Mi Carrito

La ESI como respuesta a adolescencias en duelo

Compartí esta nota en redes

Comprensión bendita, un par de dilemas
Humanidad maldita, cuerpo que tirita
Mirada que desvela, de esas que te hielan
Gratitu' infinita, noches sin estrellas
O con miles de ellas, alma dinamita
Voces en la cripta, felicidad compleja
Una espera escrita, angustias bellas
Onomatopeya, río que se agita
Una luz interna, fuego que habilita
Lágrima que quema, protección eterna
Un amor que grita.

Alma dinamita - WOS

Socialmente se tiende a relacionar el duelo al proceso que se vive después del fallecimiento de un ser queridx. De manera más específica, a partir de libros, películas y series circulan como lugares comunes ideas sobre el “duelo en la adolescencia” que describen a  lxs adolescentes como seres sufrientes, encerradxs, rebeldes, irresponsables, desinteresadxs, despreocupadxs. Sin embargo, el duelo es un proceso más complejo que lo que muestran. Entonces, ¿de qué hablamos cuando hablamos de  Adolescencias en Duelo? ¿Cuáles son sus especificidades? ¿Por qué es tan importante reflexionar sobre los duelos de lxs adolescentes en el momento actual que la sociedad está viviendo? ¿De qué manera la ESI se vuelve un espacio fundamental de contención y escucha de estos duelos?

Pensar y hacer en clave de contención afectiva

La pandemia del COVID-19 en Argentina instó al Gobierno nacional a decretar el aislamiento social, preventivo y obligatorio en todo el país y como consecuencia, la suspensión de las clases presenciales por tiempo indefinido. Tal como sostiene Unicef en su informe: “El acompañamiento a la comunidad educativa en un contexto de emergencia”, las escuelas repentinamente se encontraron sin la presencia física de lxs actorxs de la vida cotidiana. El sentimiento de incertidumbre y desconcierto inicial fueron las expresiones generalizadas frente a la reconfiguración de prácticas conocidas. 

Ante esta situación es esperable que surjan expresiones diversas de angustia y que los recursos para procesarla sean también diferentes. Vulnerabilidad, incertidumbre, duda, tristeza, preocupación, miedo, culpa, desilusión están presentes en todos lxs actorxs, y de modo particular, en lxs adolescentes. Para Franco, de 17 años, la imposibilidad de compartir con pares se suma a la situación angustiante por la salud: “Desde chico siempre me imaginaba en Bariloche con amigos. Pero ver que llega el momento y todo se va alejando, que cada vez hay menos chances de poder hacer algo, a mí me pone re mal.  Además, se juntan el miedo y el hecho de no poder hacer nada”. 

Ilustración: @bengoavazquez

Es fundamental, entonces, pensar y hacer en clave de contención afectiva para construir un marco en el que todxs puedan sentipensarse con otrxs. Consultada por Feminacida, la trabajadora social Romina Ponte se pregunta qué pasaría si desde la escuela, en aquellos espacios donde se la puede sostener desde la virtualidad, se hablara de este tema: “¿Qué les pasa con la cuarentena? ¿Con lxs vínculos? La escuela, una vez más, queda muy atrás de lo que la sociedad demanda. No alcanza con los contenidos.” 

Para acompañar las diversas trayectorias escolares se deberían crear nuevos modos de encontrarse y construir lazos, atendiendo al impacto vincular y socioafectivo que el distanciamiento físico y el uso de la virtualidad tienen en las subjetividades. Magui, de 17 años, cuenta la desmotivación generalizada que vive junto a otrxs: “En mi salón, ya nadie entrega los trabajos, no sabemos si nos va a servir. Es todo de desinformación, que en vez de generar calma, genera tristeza, bronca”. 

La incertidumbre respecto a cómo van a pasar de año y cómo van a ser evaluadxs en las distintas materias es un sentimiento que recorre las experiencias de lxs entrevistadxs. ¿Y cómo se produce la enseñanza-aprendizaje sin vínculo? El aula es mucho más que la suma de sus partes, según lo entiende Amparo de 17 años: “Con les docentes no mantengo contacto. Recibo y entrego algunos trabajos, de vez en cuando. El hecho de relacionarnos únicamente mediante las redes sociales es algo nuevo. Se siente un poco raro, parece imposible llegar a conocerse por completo con les docentes y eso hace que el estudio no deje ningún aprendizaje más que el programa obligatorio de estudio”. 

 Duele/o

Dejo la melancolía
Esa mezcla rara de nostalgia y apatía
No está tan mal estar a la deriva
Hay algo del vacío que cautiva
Malabarista sentimental con sensaciones mixtas
La vida es una cuerda y no soy buen equilibrista
Hay que alejarse pa' ver las arista'
Lo que está muy cerca puede nublar la vista
Algo del vacío - WOS

Rubén Efron, consultor de UNICEF para Argentina, propone que en la adolescencia deben realizarse tres operaciones básicas, íntimamente ligadas entre sí y vinculadas a procesos de pérdida y de nuevas adquisiciones: la construcción de la identidad, la construcción del espacio subjetivo y el proceso de emancipación. Esta definición de Efron permite pensar en la importancia de reflexionar sobre los duelos de lxs adolescentes en este momento.  

Se ha extendido ampliamente la consideración del duelo como el proceso que se vive después del fallecimiento de un ser queridx. Sin embargo, a nivel psicológico, no hay cambio real sin pérdida. El pasaje de una etapa de la vida a otra involucra pérdidas de relaciones y de proyectos que impactan a cada unx de manera diferente. La adolescencia es de por sí una etapa de duelo donde se pierden los hábitos y privilegios de la infancia, pero aún no se entra en la vida adulta. Romper tabúes. Ampliar la mirada. Ni estigmatizar ni generalizar. El duelo debe ser entendido como parte de un proceso, como una respuesta “normal” ante una pérdida a la cual le es inherente una afectación en diferentes niveles de la vida individual y social de cada unx. 

Resultan preocupantes las declaraciones de Facundo Manes cuando sostiene que 8 de cada 10 adolescentes en nuestro país sufren de depresión producto de la cuarentena eterna, sin enfoque psico-social y en medios hegemónicos. Esto implica no analizar a la depresión como padecimiento mental subjetivo, complejo y singular, patologizando la vivencias de lxs jóvenes.  Por otro lado, trae aparejado tres consecuencias: desconocer al duelo como proceso amplio que requiere de un acompañamiento de cada singularidad; ignorar el proceso de subjetivación que es la adolescencia en sí misma; y considerar que las medidas tomadas en relación al ASPO no serían estrategias de cuidado colectivo que ponen en primer lugar la vida. Hablar en términos de duelo sí permite dar nuevos sentidos y significados a lo que están viviendo lxs adolescentes. 

Para la licenciada Romina Ponte tiene que ver con los proyectos a futuro de lxs adolescentes: “No es lo mismo atravesar la situación actual en la adolescencia que en la adultez. En esta etapa, parece que lo que no se hace en ese momento, no se hace. Y por supuesto, cómo no va haber angustia. En cierre de ciclos debe pesar el doble. Se trata de poder cerrar para ellxs, de la importancia de cerrar ciclos vitales que configuran y proyectan las siguientes etapas”.

Lxs adolescentes entrevistadxs destacan el papel que tienen los medios de comunicación. Ambxs coinciden en sostener que los medios influyen mucho en cómo se van sintiendo: “Un día dicen que vamos a rendir un examen, otro día que vamos a pasar sin rendir, te mezclan todo. Entonces, no sabemos si enojarnos, si creer o ilusionarnos. Y estamos pegadxs a los medios, no se puede no leer”, reflexiona Franco. 

 ESI: contención y escucha 

Unicef consultó a niñxs y adolecentes acerca de aquellas cuestiones que más les están costando del aislamiento para la Encuesta Rápida Covid19. Más del 70 por ciento indicó que le cuesta no verse con sus amigxs. La mitad de lxs encuestadxs señaló el no poder salir, no ir a la escuela, estar encerradx, no poder estar al aire libre o realizar actividades que antes sí hacían: como deportes, actividades culturales, militancia, talleres, entre otras. En este sentido, Franco sostiene que se pone más triste en esta fecha porque si estuviera haciendo el año normal arrancaría la época más linda: “Va pasando todo este tiempo sin nada, triste, más encerrado que afuera, por zoom”.  

La escucha, la palabra, la mirada, la apropiación y la creatividad se transforman en elementos claves para poder generar propuestas y abrir espacios alternativos donde lxs adolescentes, como sujetxs sociales, puedan expresar los sentimientos que están atravesando. La apuesta debe abrir la posibilidad de simbolizar una realidad que irrumpe y crea, o recrea, experiencias diversas. 

Magui prefiere mil veces no cursar el último año o no ver más a sus amigxs en la escuela antes que un familiar se enferme. El sentimiento de soledad a veces es abrumador, incluso más allá de la pandemia. Al respecto, Amparo, de 17 años, relata: “Sí, muchas veces me sentí sola. Pero no únicamente por la cuarentena. Y no encontré ninguna forma para dejar de sentirme así, supongo que la mejor forma es hablar con alguien sobre eso. El sentimiento de que estás sola en el mundo y nadie está ahí para ayudarte es bastante doloroso y la escuela es una de esas cosas que logra hacerte sentir así muchas veces”. 

¿Desde qué espacios se le hace lugar a sentimientos tan potentes? En este contexto, la escuela cuenta con una herramienta fundamental que es necesario recuperar: la ESI. Es desde allí que puede colaborar en la construcción de nuevos vínculos, entendiendo que muchos de los esquemas habituales que organizaban rutinas y la cotidianeidad en los hogares se vieron interrumpidos o modificados. La escuela, desde la ESI como espacio transversal y capaz de producir mirada, sostener la escucha y reponer la palabra, tiene que poder dar respuestas a partir de abordajes integrales, sin prejuicios y adecuados al contexto actual de cada adolescente. La circulación y la resignificación de la experiencia singular en estos espacios puede ser compartida, contenida, acompañada y duelada colectivamente.  

Foto de portada: Cora Balog a Lxs Del Fondo

– Este artículo fue producido en el marco del Taller de Producción y Edición Feminista en Medios Digitales de Feminacida –


Compartí esta nota en redes