Prendemos la televisión en Argentina y vemos a algunxs comunicadores sin ningún tipo de responsabilidad escupiendo lo primero que se les cruza por la mente. Si es cierto o no, poco les importa, y si violentan en el camino, menos todavía. La receta se repite una y otra vez, y con el tiempo se ha perfeccionado tanto que hasta suelen llamarlo “periodismo”.
Este último mes fueron varios los discursos meramente odiantes que estuvieron circulando por los medios de comunicación sobre los feminismos y el colectivo travesti trans. Estos no son nuevos y tampoco lo son sus portavoces. Sin embargo, estas agresiones ya no pasan desapercibidas. La Defensoría del Público recibió más de 750 reclamos en los últimos días repudiando las declaraciones al aire por la conductora Viviana Canosa, la diputada provincial Amalia Granata y la actriz Carmen Barbieri.
Esta cifra resulta sumamente significativa ya que el organismo creado por la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual suele recibir aproximadamente 1600 reclamos por año. ¿Qué significa esto? ¿Qué el trato discriminatorio en los medios se ha incrementado? Según sostuvo la comunicadora travesti Victoria Stéfano en diálogo con Presentes, “hemos evolucionado en reconocer ciertos tipos de violencia, como en este caso la violencia mediática”. “Ya no nos posicionamos como víctimas, sino que tomamos una parte activa en el pedido de justicia y reparación por este tipo de ataques”, agregó.
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Granata afirmando con total descaro que las personas trans “tienen privilegios” y que pueden ir a trabajar “tranquilamente”, por lo que desde el Estado no deberían darles “más derechos”. Barbieri dándole lugar en su programa y fomentando ella misma las barbaridades que decía la legisladora. Y no nos olvidemos de Canosa, quien elige la tendencia de Twitter del día y comienza a desparramar su odio. En esa oportunidad fue en el marco del Día Internacional de la Mujer, en donde les dijo a quienes fueron a marchar que “empiecen por darse un baño, depilarse e ir a trabajar”. Todos estos discursos plasmados en la televisión abierta, basados en la ignorancia y para nada inocentes, contribuyen a instalar conceptos erróneos sobre los colectivos.
Según subrayaron las denuncias frente al ente regulador, estos dichos “promueven o incitan el trato discriminatorio”. Además, quienes reclamaron consideraron que los programas no solo deberían pedir disculpas sino también fomentar la participación de estos colectivos para promover el diálogo y erradicar estos estereotipos.
Por su parte, el periodista Franco Torchia, perteneciente al colectivo LGBTTIQ+, no se quedó callado y se refirió a las declaraciones de la legisladora de Santa Fe en Mañanísimas. “Es completamente adrede”, sostuvo en el programa Todas las tardes de Canal 9. “No hay ningún tipo de ingenuidad de que un discurso así sea puesto en boca de una legisladora como Amalia Granata, porque hay intereses políticos y financieros muy fuertes detrás”, explicó.
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Además, reconoció que lo dicho por Amalia viola la Ley de Identidad de Género, la Ley Antidiscriminatoria y “los pactos preexistentes en la constitución nacional y los pactos internacionales que rigen el respeto a los derechos humanos”. “En mi barrio y en mi país, una persona que viola leyes es un delincuente”, afirmó, y destacó la gravedad de que una funcionaria y legisladora pública actúe de esta forma. Frente a esto, la diputada informó a través de su cuenta de Twitter que inició acciones legales por los delitos de calumnias e injurias contra él. Inmediatamente, distintas figuras del periodismo se pronunciaron para respaldar al comunicador.
¿Hasta cuándo se va a permitir que estos discursos continúen circulando con total impunidad en los medios de comunicación? ¿Cómo trabajar con las políticas públicas para evitarlos? Las disculpas no alcanzan ni nunca llegarán.
