Miles de personas se movilizaron este Día Internacional de la Mujer Trabajadora en todo el país en el marco del 7° Paro Internacional Feminista. En Buenos Aires, marcharon a Plaza de Mayo y al Congreso. Cada provincia hizo su propio recorrido y las consignas estuvieron atadas a las problemáticas de cada territorio.
¿Qué reclamos fueron el centro de la jornada? ¿Cuáles son las reivindicaciones necesarias? ¿Qué problemáticas requieren tratamiento y solución urgente? Una columna de Feminacida para Mujeres… ¡de acá!, programa emitido por Radio Nacional.
Foto de portada: Catalina Filgueira Risso
Los reclamos que nuclearon la jornada principalmente abarcan la problemática de la desocupación y pobreza de las mujeres e identidades disidentes, del trabajo no registrado y la precarización laboral, de la brecha salarial de género y la atención especial a las tareas de cuidado que siguen sin ser reconocidas.
Celina Monte es integrante de la organización La Poderosa del Barrio Las Dalias de Mar del Plata y retoma el proyecto de Ley de cocineras comunitarias impulsado por esa organización. La iniciativa contempla un ingreso que tenga como piso el Salario Mínimo, Vital y Móvil, vacaciones, jubilación y seguridad social para las cocineras, en su mayoría mujeres y disidencias sexuales que destinan ocho horas de trabajo diarias a cocinar para millones de personas en todo el territorio nacional.
“Es un trabajo que existe hace 30 años y que está completamente invisibilizado. Hoy en día, sostiene el plato de comida diario para 10 millones de personas”, explica y agrega: “El proyecto de Ley que proponemos se sostiene básicamente en el reconocimiento laboral de esta tarea, que el estado incluso ya reconoce con el envío de mercadería para que se puedan sostener las ollas populares. Pero también necesitamos acceso y seguridad de los derechos básicos, a la salud pública, a los derechos laborales y previsionales, a tener una vida digna y también todo el acompañamiento de género necesario hoy para vivir sin violencias”.
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Otras de las consignas presentes en la movilización de este año tiene arrastre de años anteriores. Entre ellos, la prevención, sanción y erradicación de las violencias por motivos de género y la aplicación efectiva de la Interrupción Voluntaria y/o Legal del Embarazo que, si bien se ha logrado establecer como derecho mediante leyes propias, sus garantías y su vigencia plena en el cotidiano de las personas aún no está garantizada de manera equitativa en todo el territorio. En algunos casos por falta de formación con perspectiva de género en las personas al frente de las entidades que deberían facilitar el acceso a estos derechos y, en otros, porque se requiere de una reforma judicial feminista completa. Esto último, encabeza las luchas feministas actuales porque se entiende que en el entramado de todo un universo judicial que siempre ha sido patriarcal, unas pocas leyes en contra de las violencias no encuentran su cauce cuando el camino está lleno de obstáculos.
Florencia Aguirre es activista feminista e integrante de la Coordinadora de Mujeres y Disidencias de Misiones. Habló sobre los casos que las llevan a marchar este 8M: “Pedimos la libertad de María Ovando, condenada por ‘no haber impedido el abuso hacia dos de sus hijas’, sentencia que se da en un contexto sumamente violento y plagado de irregularidades, y de Victoria Aguirre, también acusada y criminalizada por la muerte de su hija en un contexto de violencia de género”, resalta.
Casos como estos se suman a otros miles que deberían ser revisados tras fallos sin perspectiva de género como sucedió recientemente con el juicio de Lucía Pérez. Su caso impulsó el primer Paro de Mujeres del país. En el proceso se condenó a Matías Farías (29) y Juan Pablo Offidani (47) por “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravado por ser en perjuicio de menores de edad y en inmediaciones de un establecimiento educativo”. Sin embargo, fueron absueltos por las acusaciones de abuso sexual seguido de muerte y femicidio. El segundo juicio por el crimen de Lucía comenzó el mes pasado y aún se está a la espera de una nueva sentencia.
La reforma judicial feminista y el patrocinio jurídico gratuito para brindar contención y evitar las revictimizaciones en los procesos son urgentes. Los gritos de quienes marcharon a Plaza de Mayo y al Congreso reafirmaron las consignas de los derechos que, con entereza y decisión, mujeres y disidencias luchan por conquistar.