Cuando Tehuel desapareció, tenía 21 años. Había sido visto por última vez el 11 de marzo de 2021, día en el que salió de su casa en San Vicente, Provincia de Buenos Aires, para ir a la casa de Luis Alberto Ramos con la promesa de un puesto laboral. Desde ese día no se supo más de él. La burocracia estatal pospuso las búsquedas y resoluciones del caso, convirtiendo a Tehuel en un desaparecido en democracia. Finalmente, el lunes 15 de julio comenzó el primer juicio contra Ramos, uno de los dos imputados, que se estima que dure entre 7 y 10 días. El proceso se está llevando a cabo en el Tribunal Oral Criminal N° 2 de La Plata.
Tehuel no tenía un trabajo estable. Según relata Luciana, su pareja, "nadie aceptaba a Tehuel para trabajar”. En un comercio le dijeron que no lo contratarían porque podía arrepentirse de ser trans y quedar embarazada. “Estábamos muy mal económicamente; se amontonaban las boletas de la luz, el gas, el jardín del nene, los alimentos, y, obviamente, si te dicen 'tengo un trabajo para vos', vas a aceptar", continúa.
Las palabras de Luciana reflejan la realidad de gran parte del colectivo travesti-trans, y la de Tehuel en particular: vivir en la precariedad, no conseguir trabajo (o, si se consigue, suele ser de manera informal y/o con pésimas condiciones laborales), sufrir microviolencias diarias, quedar afuera del sistema por no encajar en los patrones socialmente establecidos y estar librades a la marginalidad y a la pobreza. La expulsión del sistema laboral implica una desprotección total y un empujón al abismo para una población con una expectativa de vida de 35 años. En este sentido, Tehuel se convirtió en una lucha colectiva que en el territorio fue más de índole popular, pateando la calle, tocando puertas, que estatal.
El recorrido previo al juicio
La última pista precisa de Tehuel de la Torre es una foto tomada a las 20:42 del 11 de marzo de 2021. En esta imagen, capturada con un teléfono móvil, Tehuel aparece junto a Luis Alberto Ramos y Oscar Alfredo Montes en la casa de uno de ellos. Tres horas y cuarenta minutos después, el celular de Tehuel dejó de emitir una señal rastreable. Dos semanas más tarde, Ramos y Montes fueron arrestados y, desde entonces, se encuentran en prisión preventiva: esperan ser juzgados como posibles autores de un "homicidio agravado por odio a la orientación sexual y a la identidad de género".
Con los elementos hallados en la investigación, como la foto mencionada, fragmentos del celular de Tehuel quemado, indicios de su ropa en el terreno de la casa de Ramos y una mancha de sangre, el caso fue considerado por la justicia como resuelto. ¿Qué significa esto? La fiscalía a cargo de la investigación, en diciembre de 2021, decidió elevar la causa a juicio y cerró la investigación y búsqueda de Tehuel. Desde el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) afirman que "nunca hubo un plan de búsqueda" y agregan que en la recopilación de testimonios "las conversaciones con conocidos de Tehuel y de los imputados fueron superficiales y fragmentarias". A esto se suma que, aunque en las primeras semanas se llevaron a cabo búsquedas en Alejandro Korn ampliamente televisadas, tanto en viviendas como en terrenos baldíos cercanos al lugar donde se tiene certeza de la última ubicación de Tehuel, fueron poco sistemáticas.
El juicio
Se llevarán a cabo dos procesos: uno penal y otro por jurados, lo que implica que la familia deberá pasar por dos instancias judiciales para poder conseguir justicia. El juicio penal, que comenzó el lunes 15 de julio, tiene como imputado a Luis Alberto Ramos, el dueño de la casa a donde fue Tehuel y donde también se encontraron las pruebas. Oscar Alfredo Montes, el otro acusado, solicitó ser juzgado mediante un juicio por jurados, y aún no tiene fecha. Ambos se encuentran imputados con la misma carátula.
Como la justicia parte de la hipótesis de homicidio, esto implica que, si se dicta una condena, el proceso judicial podría terminar sin que se conozca el paradero del joven trans, cesando su búsqueda. Uno de los reclamos principales de los activismos LGBTIQ+ por la posibilidad de que no haya respuestas aparentes al paradero de Tehuel.
Se espera que declaren 90 testigos. La primera en testificar fue Norma Nahuelcurá, su mamá. Le siguieron Michelle, su novia, algunos vecinos y una ex pareja de Ramos. Michelle, quién como muchos testigos pidió que Ramos no esté presente al momento de hablar, afirmó que al principio no le quisieron tomar la denuncia en la comisaría por ser menor de edad, aunque cualquier persona puede denunciar aunque sea menor de 18 años. Además afirmó que cuando logró conseguir el teléfono de Ramos para hablar con él y preguntarle por Tehuel, se dió cuenta de que “hablaba de Tehuel como una femenina”.
Rápidamente la representación legal de la mamá de Tehuel resaltaron que Ramos lo identificaba como mujer y le negaba su identidad. El mismo día, Catalina Salas, ex pareja de Ramos, afirmó que se separó de él porque abusó de su hijo, además de ejercer violencia de género hacia ella. Y añadió: “No le gustaba que los hombres estén con los hombres y las mujeres con las mujeres, le daba bronca”.
En la segunda audiencia hablaron ocho testigos, entre ellos una tía política y una prima del imputado. Ambas relataron que Ramos en los días posteriores a la desaparición de Tehuel, les robó pastillas que eran para un tratamiento psiquiátrico y amenazó con un cuchillo a su prima para que no le dijera a la policía que él estaba allí. En esa jornada, la última testigo en declarar, Priscila M., presentada por la fiscalía como la última pareja del imputado, quién quedó detenida al terminar su declaración por alegato de falso testimonio. Según la justicia, “se ha constatado en la audiencia que la testigo ha sido reticente. Eso motivó innumerables cantidad de preguntas. En todas dijo no recordar. Contestaba una y otra vez: no recuerdo. Al principio relativizó la relación con el imputado, sin embargo con los mensajes se vio que era todo lo contrario”.
Pulso Noticias dialogó con la abogada Melina S. Buela, parte del equipo del Christian Pérez Sasso quién defiende a la testiga, y afirmó que “la fiscalía considera que el hecho de que en alguna oportunidad hubiera algún mensaje en la que lo trata con cierta cercanía, significa que hay una relación de pareja, e infiere que por esa relación de pareja ella tendría que tener más conocimiento de lo que efectivamente tiene”. Según Buela, esto significa una suposición por parte de la acusación. “Lo que termina sucediendo es que el Tribunal considera que el hecho de que ella titubeara o dudara, es indicio suficiente de que intentaba beneficiar a los imputados”, agregó. Sin embargo, a las 24 horas Priscila fue liberada ya que la fiscalía que intervino consideró que no había elementos suficientes para que permanezca detenida.
En la audiencia del miércoles 17 declararon los policías que estuvieron en los allanamientos, además del personal que se ocupó del análisis de llamadas y de la geolocalización de los teléfonos. Todos los testimonios corroboraron que en la casa de Ramos encontraron, enganchada en la ligustrina, restos de tela de una campera, la carcasa de un celular marca Motorola y manchas de sangre en la pared.
Otro testimonio que confirma las sospechas sobre Ramos es el de Andrea Licolich, quien conoció a Tehuel y al imputado militando en el MST de San Vicente. Licolich recordó varias vivencias y comentarios de Ramos, afirmando que en una ocasión él expresó que “era un desperdicio de mujer haberse vuelto hombre”, refiriéndose a la identidad de Tehuel. Esta afirmación refuerza la sospecha de que Ramos negaba y cuestionaba la identidad del joven trans. Además, Licolich coincide con varios testigos en que Ramos no solo ayudaba a Tehuel a conseguir trabajos informales, sino que también "le brindaba apoyo económico cuando lo necesitaba", lo que complejiza aún más el vínculo y plantea interrogantes sobre una posible relación de poder.
Aunque todavía faltan que testifiquen más personas, todos los componentes señalan directamente a Ramos y coinciden en que el acusado intentó huir, camuflarse y ocultarse en diversas situaciones. De acuerdo con fuentes judiciales, cuando comenzó el juicio la postura de los jueces respecto al agravante por odio a la identidad de género estaba dividida. Sin embargo, habrá que esperar la decisión del tribunal.
Hasta ahora han testificado 41 personas. El jueves 25 de julio se llevará a cabo la última audiencia en donde se espera que declaren ocho personas más, la mayoría del ámbito judicial. Según las estimaciones de quienes siguen el proceso, el viernes se presentarán los alegatos finales.