Suyay, la complicidad del animal

Compartí esta nota en redes

Gringuita espera a Suyay en el establo a la hora de la siesta. Hoy, ya no es como ayer. Los días de Suyay no son los mismos, desde que cambiaron algunas cosas en su cuerpo y en su hogar. Gringuita espera, la siesta avanza y el calor también.

“Suyay” es una confesión a la hora de la siesta, una catarata dorada y fresca. Actúa una sola interprete, pero hace tan bien su trabajo que se puede ver cómo el escenario se llena de otros seres, desde madres enfermas hasta chanchas lesbianas.

Agustina Groba encarna a la Gringuita, una niña intrépida y voraz que viene a replantearlo todo. Desde una perspectiva feminista corre los límites de los vínculos establecidos; la amistad entre especies, el amor entre niñas, el adultocentrismo y también la división de clases.

La Gringuita llena a la actriz de denuncia, ternura y complicidad. A través de un guion profundo y exacto Pilar Ruiz, la directora y guionista, logra desplegar en 50 minutos un mundo entero, con sus complejidades y llanuras. La música, compuesta por Luciana Morelli, contiene y acompaña de manera justa y necesaria.

La obra invita a un mundo dorado y cálido, como ese filtro con el que vemos el amor en la pubertad. El próximo jueves a las 22 será la última función de Suyay y podrá verse en Espacio Callejón (Humahuaca 3759).“Me gusta todo lo que es difícil”, dice la Gringuita como los números, pero también como un amor que escapa a la heteronorma.