“Hay que escribir lo que nos pasó. Hierven los acontecimientos, todos los días nos encontramos con una mala nueva de la naturaleza. Nada es tranquilo aquí. Todo está vivo, todo raspa, muerde o envenena”, sostiene Camila Sosa Villada en Seis Tetas, el último de los nueve cuentos que integran su nueva obra Soy una tonta por quererte de la colección andanzas de Tusquets Editores.
Esta compilación está viva, raspa, muerde y envenena, pero también conmueve, transporta y fascina. Porque a lo largo de estos nueve relatos está ese primer acto de travestismo de Camila: la escritura. Esa inevitable forma de pensar que tienen sus manos.
Una reseña de estos cuentos podría trazar un pasaje o una transición desde el primero Gracias, Difunta Correa -que hace de una especie de prólogo- pasando por el que le otorga el nombre al libro y llegando hacia el último. En ese recorrido muta el tono y quizás el género yendo desde lo más autobiográfico hacia lo más distópico.
Nuevo taller de Literatura con perspectiva de género
Una pareja que viaja a pedirle a una santa pagana por el futuro laboral de su hija travesti. Un niño que pierde el tiempo en un barranco junto con su perro y evadiendo a su padre. Una receta de scones que pasó de generación en generación a través de mujeres de manos frías. Un fumadero de Harlem en Nueva York que reúne a negros dueños de tesoros millonarios, jotos y travestis, y a cantantes del soul más triste y honesto de la ciudad. Una nieta que pregunta durante una merienda por el color de la piel, una abuela que no sabe responder. Una mujer cuya profesión podría definirse como actriz, geisha occidental, prostituta intocable o quizá, la mejor de todas las amigas, la amiga que hace de novia de sus amigos maricones que aún viven dentro del clóset. Una travesti de la pampa cordobesa, unas monjas, un tío que sólo sabe mirar televisión, una ruta y perros que se cruzan. Un viaje hacia la colonización, a los tiempos de ser extranjeras en la tierra propia, a la traición de les que pagaron el amor de Cotita con la hoguera. Un exilio obligado por la matanza de travestis, un abandono de todas las cosas para habitar una tierra más inhóspita que prometida; hombres sin cabeza, travestis embarazadas, zorros, traficantes y la negación del amor.
Los cuentos de la Villada -como la canción de Lou Reed- nos invitan a dar un paseo por el lado salvaje. Intentar poner una etiqueta a su escritura es un viaje inútil. Su prosa no viene a tranquilizar a nadie. Muy por el contrario, inquieta e incomoda. Cada palabra que elije hace una descarga eléctrica en el cuerpo como una terminación nerviosa por la que viaja el estímulo.
Holly came from Miami, F.L.A.
Walkonthe wild side – Lou Reed
Hitch-hiked her way across the U.S.A.
Plucked her eye brows on the way
Shaved her legs and then he was a she
She says, "Hey, babe
Take a walk on the wild side"
Said, "Hey, honey
Take a walk on the wild side".
Es que definirla -realmente- no importa. Lo que sostiene la lectura, el contrato que Camila teje con quienes la leen tiene más que ver con el vilo en que pone al cuerpo y con la crudeza con la que nos sostiene sobre sus páginas. Pero, también, con la miel con la que nos envuelve, la música que nos hace oír a través de sus pasajes, como si con el pasar de las páginas sonara de fondo un disco y, por momentos, se colara en esa música el sonido de la púa raspando con el vinilo. Esa anestesia literaria que sume por completo a quien lee en la historia.
Lean a la Villada. Agarre su libro, unten sus dedos con sus páginas, viajen a sus historias. Asómense a la posibilidad de conmoverse, sepan que Camila le hace muy bien a la literatura.
Sobre la autora
Camila Sosa Villada nació en La Falda, en Córdoba en 1982. Aprendió a leer con su mamá y a escribir con su papá. Estudió Ciencias de la Comunicación durante cuatro años y otros cuatro años realizó la carrera de Teatro en la Universidad Nacional de Córdoba. Ejerció la prostitución con la que conoció a las chicas del Parque Sarmiento. En 2009 estrenó Carnes tolendas: retrato escénico de un travesti, su primera obra teatral. En 2011 protagonizó la película Mía de Javier Van Couter. En el 2013 recibió su DNI con el cambio registral garantizado por la Ley de Identidad de Género que se había sancionado un año antes. Lleva publicadas varias obras: El viaje inútil (2018), La novia de Sandro (2015), Tesis sobre una domesticación (2019) y Las Malas (2019), con la que se catapultó al plano internacional con más de veinte y la traducción a diez idiomas. Durante el 2020 recibió el Premio Sor Juana Inés de la Cruz otorgado por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara por mejor escritora.