esta temática?

El fin de la institucionalidad

Por primera vez en 37 años, las políticas para atención y prevención de la violencia de género no tienen institucionalidad en Argentina. El desguace de los programas, recursos
y herramientas que se habían conseguido es moneda corriente en el gobierno de Milei: cada día perdemos derechos, en un contexto en el que hay 1 femicidio cada 35 horas –de acuerdo a las últimas cifras del Observatorio Ahora Que Sí Nos Ven– y en un contexto de ajuste que afecta especialmente a las mujeres y disidencias.

La cruzada comenzó con la disolución del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidades, que primero fue reducido a una subsecretaría y finalmente cerrado en junio del 2024, dejando a miles de trabajadorxs en la calle pero, sobre todo, dándole fin a políticas concretas de atención y apoyo a víctimas de violencia de género.

De acuerdo a un informe realizado por ACIJ y ELA, en el primer bimestre de este año, el gasto en las políticas públicas que apuntan a reducir la desigualdad de género fue un 33% más bajo que el año pasado. Este ajuste es incluso más fuerte que el que sufrió el presupuesto nacional total. La decisión implica la desactivación de 19 políticas de género.

En números concretos, de las 2.462 mujeres que solicitaron el Programa Acompañar durante el primer trimestre de 2024, sólo 434 recibieron ayuda. Esto representa un retroceso del 98% respecto a 2023. Desfinanciaron, también, el Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional Adolescente (ENIA), finalizando el contrato de 619 especialistas y con proyecciones presupuestarias para el 2025 que ponen en riesgo la continuidad del programa. Programa que había logrado bajar la tasa de embarazo en niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años en hasta un 49%.

La línea 144 –que tan alardeada fue por el vocero presidencial Manuel Adorni a partir de la denuncia de violencia de género de Fabiola Yáñez contra el ex presidente Alberto Fernández– tuvo una reducción del 28% en su ejecución presupuestaria en el primer semestre de 2024 y despidieron al 38% de su personal en junio. Al iniciar su gestión, además, cerraron el Programa Registradas, que impulsaba la formalización de trabajadoras de casas particulares y que, entre 2021 y 2023, había registrado a 34.235 empleadas.

En diálogo con Feminacida, Elizabeth Gómez Alcorta, ex y primera ministra de Mujeres, Género y Diversidades, analiza esta cuestión: “La creación de un ministerio no es solamente la creación de un organismo burocrático sino que es la demostración de que es un tema prioritario para un gobierno, porque es un problema público de primer orden al cual hay que dedicarle suficientes recursos económicos, humanos, políticos y discursivos”.

En esa línea, reflexiona sobre las consecuencias de no tener un ente especializado: “Para aquellos que nunca estuvieron involucrados en esta temática, lo que hace el desmantelamiento es que esto quede todavía mucho más lejos. Antes, aunque no estuvieses involucrado podías identificar que había una problemática porque efectivamente era un tema en tu municipio, en tu colegio, en tu en tu universidad, en tu sindicato, en tu barrio y en el gobierno. Cuando todo eso desaparece, obviamente esa restauración conservadora es más sencilla”.

Es claro que detrás de una falsa justificación economicista está el verdadero objetivo: disputar sentidos para reinstalar viejas subjetividades y modelos de producción y de vida. Innumerables medidas impulsadas por La Libertad Avanza lo demuestran.

El 8 de marzo cambiaron el nombre del Salón de las Mujeres en la Casa Rosada. Al asumir, eliminaron el lenguaje inclusivo en la administración pública y prohibieron la perspectiva de género en ese ámbito. Fue clausurado el Instituto Nacional contra la Discriminación (INADI) –que existía desde la presidencia de Carlos Saúl Menem– y agitan cambios en el enfoque de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI), denostada tanto por el presidente como por la vicepresidenta. Prohibieron el cambio de identidad de género a personas privadas de la libertad y analizan eliminar cupos laborales y el DNI no binario.

Por si fuera poco, todo esto se da en un contexto de violentos discursos contra “la ideología de género”, “la agenda sangrienta del aborto”, y de ataques verbales a artistas y periodistas, señales que alarmaron a Amnistía Internacional y que hicieron que enviaran una Carta Abierta al presidente.

Si un hecho pudiera condensar la infinidad de recortes y crueldad perpetrada en este primer año de gobierno, sería el siguiente: Argentina fue el único país del G20 que se negó a firmar un documento para la igualdad de género.

¿Es posible destruirlo todo?

Los múltiples ajustes que se volvieron parte de la dinámica cotidiana del país hicieron que distintas organizaciones tomaran la iniciativa y comenzaran a registrar y denunciar estos problemas. Una de ellas fue el CELS, que viene realizando informes bajo el dossier “La cocina de los cuidados”. En el último publicado, en octubre, encontraron que de las 49 políticas de cuidado relevadas, 24 se derogaron o discontinuaron mientras que otras 18 están en riesgo o sub ejecutadas. Sólo 7 se mantienen vigentes.

También ellxs, junto a ELA, Amnistía, Fundeps y MujeresxMujeres expusieron esta situación en una audiencia histórica en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (CIDH-OEA), que tuvo resultados favorables: se exhortó al Gobierno a dar respuestas y no se aceptaron las justificaciones económicas que dieron.

“Tanto la presidenta de la CIDH como varios de los comisionados le plantearon al Estado que lo que estaban diciendo no correspondía. En palabras de la presidenta: lo que no se nombra no existe; si ustedes no nombran esta problemática no están reconociendo un flagelo, una violación a los derechos humanos, que es la violencia hacia las mujeres” señala Lucía de la Vega, coordinadora de la agenda transversal feminista del CELS.

Y agrega: “Hay también una obligación en términos de progresividad en materia de derechos humanos, y de no regresividad, que se está incumpliendo. El gobierno argentino asumió compromisos y obligaciones –en particular por la "Convención de Belem do Pará"– que tiene que cumplir. Hay consecuencias: por ejemplo, puede condicionar algunos financiamientos internacionales. No por nada a la mayoría de los gobiernos de la región, salvo excepciones, les importa avanzar hacia una agenda de igualdad de género y se están viendo avances. Entonces que en Argentina haya retrocesos, también tiene un costo”.



La potencia feminista, enemiga íntima de los libertarios

¿Se pueden vehiculizar estas problemáticas y construir herramientas sin el Estado –o con el Estado en contra–? ¿Es imprescindible la institucionalización? ¿Cómo rearmarse y seguir peleando por la garantía y la ampliación de nuestros derechos?

Si venimos de un período de conquista y vanguardia, quizás ahora toca defender lo obtenido. Los feminismos sabemos de eso: hemos aprendido con la historia que los derechos de las mujeres y diversidades son los primeros en tambalear, pero también que somos nosotres quienes salimos a dar vuelta la cancha.

Virginia Franganillo es socióloga, especialista en el estudio de la mujer y a lo largo de su vida fue parte de múltiples proyectos nacionales e internacionales que fueron pioneros en materia de género. Fue creadora del Consejo Nacional de la Mujer y es, ante todo, una militante feminista histórica. Pocas saben tan bien como ella lo que es rearmarse y dar batalla, aún en los peores escenarios.

En diálogo con Feminacida, reflexiona: “Este es un gobierno de saqueo, ultraconservador que no quiere a las mujeres, porque mayoritariamente las mujeres no votaron a Milei. Eso como feministas tenemos que apropiárnoslo: somos más inteligentes políticamente. Preservamos nuestros intereses y los intereses generales”. En el mismo sentido, analiza: “Hay que pensar al feminismo como un movimiento de gravitación que transforma no solamente la conciencia sino la vida de amplios sectores. Tenemos que tener el espíritu en alto y entender que un movimiento social cambia conciencias, subjetividades e instala debates. Ya no es lo mismo, más allá de que haya un retroceso en el término de lo que es el discurso político”.

Los próximos meses nos pondrán a prueba: el presupuesto 2025 no prevé partidas para la prevención y asistencia ante la violencia de género ni para la Educación Sexual Integral, y busca recortar un 78% al Plan ENIA y un 83% a la inversión en Infraestructura social y del cuidado (respecto al 2023 en ambos casos). Se acercan, además, las elecciones legislativas.

Franganillo alerta: “Hay que empezar a conducir un proceso al 2025. Tenemos que tener muy en claro en el feminismo que hay que organizarse para las elecciones: no pueden ganar masivamente. Es necesaria una denuncia que sea pedagógica, hablar sencillamente para llegar a la comprensión de amplios sectores y generar conciencia de que no tenemos que ir por las cuestiones particulares sino por la situación política. Nosotras podemos seguir haciendo manifiestos, militando en los barrios, pero si el tipo gana la elección es muy grave”.

El panorama es complejo y, muchas veces, desalentador. Pero tenemos una enorme experiencia, múltiples herramientas de las que valernos y una capacidad de motorizar luchas invaluable. Al fin y al cabo, esta crueldad desmedida fue la forma que encontraron para reaccionar a la potencia, la fortaleza y el dinamismo que supo construir el feminismo.


Distintos organismos de derechos humanos, con foco en la igualdad y la perspectiva de género, vienen trabajando para registrar las falencias, ataques y recortes que lleva adelante este gobierno, en busca de respuestas. Para esta nota se utilizaron diversos informes que denuncian esta situación. Los compartimos a continuación:



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