En el marco del “Día mundial de la animación”, desde Feminacida nos preguntamos: ¿Qué lugar se les da a las feminidades en las producciones de comedia y animación? ¿Un audiovisual feminista se define solo por medio de su contenido o importan también las voces focalizas, los materiales seleccionados y el cuidado de su recorte? ¿Es posible hacer coincidir un relato de comedia con uno de denuncia?
Tuca and Bertie es una serie animada de comedia creada y producida por Lisa Hanawalt y estrenada en el 2019 a través de la plataforma de Netflix. La historia principal se centra en la vida de dos aves compañeras de piso y construye situaciones graciosas de su cotidianeidad adulta. Sin embargo, el audiovisual también retoma temáticas pocas veces desarrolladas en la comedia de animación: el abuso de poder en el ámbito laboral, el acoso callejero, los trastornos de ansiedad y la psicología adulta de lxs sobrevivientes de violencias en las infancias. Tuca and Bertie es un relato múltiple, donde cada episodio puede invitar tanto al disfrute ligero como a la reflexión más profunda.
Lisa Hanawalt ganó fama mundial luego de participar en la creación de la serie animada BoJack Horseman. La ilustradora dice no haber contribuido en el proceso de escritura de ese proyecto sino únicamente como responsable de la estética del show. Tuca and Bertie es un trabajo donde ella finalmente se permite narrar sus propias historias y enfocarlas enteramente desde la perspectiva de personajes femeninos. En una entrevista que le hicieron en el Festival de cine de Tribeca del 2019 la artista declara: “Yo solo quería hacer una comedia de animación para adultxs sobre la amistad femenina, porque amo los cartoons y amo verlos, pero no hay muchos allá afuera acerca de mujeres, especialmente mujeres de mi edad. Entonces quería que fuera sobre amigas en sus treinta […] Es acerca de las experiencias femeninas y mostrar qué se siente moverse a través del mundo como una mujer”.
Feminidades dentro y fuera de la pantalla
La serie retrata el vínculo entre dos amigas con personalidades diferentes pero complementarias: Tuca es impulsiva, extrovertida y graciosa; mientras que Bertie es más amable, tímida y auto exigente. Ambas cuentan con un gran desarrollo psicológico que se va definiendo y desarmando a lo largo de toda la primera temporada. Más allá de sus protagonistas, no es muy difícil notar que gran parte de los personajes retratados en Tuca and Bertie son feminidades: aquellos con tramas desarrolladas, los más secundarios que ocupan una única escena o incluso las figuras que aparecen al fondo recorriendo las calles, trabajando en las oficinas o realizando alguna acción bizarra en las muchas ventanas de edificios que se nos permite espiar.
Lisa Hanawalt construye un universo inmenso, colorido y caótico; donde cada plano explota con miles de micro escenas simultáneas que muchas veces los ojos no llegan a registrar. Pero las veces en que sí es posible mirar al conjunto, se puede notar a diversas feminidades animalizadas apoderándose de esos espacios.
Muy pocas de estas elecciones políticas parecen ser azarosas y a pesar de eso Lisa Hanawalt las expone con la mayor sutileza. Ella naturaliza la presencia de feminidades en puestos laborales de poder y a lo largo de la serie presenta a jefas de estudios de arquitectura, juezas, DJs, magnates de la industria textil del plumaje que formaron su fortuna solas y entrenadoras de natación capaces de luchar contra cangrejas gigantes. El respeto al cupo femenino no ocurre solo en el plano de la animación, sino también dentro del equipo de producción de la serie.
Lisa Hanawalt coordina este proyecto creado por ella misma pero también incluye a directoras de arte, directoras de casting, supervisoras de edición y a muchas otras trabajadoras reconocibles en los propios créditos. Como dato a resaltar, Tiffany Haddish y Ali Wong no solo son las comediantes que prestan voz a Tuca y Bertie sino que también participan como productoras ejecutivas.
Violencia laboral y acoso callejero
“A veces siento que es un mundo de hombres y que yo solo soy una pequeña y débil hoja que flota por el aire. No tengo control ni protección. Estoy tan cansada de sentir miedo de gente más grande y fuerte que yo".
En el capítulo “El ascenso”, Bertie intenta solicitar un puesto de mayor jerarquía en su oficina y sufre acoso laboral por parte de un compañero. La serie retoma de manera muy clara una historia repetida muchas veces en los espacios de trabajo: Bertie sabe que es la más calificada para el puesto pero sin embargo siente inseguridad para reclamar su lugar. Mientras tanto, su compañero Dirk la subestima, le hace mansplaining y la acosa sexualmente al mismo tiempo que roba sus ideas y las presenta como propias. El episodio denuncia con mucha ironía la incompetencia de los departamentos de Recursos Humanos para lidiar con los hechos de violencia sexual, el modo en que la sociedad minimiza los acosos cometidos por conocidos, y la existencia de brechas de género a la hora de competir por posiciones de jerarquía.
Tuca and Bertie también visibiliza otras cuestiones como el acoso callejero, la reivindicación de los límites del propio espacio y la culpa con la que conviven muchas mujeres por no poder reaccionar con la rapidez que quisieran a ciertas violencias. La vía de salida que ofrece la autora para todas estas angustias es la misma que se teje en la realidad: la construcción de redes de mujeres que se reúnen y movilizan para escucharse, para denunciar a los jefes que violentan a sus empleadas y para apoyar a las pequeñas emprendedoras.
Comedia, salud mental y mecanismos de seguridad
“-Tal vez tenés uno de tus ataques de pánico. Pasa unas veces al mes.
-Bueno, pero ¿qué pasa si una serpiente se mete en mi boca, pone huevos y las serpientes bebés salen de mi boca en medio de la reunión? Eso sería muy vergonzoso.
-¿Eso es algo que puede llegar a pasar?
-Solo es cuestión de tiempo… ”
En el capítulo “La ladillas” Bertie sufre una crisis de ansiedad el día que tiene que realizar una presentación importante en su trabajo. Ella intenta enfrentar sola su pánico a salir a la calle pero Tuca lo reconoce de inmediato: “Te conozco. ¿Estás teniendo uno de tus días ‘no puedo ir afuera porque literalmente todo me aterra y mi cuerpo tiene a mi mente de rehén’? o como a mí me gusta llamarlo: un caso de Bertitis”.
El sostén mutuo entre las amigas prevalece y Bertie se anima a dejar su casa solo para acompañar a Tuca a comprar crema para las ladillas. Antes de eso, se calza sus “panic attack shoes” (zapatos para el ataque de pánico): unas sandalias con forma de cupcake que representan para ella un importante mecanismo de seguridad. A lo largo del episodio Lisa Hanawalt no solo desarma con acontecimientos cómicos y divertidos algunos de los tabúes que pesan sobre las ETS, sino que también visibiliza y trae a discusión las batallas personales con las que conviven muchas personas cuando se trata de salud mental. Como ocurre a lo largo de toda la serie, son muchos los espacios y detalles graciosos pero también los sensibles, necesarios y políticamente importantes. Cuando Bertie ya no soporta el estrés que le genera el caos del supermercado, se construye una casita-refugio con mats de yoga y canta una canción dedicada a su “temporada de pánico sin motivo” donde se mencionan frases como “la salud mental es tan importante como lavarse los dientes”.
¿Podemos construir historias donde reírnos de las propias crisis y las experiencias aterradoras? ¿Es posible practicar una comedia que no se nutra de la humillación de otrxs sino de la empatía, la militancia y la validación de los sentimientos más personales?
Cuerpxs y maternidades
Las protagonistas de la serie son animales pero no por eso dejan de ser cuerpxs políticxs. En Tuca and Bertie no es raro ver planos de sus personajes mostrando los pezones o naturalizando la desnudez de lxs cuerpxs con vulva. En una entrevista a Deadline, Lisa Hanawalt confiesa: “Yo solo quería normalizar el cuerpo humano en formas que no siempre veo, especialmente en animaciones para adultxs. Los cuerpos de las mujeres son presentados en una forma muy particular en la mayoría de las animaciones para adultxs, la cual es muy sexual y atractiva para los hombres. Yo solo pienso que los cuerpos son raros, flexibles y graciosos. Y las tetas son particularmente extrañas”.
La serie también muestra pequeñas escenas irónicas donde se reflexiona sobre la presión estética y los juegos de percepción visual sobre lx propix cuerpx. En una parte muy corta pero significativa, Tuca discute con su “mean mirror” (espejo malo) fabricado por la “Mean mirror Inc” (Corporación de espejos malos), el cual le critica “sus piernas gordas” y su “pico demasiado grande” justo antes de una cita. Ella piensa probar diferentes cosas como quemarlo con un soplete o cortarlo con una sierra, pero decide ponerse maquillaje para disminuirlo un poco y su boca termina desapareciendo por completo.
Los prejuicios y culpabilizaciones hacia las maternidades jóvenes, los maltratos simbólicos de lxs profesionalxs en las clínicas ginecológicas, la importancia de la salud sexual y las existencia de sexualidades que se corren de lo cis hetero son otros de los muchísimos temas que el audiovisual retoma de manera muy política pero natural.
La importancia del recorte
Cuando se crea un contenido de cualquier tipo, una de las decisiones más importantes es la de elegir cómo narrarlo: ¿Qué voz decido retratar? ¿Soy consciente de los oídos que me escuchan? ¿Me hago responsable de los símbolos que lanzo al mundo?
El valor de la autora de Tuca and Bertie es el cuidado de su recorte, de las voces elegidas y de las metáforas utilizadas para expresar lo traumático aún dentro de un registro que se piensa como comedia. Lisa Hanawalt crea una realidad dinámica y graciosa, llena de animales que trabajan para pagar el alquiler, objetos que hablan y unx que otrx humanx perdido en esta constelación surrealista. Sin embargo, la ilustradora no deja de deslizar sutilmente puntos de fuga y discusiones muy actuales que nos proponen reflexionar.
Las producciones feministas tienen como bandera denunciar pero también saber cómo proteger a la hora de nombrar y representar. En Tuca and Bertie las escenas encargadas de narrar traumas emocionales o situaciones de violencia son plasmadas con la protección simbólica que esos hechos requieren. Lxs creadorxs saben que existe un contraste entre cada presente y pasado individual, y no dudan en reflejarlo en sus visuales. La serie acude a animaciones con texturas diferentes a la trama principal para delinear los recuerdos dolorosos: títeres, figuras construidas con lana o plastilina, dibujos de colores apagados o siluetas sin expresión facial para narrar los abusos contra las infancias.
Este proyecto de Netflix rechaza el énfasis sobre el morbo visual o sobre el retrato de la violencia como el único hecho que construye a sus personajes. Lisa Hanawalt resalta la voz de sus sobrevivientes junto a sus traumas e innegables consecuencias psicológicas, pero también lxs define a través de sus procesos de sanación y de un presente absurdo y desordenado en el que varixs adultxs jóvenes pueden verse representadxs.
Muchas veces los personajes armados en una ficción son el reflejo de jerarquías y normas sociales tomadas de la realidad. Al construir un universo imaginario, lx creadorx también elige qué perfil desarrollar y cómo: ¿Quién va a ser mi protagonista? ¿Quién mi antagonista? ¿Estx va a ser unx “buenx mejor amigx”? ¿Lx incluyo porque su voz realmente me importa o meramente para llenar “el cupo disidente” de lo que no aparece en la historia principal?
Lisa Hanawalt eligió delinear las voces de las feminidades, lxs bisexuales, las lesbianas y lxs sobrevivientes transformadxs en pájarxs antropomorfxs cuyos gestos e historias producen risa pero al mismo tiempo nos abren el corazón a pensar. Como siempre, los contenidos novedosos no producen cierres, más bien lanzan incógnitas: ¿Qué productos surgirían y qué recortes nuevos y necesarios se conseguirían si se le diera más espacio a las feminidades y colectivos disidentes en el universo de la animación? ¿Qué podrían mostrarnos estxs animadorxs si se les otorgara a su trabajo la difusión que Netflix le dio Tuca and Bertie? ¿Tendríamos narraciones más atinadas y empáticas para relatar las violencias y las desigualdades?
Tuca and Bertie es un dibujo donde reír y llorar las crisis adultas y las propias infancias, una serie para desarmar los fragmentos que nos construyen y romper los silencios más íntimos de la mano de una amiga.
Sobre la creadora
Lisa Hanawalt nació el 19 de junio de 1983 en California, Estados Unidos. Es una ilustradora y diseñadora de producción estadounidense. Consiguió reconocimiento mundial luego de participar en la creación y diseño de la serie animada BoJack Horseman (2014-2020) y fue la primera mujer en ganar un premio Ignatz en 2010 por la serie comic I want you. Tuca and Bertie surge de la rescritura de uno de sus antiguos web comic titulado Tuca the Toucan (2013-2014). Entre sus otros trabajos se encuentran los comics My dirty dumb eyes (2013), Hot dog taste test (2016) y Coyote doggirl (2018).
* Luego del estreno de la primera temporada Netflix canceló la producción de más capítulos de Tuca and Bertie. Recientemente se confirmó que la serie contará con una segunda temporada emitida por Adult Swim, un segmento de animación para adultxs de Cartoon Network. Se prevé su estreno para el 2021.