Mei es una adolescente de 13 años que disfruta de pasar tiempo con sus amigas, escuchar su banda favorita y bailar. Un día como cualquier otro se despierta y descubre que se ha convertido en un panda rojo gigante. Además de estar desconcertada con esta transformación, se da cuenta que tiene más vello en su cuerpo, olor en las axilas y cambios de humor imprevisibles.
Así comienza Red, la última película de Pixar y la primera del estudio en estar dirigida por una mujer, Domee Shi. Esta producción busca ser una metáfora de los cambios que se producen en la pubertad y, sobre todo, de la menstruación, un tema profundamente atravesado por los tabúes de la sociedad y del que poco se habla en los consumos culturales. Y por si no queda claro, la estética del film lo refuerza con la elección de la paleta de colores.
"Aquí no honramos a un dios, sino a nuestros ancestros", dice Ming, la madre de la niña, quien dirige un templo chino en el que dan visitas guiadas junto a su marido. Enseguida, Mei se mete en la charla con los turistas e interrumpe: "Y no solo a los hombres, claro". Red girará en torno a un ritual que tendrá lugar durante la noche de la luna roja para tramitar la relación de la niña con su panda interior (y exterior). Un panda que tal vez se inscriba en el laberinto de emociones que se suscita en la entrada a la adolescencia.
Mei y sus amigas sienten un amor platónico por los cantantes de una banda pop y harán todo lo posible para que sus mapadres las dejen ir al concierto. Entre la rebeldía y los valores inculcados, entre el arrebato por querer ser adulta y la vergüenza, ¿cómo lidiarán con la autoridad? ¿Cómo hará la niña para no cargar con las expectativas de su mamá? ¿Por qué constantemente siente que la defrauda? La película también invita a reflexionar sobre los lazos de una madre con su hija durante esta etapa.
Aunque este aggiornamiento de Disney y Pixar llegó un poco tarde en relación a las conquistas de los feminismos y a las discusiones que queremos dar en el espacio público, no dejó de hacer olas. No faltaron los críticos varones que se quejaron porque esta película no los representa y porque está dirigida a “un público muy específico y estrecho”. ¿Acaso son ellos quienes ahora están disconformes con la representación?
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Hay una fuerte presencia de las mujeres de la familia: abuelas, tías y amigas que velarán y acompañarán a la protagonista durante los cambios que su cuerpo y sus ideas emprendan de allí en adelante. "Mi panda, mi decisión", desafía la niña durante una escena y tal vez selle un cambio de paradigma en las nuevas producciones,
Una nueva heroína crece en los cimientos de una industria por demás cuestionada. “Quería realmente explorar los conflictos de una niña que entra en la adolescencia, mostrar cómo se siente tironeada entre ser una buena hija y aceptarse a sí misma como es, en toda su caótica complejidad”, explicó Domee Shi en una entrevista. ¿Y si Mei hubiera sido nuestra cenicienta?