La diputada Mónica Macha fue una de las impulsoras de la Ley Promoción al Acceso al Empleo Formal para Personas Travestis, Transexuales y Transgénero. Entrevistada por este medio luego de la media sanción, reivindicó la importancia de reparar desigualdades y potenciar proyectos de vida. A continuación, compartimos el discurso que dio en la sesión de la Cámara de Diputados.
Si algo hemos construido desde la larga historia del transfeminismo es la capacidad colectiva de convertir a los problemas en políticas y a la oscuridad, la exclusión y la violencia en encuentros, orgullo y victorias.
Hoy estamos ante uno de los temas más crueles de nuestra sociedad: la exclusión laboral de personas travestis y trans. Desde estos espacios, desde este recinto, tenemos la obligación ética de hacer de nuestra sociedad un espacio más honesto. Tenemos que decirlo de una vez y para siempre: no hay otros motivos del desempleo estructural de la comunidad travesti trans más que su identidad de género.
Es la violencia patriarcal que se traduce en desigualdades, estereotipos, odios, exclusiones y discriminación. Las personas travestis y trans son sometidas a una violencia estructural que articula género, clase y raza.
Esta ley de Cupo Laboral Travesti Trans, entonces, viene a reconocer algo negado, viene a que una población excluida tome lo que es suyo y que nunca debió haber sido arrebatado.
La situación de la población travesti trans es muy crítica: el 80% en situación de prostitución, el 95% no tiene trabajo formal y el 90% fueron víctimas de violencia por razones de identidad de género. La expectativa de vida promedio: 40 años (la mitad de cualquier otra identidad de género)
Todos estos datos demuestran la enorme cantidad de violencias que se inscriben en sus cuerpos. La sociedad patriarcal las ha vuelto objeto de burla de día y sujetos de deseo por la noche, las ha vuelto invisibles para la vida laboral, las ha perseguido con las fuerzas de seguridad y las ha empujado al anonimato social.
¿Cuántos de los que estamos hoy acá sentados hemos contratado personas travetis trans? ¿Cuántos de los que estamos acá hemos tenido compañeras travesti o trans en nuestras trayectorias laborales o educativas? Son el colectivo que no está, son quienes faltan, son quienes hacen la historia del otro lado, desde los márgenes, desde abajo, sublevadas e insurrectas, son las que reivindican el derecho a ser lo que queramos ser, son como decía la querida Lohana Berkins las traidoras del patriarcado. Y déjenme agregar que son también las justicieras.
Durante 2020 en la Comisión de Mujeres y Diversidad asumimos un compromiso impostergable: el primer proyecto de ley que dictamináramos sería Acceso Laboral para personas Travestis Trans. Y así lo hicimos. Porque se lo debemos a todas las compañeras que dejaron la vida en esta lucha, en este reconocimiento. Se lo debemos a Diana Sacayán y Lohana, íconos transfeministas. Se lo debemos también a quienes vienen después de nosotras para que puedan vivir su identidad de forma plena y libre.
El trabajo no fue fácil ni sencillo, pero fue una construcción homogénea, abierta y fascinante. Sabíamos que había 15 proyectos de ley que de una u otra forma buscaban instaurar el cupo laboral travesti trans. Quiero nombrar a las y los autores: Silvia Horne, Gabriela Estévez, Cristina Álvarez Rodríguez, Romina Del Pla, Nicolás Del Caño, Gisela Marziota, Paola Vessvessian, Flavia Morales, Lucas Godoy, Brenda Austin, Vanesa Siley, Leonardo Grosso, Ayelén Sposito, Carlos Cisneros y también desde mi banca hemos presentado una propuesta de ley.
Nos dimos el espacio de escuchar todas las voces e identidades, de todas las procedencias y sectores, de un modo federal y horizontal. Celebramos tres reuniones informativas formales de la Comisión de Mujeres y Diversidad y por primera vez en la historia, en una reunión institucional, travestis y trans tomaban la palabra pública y dejaban registrado su testimonio en las versiones taquigráficas de la cámara. Además, las reuniones se transmitieron en vivo por los canales oficiales y cientos de compañerxs de todo el país pudieron seguir la discusión y verse representadas. Esto es clave de resaltar porque pone en centro de la vida política a sujetos que nunca había tenido esa posibilidad.
Esa serie de reuniones supusieron un gran aporte de ideas y conceptos, estrategias y posibilidades. A partir de ese momento trabajamos en la unificación de los proyectos para tener un dictamen de unidad y unanimidad. En este contexto, como una herramienta clave, el ejecutivo anuncia el decreto del Cupo Laboral Travesti Trans. Ahora no solo teníamos nuestros acuerdos legislativos y el fortalecimiento de las organizaciones sino que además contábamos con un instrumento legal clave que marcaba el horizonte de nuestro gobierno.
El dictamen del proyecto fue conmovedor e histórico. Un paso más (pero no cualquier paso) hacia la ley. Quiero destacar el trabajo conjunto que hemos hecho con la comisión de legislación del trabajo, especialmente ela labor de su presidenta, Vanesa Siley, y su vicepresidente Albor Cantard, como también destacar la tarea de la comisión de presupuesto y hacienda con la presidencia de Carlos Heller y la vicepresidencia de Luciano Laspina quienes también son parte de este proceso y este logro inevitable.
El proyecto que hoy tenemos para tratar recoge el antecedente del Decreto 721/2020 de cupo laboral en la administración pública del presidente Alberto Fernández, las leyes de cupo e inclusión laboral aprobadas en las provincias de Buenos Aires, Chubut, Río Negro, Chaco, Santa Fe y Entre Ríos. Además el texto consensuado cuenta con la lectura y la revisión del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, del Ministerio de Trabajo, de la Jefatura de Gabinete y de la Secretaría de Legal y Técnica de la Nación.
El proyecto Ley de Promoción del Acceso al Empleo Formal para Personas Travestis, Transexuales y Transgénero “Diana Sacayán Lohana Berkins” contempla medidas de acción positiva, tal como recomiendan los tratados internacionales, para lograr el acceso laboral a un colectivo históricamente vulnerado y marginado.
Los puntos centrales del dictamen acordado son:
• Se establece un cupo de 1 % en los tres poderes del Estado nacional y en las empresas estatales. El texto señala que el Estado nacional "debe ocupar en una proporción no inferior al 1% de la totalidad de su personal con personas travestis, transexuales y transgénero, en todas las modalidades de contratación regular vigentes".
• Se establecen incentivos fiscales para el sector privado que contrate personas del colectivo travesti trans. El texto señala: “Las contribuciones patronales que se generan por la contratación de las personas beneficiarias de la presente Ley podrán tomarse como pago a cuenta de impuestos nacionales.
• Se promueve el acceso al crédito con tasas preferenciales para las personas del colectivo. El texto indica: “El Banco de la Nación de la República Argentina debe promover líneas de crédito con tasa preferencial para el financiamiento de emprendimientos productivos, comerciales y/o de servicios, individuales o asociativos, destinados específicamente a personas solicitantes travestis, transexuales y transgénero”.
• Se generan Acciones de concientización. El texto señala que los organismos del Estado nacional “deben promover acciones tendientes a la sensibilización con perspectiva de género y de diversidad sexual en los ámbitos laborales, con el fin de una efectiva integración de las personas travestis, transexuales y transgénero en los puestos de trabajo”
• Se garantiza la igualdad real de oportunidades y el requisito de terminalidad educativa no puede resultar un obstáculo para el ingreso y permanencia en el empleo en los términos de la presente Ley. La autoridad de aplicación debe arbitrar los medios para garantizar la formación educativa obligatoria y la capacitación de las personas travestis, transexuales y transgénero con el fin de adecuar su situación a los requisitos formales para el puesto de trabajo en cuestión.
• Toda persona travesti, transexual o transgénero no podrá ser impedida de un cupo laboal por antecedentes contravencionales. Asimismo, los antecedentes penales de las/os postulantes, que resulten irrelevantes para el acceso al puesto laboral, no podrán representar un obstáculo para el ingreso y permanencia.
Ahora me gustaría trabajar sobre algunos de los argumentos del sentido común machista que ha circulado por años cada vez que hemos querido dar estos debates. Las voces críticas (y menores) de personas habladas por el machismo suelen decir: “¿Pero están capacitadas?”, “Ahora hay que ser trava para conseguir trabajo?”. Reclaman la capacitación y el mérito, dos argumentos clásicos del neoliberalismo, para excluir a quienes ya están excluidos y que no han podido completar sus trayectorias de educación formal. Este argumento implícitamente cree que las personas travestis y trans no tienen capacidad laboral. Esto es de una violencia abismal. Es decir, profundiza la desigualdad. Es decir, propone una doble exclusión. Las personas travestis trans tienen una formación histórica en sus organizaciones y esos saberes que han construido son los que ponemos en valor, su mirada y su experiencia. No deberíamos olvidar que el trabajo tiene por definición misma un componente formativo. A la meritocracia le respondemos con justicia social. El argumento en rigor es el inverso: el Estado no está capacitado si no tiene personas travestis trans en sus estructuras.
Hablar de trabajo digno para la población travesti trans es hablar de efecto concretos, reales e inmediatos que modifican su calidad de vida, la posibilidad de resolver su vida material y la oportunidad de planificar proyectos de vida. Cuando hablamos de garantizar trabajo formal hablamos de travestis y trans que puedan pagar el alquiler de una vivienda, acceder a alimentos, a cobertura de salud, a ropa. Estamos hablando de algo tan básico y tan determinante como la base material de una vida.
Pero esta ley viene también a traer una discusión que ataca el corazón del patriarcado, ataca la noción de biologisismo. Hoy discutimos cupo laboral, pero estamos poniendo en agenda los mandatos biológicos y estamos desmontando el binamismo. Hoy estamos poniendo en el centro de la conversación política que no somos varón o mujer, que no somos lo que nuestros genitales nos obligan, que no somos la cárcel de un cuerpo. Somos lo que hacemos con lo que la vida ha hecho de nostras.
Desde 2015 cuando obtuvimos la ley en provincia de Buenos Aires hasta este tratamiento ha habido una irrupción social y pública de los movimientos transfeministas que es innegable, llevan adelante una verdadera sublevación después de años de mandatos sociales que los excluyeron, los dominaron, los intentaron normativizar. Esa desobediencia hoy se convirtió en una fuerza política imposible de frenar. Se encuentran organizados y con objetivos claros. Tomaron las calles, tomaron la voz pública. Transformaron la política.
Esta ley es la reivindicación de la desobediencia, es la fiesta justa y postergada del transfeminismo, es la culminación de un proceso y la apertura a nuevos proyectos de vida. Este renacer de la comunidad travesti trans es también el renacer de nuestra sociedad. Esta ley demuestra que el trabajo dignifica y el orgullo politiza. Esta es la revolución del deseo.