Marjane llega al aeropuerto de París y observa en la pantalla negra el horario de su vuelo a Teherán. Se dirige al baño, revisa con seriedad su rostro frente al espejo y se coloca su hiyab. A su lado, una mujer se maquilla los labios de un rojo brillante y la ojea con desprecio cuando pasa. Una vez afuera Marjane descubre que no le permiten regresar a su país natal. Cubierta bajo el velo negro, se sienta a fumar hasta que una niña dibujada en blanco y negro aparece y comienza a correr a su alrededor. Los recuerdos toman poder.
Persépolis (2007) es un largometraje de animación ilustrado, guionado y dirigido por Marjane Satrapi en colaboración con Vincent Paronnaud. La película está basada en la novela gráfica homónima de la misma autora, la cual narra fragmentos de su infancia durante la Revolución Islámica de los años setenta, su posterior exilio a Viena y su regreso a Irán en la adultez. Al momento de su estreno, la obra de Satrapi contó con numerosos reconocimientos por parte de la industria cinematográfica: fue candidata a los Premios Óscar como mejor película animada y a los Globos de Oro como mejor película de habla no inglesa, y obtuvo el Premio del Jurado del Festival de Cannes.
Satrapi es una artista que sabe resignificar su propia historia y sus novelas son la mayor prueba de esa capacidad. La ilustradora logra delinear con su lápiz un punto intermedio entre sus barreras personales, las angustias familiares y los traumas históricos y transgeneracionales del pueblo iraní.
La mayor profeta de la galaxia
“Recuerdo… en esa época llevaba una vida tranquila y sin problemas. Una vida de niña pequeña. Adoraba las papas con ketchup, Bruce Lee era mi héroe preferido, llevaba unas Adidas y tenía dos grandes obsesiones: depilarme algún día las piernas y convertirme en la mayor profeta de la galaxia”.
Al comienzo del film, Marjane se presenta como una niña inteligente y de curiosidad inquieta criada en el seno de una familia de clase media. Posee numerosos referentes culturales y fanatismos musicales, pero estos se van desvaneciendo a medida que el nuevo régimen político avanza y el fundamentalismo islámico se hace más fuerte en Irán. Marji recorre la avenida Gandhi para comprar ilegalmente un casette de Iron Maiden, rasguea con fuerza una guitarra imaginaria en la seguridad de su cuarto, y escribe en su campera la leyenda “Punk is not ded” como un grito de rebelión adolescente.
Como toda profeta en formación, Marjane comparte sus silencios con Dios. Él es su mayor confidente en la infancia, cuando sufre el arresto de su tío Anouche o cuando no comprende cómo vincularse con lxs niñxs cuyos padres fueron soldados del Shah; y también durante la adultez, cuando el regreso a Irán la empuja a la depresión y los efectos de su medicación se vuelven insoportables. La primera parte de Persépolis pone foco en el registro de lo infantil, la mirada idealizada y los refugios imaginarios a los que acude Marji para intentar comprender los cambios sociales y culturales que atraviesan a Irán luego del derrocamiento de la Dinastía Pahlaví.
La abuela y la integridad
Marjane tiene cinco años y un papel entre sus manos, se para frente al sillón y le lee con ímpetu a su abuela las máximas que instaurará en su próximo mandato:
“- Yo Marjane, futura profeta, he decidido que: primero, todo el mundo tiene que tener buen comportamiento. Segundo, todo el mundo tiene que cumplir su palabra. Tercero, todo el mundo debe hacer una buena acción. Cuarto, los pobres deben comer un pollo asado todos los días. Quinto, ninguna anciana sufrirá más.
- Bueno Marji, si es así yo quiero ser tu primera discípula.
- ¿De verdad? ¡Genial!
- ¿Cómo harás para que las ancianas no suframos más?
- Es fácil, estará prohibido.
- Claro, ¡cómo no se me había ocurrido!”
La abuela es uno de los mayores referentes morales y emocionales de Marjane. Es descendiente de la dinastía Qajar y fue pionera al divorciarse cincuenta y cinco años atrás. Ella es una fuente inagotable de consejos, sostén y fortaleza para una Marji joven que intenta conciliar su mente disruptiva con el régimen político que la agobia: le enseña las propiedades de llenar su corpiño con flores de jazmín durante la mañana, sobre la pérdida de claridad que surge con el miedo y la importancia de respetar su propia voz. El vínculo entre nieta y abuela se sostiene a través de muchas décadas e instancias de dolor. Cuando Marjane emigra a Austria y se rodea de una juventud “anarquista” que poco comprende de las experiencias de lxs exiliadxs, los discursos de la abuela regresan a su memoria para corregirla en los momentos se hace pasar por francesa para ocultar sus orígenes: “Mantenete siempre digna e íntegra a vos misma”, es la consigna ancestral que se sostiene a lo largo de todo el film.
Maternar en el miedo
Cuando Marjane escucha a su profesora de religión defender el nuevo régimen y negar la existencia de prisionerxs políticxs, siente una punzada por el recuerdo de su tío Anouche y se levanta a discutir. Acusa a su docente de mentirosa y visibiliza el pasaje de 3.000 a 300.000 detenidxs luego de la instauración de la Revolución Islámica. Sus compañeras le aplauden emocionadas, pero al llegar a casa la reacción de su madre es muy diferente:
“¿Vos sabés qué hacen cuando te arrestan? ¿Qué le hicieron a Ninoufar? ¡Cómo no se puede matar a una virgen, la casan con un guardián de la revolución y él la desvirga antes de ejecutarla! ¿Entendés lo que significa? ¡Si alguien te toca un pelo, lo mato!”
La angustia de las madres iraníes del film no se define solo por la imagen de las hijas silenciadas, sino también por la de los hijos de trece años y catorce años que son empujados al campo de batalla:
“Le dieron esto a mi hijo en el colegio. Le dijeron que si combatían y morían, entrarían al cielo con esta llave de plástico. Le dijeron que en el paraíso hay mucha comida, mujeres, casas de oro y diamantes”, narra una vecina que acude a la casa de lxs Satrapi en busca de ayuda.
Tanto la madre como la abuela representan la voz de la sabiduría, la experiencia y la impotencia frente a la represión femenina plasmada en el relato. En medio de una adolescencia rebelde y discutiva como la de Marji, ellas intentarán nutrir su vigor innato con una mirada más amplia de las realidades de algunas feminidades iraníes de los años 70’ y 80’. Las limitaciones, la ira enmudecida y el terror frente a la propia existencia son de los puntos que Persépolis más se esfuerza por resaltar. En la hora y media que dura el film, Satrapi condensa diferentes escenas e indicios que nos permiten espiar algunos de los recuerdos de su juventud: la impunidad de los soldados de la revolución, el contraste entre las exigencias y libertades destinadas a los hombres y a las mujeres, y los obstáculos para educarse como dibujante bajo un régimen que reglamenta con más fuerza la estética de los cuerpos feminizados:
“Ustedes no dudan en hacernos reproches a nosotras, pero los hermanos aquí presentes usan todo tipo de peinados y vestimentas. A veces llevan ropa tan ceñida que se les marca todo el cuerpo. ¿Cómo es posible que yo, como mujer, no pueda sentir nada al verlos con ropa tan apretada, pero ellos sí pueden excitarse con unos centímetros menos de velo? ” cuestiona a un grupo de soldados que le reclaman decencia y vestidos más largos a las estudiantes de su universidad.
Como un pequeño abrazo a la desobediencia, al salir Marji y sus compañeras juegan a quitarse el hiyab mientras manejan entre gritos por las calles de Teherán.
El exilio en Occidente
Al poco tiempo del inicio de la revolución, Marjane es enviada a estudiar en un liceo francés en Austria. La protagonista transita su adolescencia intentando adaptarse a un Occidente que la sumerge en los estereotipos y la soledad, a la par que convive con la culpa de permanecer en Europa mientras sus familiares experimentan los infiernos de la guerra con Irak. Siendo todavía muy joven, circula por diversos hogares y menciona el encuentro con diferentes personajes que evidencian algunas de las violencias simbólicas que recibe: las monjas católicas de una residencia de mujeres que la califican como “una iraní sin educación”, una filósofa retirada que la aloja pero luego la acusa de ladrona, y las juventudes austríacas cuya presión social la llevan a invisibilizar su propia historia: “Si creés que es fácil ser iraní acá.. Cuando lo digo me miran como una salvaje. Para ellos somos todos unos locos fanáticos que gritan y se pelean”, confiesa a mitad del film.
La parte más cruda del exilio de Marjane son los meses que vivió en la calle. La ilustradora decide narrar esta etapa de su vida a través de un registro musical y oscuro de escenas entrecortadas. Ella es muy sutil pero a la vez muy clara a la hora de expresar lo que desea compartir: sus tardes buscando comida entre la basura y recogiendo las colillas de cigarrillos que tiran lxs transeúntes, su miedo frente a una tos sangrante de bronquitis que le mancha las manos, y la noche en que la sombra de dos figuras indefinidas se le aparecen y la encierran en la oscuridad. Años después, cuando su pareja le proponga trasladarse nuevamente a Europa, Marjane no vacilará en responderle: “En Occidente te podés morir en la calle y a nadie le importa”.
Los dibujos y el cómic
Las ilustraciones de Satrapi se caracterizan por un estilo simple pero significativo. Sus personajes están delineados en diferentes escalas de blanco y negro, lo que contribuye a acentuar la comicidad, la tristeza y el nerviosismo de sus expresiones. Para los paisajes, la autora suele optar por diferentes escalas de grises: los contornos de las ciudades, los escombros de las explosiones y el reflejo de la luna sobre los montes Alburz saben mezclar el placer de lo estético con la incomodidad que muchas veces transmiten los símbolos expuestos. En este universo monocromático, Marjane se apodera de las luces y las sombras para construir las miradas oscuras, los caminos grises y las sonrisas blancas que se iluminan bajo los velos.
Acerca de la autora
Marjane Satrapi nació en 1969 en Rasht, Irán. Es una historietista, guionista y directora audiovisual que actualmente trabaja para el mercado francófono. Los cuatro tomos de su novela gráfica Persépolis (2000) alcanzaron un reconocimiento mundial y en 2007 fueron llevados al cine como largometraje de animación. Entre sus otros comics se encuentran Broderies (2003) y Poulet aux prunes (2004), ambos siguen un estilo en blanco y negro similar al de su obra más célebre. Recientemente dirigió Radioactive (2019), un largometraje biográfico basado en la vida de Marie Curie. Satrapi reside en Francia desde su segundo exilio en 1995.
Desde su nominación a los Premios Oscar, Persépolis cuenta con mucha difusión en internet y actualmente puede ser encontrada en numerosas plataformas de manera online y para descargar.