La reina de Turdera es un espectáculo escrito por Jazmín Spanarelli y con dirección de Juan Mako donde cada palabra, cada minuto proyectado sobre la pantalla y cada secreto develado son ingredientes con un valor incalculable. La receta es antigua, acertada y da como resultado un cuento ameno que enseguida se hace familiar.
En el escenario se presenta una actriz que no se permite aburrir miradas. Jazmín carga la poesía como si fuesen plumas y actúa como si todo lo que revela en la intimidad de su casa no se clavara en el pecho. Nos presenta a su abuela con histrionismo y con una soltura complicada de encontrar en los escenarios actuales. Su capacidad interpretativa permite identificarse con una nieta que admira y ama a su nonna y también autoriza una visión íntima de este vínculo tan especial. Sostener el hilo de atención en la historia es una tarea sencilla gracias a una actuación atinada y para nada gris.
Quizás un escenario austero en su escenografía y la presencia de una artista sola podrían aumentar el vacío escenográfico pero este no es el ejemplo. El recurso audiovisual aparece como una idea ingeniosa para acompañar el relato.
El teatro clásico se toma de la mano con la tecnología para transportar al público al destino elegido. Pero no figura solo a manera de ambientación. Los videos donde aparece la abuela con sus propias historias y guiños pintan con gracia un personaje que pasa de ser secundario a tener una importancia estelar. Ver a Teresina charlando con comodidad, en su querida Turdera es en verdad el ingrediente clave que asegura que la receta salga de maravillas. Los espectadores son afortunados testigos de sus opiniones y sus gestos.
En La reina de Turdera nieta y abuela guían el cuento y sumergen a la audiencia en las vivencias de una mujer. Una mujer que lleva dos locaciones en su corazón. Desde Europa hasta Zona Sur hay tela para cortar, hay luchas que dar o resignar. Cada decisión esta cubierta por el velo de la construcción del estereotipo femenino.
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Ser mujer migrante en la actualidad supone riesgos e historias duras de narrar. Marcas en el cuerpo y en la mente. Serlo muchos años atrás supone doblar, triplicar el riesgo y las lágrimas. Se encuentra una anécdota repetida en la mayoría de las familias italo-argentinas y este espectáculo no cae en formatos ya vistos o mecanismos poco novedosos a la hora de presentar su puesta. El vínculo familiar que une a estas mujeres es honrado y dibujado con simpatía. Cada diálogo y cada manera actoral ayudan a construir una mirada fuerte sobre los personajes. Sin caer en falsas adulaciones es posible argumentar que estas memorias no hablan sobre personajes débiles o ligeros.
El talento de la intérprete expone un abanico sorprendente de cualidades que aportan una esperada cuota de comedia. En esta pieza teatral, tan cercana, con personajes que se encuentran con facilidad en las propias familias y biografías la risa es compartida y es un bálsamo que calma cualquier recuerdo lacrimógeno. La reina de Turdera es una obra de teatro de risa asegurada, pero que también invita a la reflexión sobre el trato familiar hacia los adultos mayores, grupo etario olvidado y relegado con injusticia al reposo absoluto.
Ficha artístico-técnica
Dramaturgia: Jazmín Spanarelli
Actúa: Jazmín Spanarelli
Dirección y Colaboración artística: Juan Mako
Asistencia de dirección y Relato audiovisual: Hernán Balestra
Iluminación: Marisol Martínez
Diseño gráfico: Laura Gabian
Comunicación y redes: Santiago Miniño
Registro audiovisual: María Fernanda López
Escenografía y Vestuario: Sol Soto
Las entradas se consiguen haciendo click acá o a través de Alternativa Teatral