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Titane o la reforma del género

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Julia Ducournau, inaugura una nueva época para Cannes, siendo la primera mujer en llevarse la Palma de Oro en solitario. Sexo con autos, gore y bailes lowriders. Titane, una de las películas que se presentó en la sección Hora Cero del Festival Internacional de Mar del Plata, retoma con curiosidad algunos conceptos de la relación humano-maquina bajo una estética cyberpunk y una fotografía brillosa.

Cuenta la historia de Alexia (Agathe Rousselle), una bailarina alternativa con una placa de titanio en la cabeza y aficionada asesina que después de unas cuantas muertes violentas decide adoptar la identidad de un chico perdido hace varios años llamado Adrien, para huir del mapa policial.

Ojos tapados, gestos de asco y risas nerviosas incluyen la experiencia de una película a la que podríamos criticarle, por momentos, algunos recursos manidos para engordar la faena.

Sin embargo, es justo advertir la capacidad del guión para prescindir de los meros efectos anecdóticos y explorar, de a poco, la transformación de un personaje que simulaba ser hermético e inquebrantable.

El ritmo es necesariamente frenético: la historia empieza con la misma velocidad con la que termina. Un efecto que deja pocos momentos de distención y nos entrega con moño al vórtice de una trama agresiva y compleja.

Ducournau abandona el esperado atavío del cine feminista que, a veces, parece sobrevolar dos o tres temas repetitivos, para tomar al cine de género por las astas con un gesto de valentía. Desempolva el artificio y se permite intervenir ese espacio -que había sido destinado a unxs pocxs realizadores- desde una perspectiva elocuente y provocadora.

Luces de neón y mucho, mucho metal convergen con un súper trabajo sonoro, sintético y quimérico, pariente del recordado cine slayer.

Titane es la viva prueba de que no es necesario posarse sobre la conocida exhibición sexual femenina para narrar el cuerpo ni, incluso, la maternidad, porque construye una incomodidad fundada en torno a preguntas sobre la soledad y, por supuesto, al amor.


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