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Mujeres wichis denuncian la violencia machista y colonial

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La Asamblea General de Mujeres Indígenas de Ruta 81 "Nehuayiè-Na'tuyie thaká natsas-thutsay-manses" se creó para denunciar las violencias y abusos que viven de forma cotidiana las mujeres, niñas y adolescentes de las comunidades wichis de Salta. La primera reunión se llevó adelante a mediados de febrero en la localidad de Pluma del Pato, departamento de Rivadavia. Allí diferentes integrantes de las comunidades wichí visibilizaron frente a funcionarios nacionales y provinciales los crímenes de género que ocurren en sus poblaciones y las problemáticas estructurales que enfrentan como comunidad.

¿Cómo surge la asamblea?

La Asamblea se conformó como un espacio para buscar respuestas a partir de una multiplicidad de femicidios ocurridos en el territorio. Por un lado, el femicidio de Pamela Flores, una niña de 12 años de la Misión Kilómetro 2 que fue encontrada sin vida y con signos de abuso luego de estar algunos días desaparecida. En ese momento, no fue el Estado el que salió a buscarla sino su propia comunidad. También por el asesinato de Florencia Isabel Torrez (14 años) y el de Jorgelina Reynoso (16 años).

"En el mes de enero, el infanticidio-femicidio de Pamela causó mucho estupor en la comunidad. Me convocaron para ver cómo podíamos exteriorizar lo que estaba pasando, porque no es el único caso en la zona. Desde la construcción de la ruta 81 vemos asesinatos, desapariciones y abusos de niñas", dijo Octaria Zamora, coordinadora de la Asamblea y referente de la comunidad. Según ella, la violación y abuso de las mujeres wichis sucede todo el tiempo pero no se le da difusión y queda impune.

El grupo de mujeres también habló sobre el abandono de sus hijes por parte de sus padres biológicos, quienes abusaron de ellas y hoy "caminan impunemente por las calles del pueblo", según Octaria. Ellas buscan que estos varones se responsabilicen por sus acciones y de esta manera detener las violencias que continúan presentes en la comunidad.


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¿Cuáles son las demandas?

Durante la primera Asamblea, se abordaron temas vinculados a la falta de acceso a la salud y a la justicia. Además, se pidieron soluciones para la emergencia en materia de violencia de género que viven las niñas y mujeres indígenas, y que se reabra el Ministerio de Asuntos Indígenas de la Provincia, entre otras cosas. “La justicia no es justa para el pueblo wichí, siempre ha sido así” dijo el presidente de la comunidad, Raúl Manuel, en diálogo con Tiempo Argentino y agregó: “Estamos olvidados, no tenemos acceso a la educación, a la salud, al agua potable”, en referencia a las diferentes aristas de la misma problemática.


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Como resultado de la Primera Asamblea General se redactó un documento dirigido al ministro de Seguridad y Justicia de Salta, Abel Cornejo, y se presentó a fines de febrero. Allí exigieron que se respete el derecho a la identidad de sus hijes y se repare el daño causado por los hombres que rechazaron sus responsabilidades como padres. "Muchas de esas relaciones no fueron consentidas, y también muchas de ellas sucedieron a una muy temprana edad, en condiciones que hoy reconocemos como claros abusos", denunciaron y agregaron: “Nuestros hijos son hijos de los primeros trabajadores de la ruta que vinieron de otras provincias, son hijos de almaceneros, de los carniceros, de policías, de gendarmes, de maestros, enfermeros, y de todos los que en su momento quisieron ‘satisfacer' con nuestros cuerpos sus deseos sexuales".

El próximo 13 de abril habrá una nueva reunión con la comunidad, con la presencia del Asesor Itinerante de la Defensa Pública de Tartagal. El pueblo wichí pide justicia y que se detenga el chineo, es decir la violación sistemática de niñas indígenas a manos de los “criollos”.


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