Tres artistas, maquillaje, peluca, vestido rojo de encaje, uñas de negro, micrófono, parlante, malla de baile, pañuelo verde atado al puño, y el calorcito de un sol tenue de invierno dando brillo a las baldosas, sobre las cuales descansan una docena de hojas blancas con letras negras, que rezan: “acá no hay obra”.
Lxs gemelxs Fernando y Luis de Gyldenfeldt -fundadores de Ópera Queer-, llevaron a cabo el martes 18 de agosto el tercer acto de la propuesta artística Posta Sanitaria, organizada por el colectivo MU Lavaca. Presentaron la ópera Con te partiró, acompañadxs por la bailarina Cecilia Grüner, quien denunció con su propia interpretación la falta de inclusión de propuestas independientes y alternativas en el mítico teatro de Buenos Aires.
Los tonos barítono y soprano de lxs gemelxs, y la delicadeza de la bailarina, parecían introducir las preguntas: ¿Quién dice qué es el teatro? ¿Por qué las obras independientes no llegan a los espacios artísticos socialmente reconocidos y validados? ¿Por qué nunca se ejecutó una obra queer en el Colón? ¿Podrá una pandemia mundial sacudir las bases del arte y abrir más espacios?
Como un acto metadiscursivo, la obra se apropió de lo que le fue negado para afirmar su existencia, hizo lo que le prohibieron. Tomó las reglas de la ópera, las moldeó a su antojo, las mezcló, las reacomodó, las presentó y las negó a la vez.
Y vaya si hay rebeldía en el hecho de interpretarla en las escalinatas del Teatro Colón, situadas irónicamente sobre la calle Libertad de la Ciudad de Buenos Aires. No podría haber un escenario mejor para que Ópera Queer haya desplegado todo su brillo, para que se permitiera jugar, con ingenio y humor, a deconstruir a la lírica tradicional y las representaciones de los distintos géneros que se encuentran en escena.
El cierre de la presentación estuvo a cargo de la poeta, cantante y activista travesti Susy Shock, quien condimentó el encuentro con un hermoso escrito poético en el cual invitó a reflexionar sobre el arte en este contexto de pandemia: “Podemos pensar a futuro. Generar nuevas alianzas. Inventar juntes cómo seguir. Podemos hacer todo esto y mucho más. Lo que no podemos es seguir paralizadas, quietas como liebres cegadas a la luz, con la gestión cultural pública abandonada como si en este contexto no fuera algo esencial. Lo que no podemos es seguir sin existir”.
Como no hay teatro sin espectadorxs, lxs vecinxs que pasaban por la zona frenaron su paseo hacia los centros comerciales, barbijo en boca y changuito en mano, para disfrutar de las voces de Ferni y Lucho. Abrir atentamente los ojos sobre los tapabocas, escuchar la música mezclada con el tráfico, sonreir de forma encubierta por debajo de los barbijos, y soltar los changuitos para aplaudir a lxs artistas. Y luego avanzar, pero no caminar sobre los mismos pasos, sino con algunas preguntas dando vueltas en la cabeza.
¿Cómo dar visibilidad a lxs artistas que existen, pero son negadxs? Una pregunta difícil de responder, especialmente en este contexto en el cual las puertas se encuentran (más) cerradas para lxs artistas independientes. Quizá sea momento de crear una nueva forma de ser y hacer teatro, de reinventar los viejos papeles, de retocar los acordes y sacudir el polvo de los antiguos cortinados rojos. Y por sobre todo, será tiempo de seguir atentxs a las próximas Postas Sanitarias que se realizarán los días jueves, de forma sorpresiva, en las puertas y escalinatas de teatros y espacios culturales de la Ciudad.
– Este artículo fue publicado en el marco del Taller de Periodismo Feminista de Feminacida –
Foto de portada: Martina Wall