En un nuevo aniversario de la Noche de los Lápices, compartimos las palabras de Nietes, una organización de jóvenes estudiantes, familiares de detenides-desaparecides de la última dictadura militar: la voz de una generación nacida de las entrañas de la lucha, en la cuna de una democracia que aprendió a defender con la memoria. Reivindican la lucha feminista y de las disidencias y toman el legado de las madres y las abuelas para sellar un nudo entre el pañuelo blanco y el verde, y así exigir un verdadero Nunca Más.
El 16 de septiembre de 1976, en el contexto de la dictadura cívico-clerical-militar que asedió a nuestro país durante siete años, ocurrió un operativo comandado por el jefe de la Bonaerense, Ramón Camps, en la ciudad de La Plata. Dicho operativo tuvo por objetivo secuestrar estudiantes secundaries que habían realizado una intervención en reclamo del boleto estudiantil y que, además, eran fervientes militantes que luchaban por un país más justo e igualitario. Diez de elles fueron secuestrades y torturades: Franciso López Muntaner, María Claudia Falcone, Claudio de Acha, Horacio Ángel Ungaro, Daniel Alberto Racero, María Clara Ciocchini, Pablo Díaz, Patricia Miranda, Gustavo Carlotti y Emilce Moler. Sólo sobrevivieron cuatro.
El “Proceso de Reorganización Nacional” tenía por objetivo disciplinar a la sociedad argentina para implantar determinadas políticas económicas que respondían al mercado financiero, para ello necesitaron correr del medio a toda una generación que luchaba por claros ideales: democracia, igualdad, justicia social y, en definitiva, un país justo donde todes seamos tenides en cuenta. Así es como, por más que hayan cortado todas las flores, no pudieron detener la primavera.
¿Quiénes somos? Les nietes de esta generación desaparecida. Nos organizamos y nos pronunciamos con el objetivo de mantener viva la memoria. Consideramos que, en palabras de Juana Azurduy, “un pueblo que no recuerda su pasado, está condenado a repetirlo”. Hoy seguimos persiguiendo esos ideales, luchamos por un país más justo y exigimos justicia por todes les compañeres desaparecides. Pero además creemos fervientemente que la lucha por los derechos humanos en la actualidad incluye en su agenda la lucha feminista y de las disidencias. Es por eso que también gritamos por aquelles compañeres disidentes que fueron foco de la represion dictatorial por su sexualidad, por su condición de género, por su libertad de ser quienes querían ser, que no estan contemplades en los números detenides-desaparecides-exiliades en el período que va de 1976 a 1983.
Hace falta seguir construyendo por la educación también. Sin ir más lejos esta organización la componemos desde estudiantes de la escuela primaria hasta estudiantes universitaries. Apoyamos a la educación pública, seguimos reivindicando derechos que aún hoy no están cien por cien garantizados, como el mismísimo boleto estudiantil, histórico reclamo que ya embanderaban nuestres abueles.
En la coyuntura que atravesamos, en tiempos de aislamiento social y preventivo bajo la emergencia sanitaria mundial, sumamos nuevos reclamos, como la exigencia de acceso universal a la conectividad, siendo una herramienta indispensable para garantizar el derecho a la educación. En sintonía con esto, celebramos la reactivación del plan Conectar igualdad y la declaración de los servicios de internet y televisión como bienes públicos esenciales. Pero aún hace falta profundizar estas políticas para que lleguen a cada rincón, a cada estudiante del país.
Les nietes hacemos memoria a través de la militancia y la reivindicación de todos los ideales mencionados bajo una perspectiva de género. Esta generación tiene sus propias batallas, aprendiendo de lo sucedido, y mirando para adelante, construyendo políticas de memorias feministas y disidentes, abrazando a quienes olvidó la historia.
Hoy, en el aniversario de la Noche de los Lápices, decimos 30 mil compañeres y 400 disidencias detenides desaparecides, ¡PRESENTES!
Foto de portada: Nietes