La comunidad afrodescendiente en Argentina hizo historia al llevar a cabo su primera marcha en la lucha contra el racismo, la discriminación racial y la xenofobia. El 8 de noviembre la multitud compuesta por afroargentinos, afro-diaspóricos, africanos y panafricanos se reunió en Plaza de Mayo a las 16 horas para encaminarse hacia el Congreso de la Nación.
La manifestación fue una conmemoración del Día Nacional de los Afroargentinos y la Cultura Afro, en honor a la madre de la patria la Capitana María Remedios del Valle: un evento que marcó un hito en la lucha por la igualdad y los derechos humanos.
En este evento histórico, la comunidad afrodescendiente en Argentina dio un paso significativo en su lucha contra el racismo, la discriminación racial y la xenofobia. En la emblemática Plaza de Mayo, reconocida por su relevancia en las protestas argentinas, se presenció una impresionante demostración de solidaridad y determinación por parte de la comunidad afro. Las columnas de manifestantes estaban integradas por diversas organizaciones, incluyendo afroargentinas, afrodescendientes, afrodiaspóricas, panafricanistas, organizaciones africanas, colectivos de candombe, samba, reggae y capoeira. Portando pancartas que proclamaban "No al Racismo" y "Somos la historia no contada," cientos de participantes se unieron para alzar sus voces y denunciar el racismo sistémico que enfrentan en su vida cotidiana.
Las organizaciones que agrupan a personas africanas y afrodescendientes estiman que en Argentina residen alrededor de 2 millones de afrodescendientes. En 2010, se logró un hito histórico al incluir por primera vez en el censo poblacional una variable racial relacionada con les afrodescendientes. Aunque esta pregunta fue parte de un formulario ampliado y no obligatorio en la planilla general, marcó un importante primer paso que fue celebrado por la comunidad. Antes de esto, los únicos datos oficiales se remontaban a 1778. Según el Perfil Demográfico y Distribución Espacial Afrodescendientes en Argentina del Ministerio de Cultura de la Nación en 2010, el 3,92 por ciento de quienes se identifican como afrodescendientes son argentinos.
Sin embargo, la "Evaluación sobre el cumplimiento de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial realizada por el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD) en abril de 2023, señaló que “la discriminación en la Argentina -que tiene un correlato en la actuación policial- tiene un fuerte componente racial que no ha sido muy visibilizado en la discusión pública ni en el abordaje académico, que ha subrayado otros aspectos (la edad, el barrio, el aspecto, la pobreza) por sobre el perfil racial aplicado”. En Argentina, tradicionalmente se ha denominado “negros”, “cabecitas negras” o “morochos” a personas que no son ostensiblemente descendientes de la inmigración europea porque tienen rasgos indígenas y/o afrodescendientes.
El informe del CERD señala que en agosto de 2020 Argentina fue condenada en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) en el caso Delfín Acosta Martínez, una víctima de violencia institucional de nacionalidad uruguaya y activista en defensa de los derechos de la comunidad afrodescendiente. En esa sentencia, el Estado fue declarado responsable y se concluyó que la detención arbitraria y el posterior asesinato de Acosta Martínez a manos de la Policía Federal no fueron hechos aislados, sino que "representan un ejemplo paradigmático de la persecución y estigmatización de la comunidad afrodescendiente en nuestro país”.
Sandra Chagas, miembrx del “Movimiento Afrocultural” y el grupo “Matamba” de negras y afrodescendientes LGBTTI no binario, enfatizó durante la marcha que Argentina es un país afrodescendiente y africano. Según ella, “los afroargentinos existen y la ley N° 26.852 fue esencial para su reconocimiento”. A 10 años de esta ley, lamentamos el vandalismo del monumento a María Remedios del Valle en agosto de este año.
Reconociendo lo que esto representa para el colectivo del candombe y la afrodiáspora, Chagas recordó el caso de Delfín Acosta Martínez, asesinado por discriminación racial en 1996, en un momento en que no éramos llamados afrodescendientes. Subrayó la necesidad de un cambio en esta Argentina racista que ha invisibilizado a quienes dieron sus vidas por este territorio.
“La marcha aboga por una ley que garantice el cupo laboral para los afrodescendientes, similar al existente para personas trans y con discapacidad. Reconociendo que muchos de nuestros jóvenes no pueden acceder a la universidad o incluso completar la secundaria y que algunos abandonan la educación, es imperativo reconocer el racismo estructural, sistémico e institucional que enfrentan en el mercado laboral, donde incluso una simple foto puede ser motivo de discriminación en el proceso de selección", sostuvo.
Gladys Flores pertenece al Área de Género de la "Comisión 8 de Noviembre" y al colectivo "Negras (SI) Marronas". En diálogo con Feminacida, destacó que su participación en la marcha representa un compromiso ético, moral, espiritual y militante. Invitó a la población de Argentina a reflexionar profundamente y señaló que la identidad es una de las heridas que aqueja al país, una construcción subjetiva que comienza a nivel personal y luego se convierte en una experiencia colectiva. Flores, además, enfatizó la necesidad de emprender la labor de reconstrucción de una sociedad fracturada.
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El Babalorixá Pedro Mallorca de Ogun, miembro de la “Casa de Religión Africana Ile Ase Osun Doyo” y parte de la “Comisión 8 de Noviembre”, ha sido un impulsor fundamental de la marcha. Para él, el racismo institucional está claro y existe: “Con esta marcha buscamos el reconocimiento de las religiones de matriz afro por sobre todo y una ley que nos contemple, nos incluya y podamos ser parte de la construcción de esa ley”.
“Me gustaría hacer un llamado a la unión, porque en la unión está la fuerza en este movimiento. En definitiva, que el país hoy se reconozca afro es un avance y nos ha costado un enorme trabajo. Saber que existen comunidades con tierras de los desplazados de la época de 1600 por aquí, y que hoy estas comunidades están emergiendo a la luz y requiriendo la lucha política para el respeto y el reconocimiento. Contar con comunidades con tierras es el primer paso para que Argentina se reconozca como un país afro, y es imperativo que Argentina promulgue leyes que contemplen a los afroargentinos, afrodescendientes y africanos”, agregó en una entrevista con este medio.
Por su parte, Alejandra Egido, miembro de la Asociación Civil de Mujeres Afrodescendientes en Argentina "Todo en Sepia" y de la compañía teatral "Teatro en Sepia", compartió sus reflexiones en relación a esta fecha especial. Según Egido, "este día no solo conmemora el fallecimiento de Remedios del Valle, sino que también representa una jornada de lucha por los derechos que todavía nos son negados. Nuestras mujeres continúan siendo estigmatizadas por una gran parte de la sociedad argentina. Por esta razón, la unidad del colectivo afro se vuelve esencial para nuestro avance y desarrollo".
Las demandas de la comunidad afroargentina, afrodescendiente y africana en la marcha
Se instó a la preservación de los territorios ancestrales y del patrimonio cultural, así como la implementación de un Plan Nacional Contra el Racismo, la Discriminación Racial y la Xenofobia. Además, se pidió que la ley número N° 26.485, que aborda la violencia hacia las mujeres, incluya a las comunidades lgbttiob+ afrodescendientes, reconociendo los agravantes de odio y violencia raciales.
La presencia afro en la esfera pública fue un tema recurrente. Se abogó por la instalación del cuadro de María Remedios del Valle en el "Salón de las Mujeres y Diversidades del Bicentenario" de la Casa Rosada, así como por un cupo laboral y representación política afro en todos los ámbitos. La inclusión de la perspectiva étnica en la currícula escolar también fue un punto crucial para garantizar una educación inclusiva y diversa.
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El llamado a la creación de la Comisión Afrodescendiente en el Congreso de la Nación y a una ley antirracista resonaron con fuerza entre los y las participantes. La apropiación cultural fue denunciada como una práctica que perpetúa estereotipos y desigualdades, por lo que se exigió su cese inmediato.
Otra demanda urgente fue la incorporación de la comunidad afro en la ley N° 25.517, que aborda la restitución de los restos mortales de ancestros. Adicionalmente, se propuso la creación del Instituto Nacional de Asuntos Argentinos Afrodescendientes y Africanos (INAFRO) para promover políticas públicas que atiendan las necesidades específicas de esta comunidad.
En un gesto de gran simbolismo, se solicitó la defensa del candombe como "Patrimonio Material de la Humanidad" y como patrimonio vivo de Argentina, reconociendo así su importancia cultural y social.
Para culminar esta jornada de reivindicación y lucha, se exigió la declaración del 8 de noviembre como feriado nacional, en un reconocimiento a la contribución histórica y cultural de la comunidad afrodescendiente en el país.