Con el 98,2 por ciento de las mesas escrutadas, Sergio Massa (Unión por la Patria) ganó la elección con el 36,7 por ciento del total de votos. En segundo lugar se ubicó Javier Milei (La Libertad Avanza), con el 30 por ciento de apoyo de sus votantes, y el tercer puesto fue para Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio) con el 23,8 por ciento.
Juan Schiaretti (Hacemos) quedó en cuarto lugar con el 6,8 por ciento y Myriam Bregman (Frente de Izquierda Unidad) obtuvo el 2,7 del total de votos.
Ante este escenario, las argentinas y argentinos deberemos volver a las urnas en unas pocas semanas para elegir en instancia de balotaje al nuevo presidente de la Nación. Esto sucede porque ninguno de los candidatos obtuvo el 45 por ciento o más de los votos, ni tampoco el 40 por ciento de los votos válidos con una diferencia de al menos 10 puntos del segundo más votado.
Desde los resultados de las PASO en agosto, Sergio Massa, actual ministro de Economía, reunió unos tres millones de votos más en un total de ocho provincias y revirtió el mapa violeta que consagraba a Javier Milei como el candidato más votado. Los cambios se dieron en las provincias del sur: Tierra del Fuego, Santa Cruz, Río Negro y también en La Pampa, Entre Ríos, La Rioja, Corrientes y Tucumán. Además, la provincia de Buenos Aires sumó un millón de nuevos votos que le aportaron al oficialismo más del 40 por ciento del total de los votos obtenidos.
Son múltiples los análisis de los resultados que circulan desde los primeros números que comenzaron a circular poco tiempo después de cerrada la votación. A las 19 horas del domingo la ansiedad y la expectativa eran totales. Finalmente, una vez que los candidatos hablaron, el mapa fue más claro. Sergio Massa se expresó en un tono activo, paciente, esperanzador y, sobre todo, con énfasis en la unidad. Lejos de augurar un triunfo, llamó al ciudadano descontento y se mostró atento a las necesidades que, más allá de los resultados, siguen presentes. En ese sentido, es claro que la unidad de la patria deberá seguir gestionando los votos que necesita sumar para noviembre.
Por su parte, Javier Milei abandonó el intento de discurso paciente que venía poniendo en práctica en escenarios como los de los debates y nuevamente sacó a relucir sus frases más célebres de eliminación de la casta, destrucción del kirchnerismo y unos cuantos etcéteras. Al parecer esta sería una estrategia para unirse a los emblemas de las premisas de JxC y la derrotada Bullrich. De esta forma, Milei hizo un llamado a los desolados ex macristas que no encontraron representación en la candidata propuesta por el partido.
Del otro lado, la impecable Bregman conversó esta mañana con María O’Donnell y se encargó de aclarar que por supuesto Massa y Milei “no son lo mismo”, pero que de ninguna manera traicionará los principios socialistas de lucha contra el FMI. Por otro lado, aclaró que en los próximos días el FIT-U dará a conocer su postura definitiva. Lo que sí se encargó de enfatizar Bregman fue que los resultados muestran la innegable necesidad del pueblo de frenar a la ultraderecha.
Política en todos lados
Tras emitir su voto, Cristina Fernández de Kirchner aseguró que no se correrá de la arena política, más allá del final de su mandato como vicepresidenta. Ante la pregunta de una periodista sobre una posible nueva etapa más vinculada con lo familiar, la funcionaria negó categóricamente.
“Hay una creencia de que se puede hacer política solamente si estás en una boleta, y la verdad que no. Yo terminé en 2015 como presidenta y no quise fueros, tampoco los quiero ahora, pero desacostumbrémonos a que sólo con un cargo se puede hacer política y menos en el peronismo. Voy a vivir, trabajar y militar”, manifestó la vicepresidenta.
Si algo nos dejó esta elección es la certeza de saber que con la organización en los territorios y la militancia cotidiana se puede contrarrestar la amenaza de un futuro que asusta. Nunca es con menos política.
