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Las Norma Plá: jubiladas en resistencia

Jubiladas en resistencia
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Por Camila Vautier y Catalina Filgueira Risso

Una cámara apunta a una fila de personas mayores que, sosteniendo una bandera roja con el nombre de su agrupación Jubilados insurgentes, se enfrentan a un cordón de escudos de la policía federal. Con el micrófono en mano, el periodista de C5N, Lautaro Maislin se acerca a una mujer de pelo blanco. Ana María será nombrada por los medios como “la nueva Norma Plá”, pero eso ella todavía no lo sabe. Ahora está alterada y un poco asustada, tiene miedo por los jóvenes y por quienes le dan la espalda a la policía. Describe que están subsistiendo con una jubilación mínima de $105.000 mensuales y que por eso trabajan de lo que sea que consigan. “Llegar a esto, pedirles, rogarles que queremos comer, que necesitamos el dinero para subsistir porque a la gente no le da ni para los remedios. Hay gente que se nos está muriendo de cáncer porque no le dan los suministros”, declara. 

La situación que relata Ana María es desesperante y forma parte de un largo deterioro que jubiladas y jubilados vienen sufriendo en sus haberes previsionales. De acuerdo a lo publicado en el Boletín Estadístico de la Seguridad Social, el 86 por ciento del total de las 7 millones de personas jubiladas cobra menos de $200.000. 

“¿Y si tocan el Fondo de Garantías, cómo me van a pagar la jubilación? ¿Y si las privatizan y si vuelven a crear las AFJP? ¿Cómo llegamos a fin de mes?”, se pregunta Cecilia, maestra jubilada de la provincia de Río Negro. En enero, la Canasta Básica Total se ubicó en $495.798,32, según el INDEC. La jubilación mínima es de $105.712. 

“Hay gente que toma día por medio la medicación, que se van a dormir a la casa sin tomar el remedio y esperar no morirse. Es desesperante la situación”, sostiene Sonia, docente de Historia jubilada y parte de la Asamblea de Boedo, en Capital Federal. Para ella, que desde el 2001 participa de asambleas y espacios de organización colectiva, lo que están haciendo con las personas jubiladas respecto a la falta de alimento y remedios “es un genocidio”. 


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Según un informe del Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (CEPROFAR), las medicaciones más utilizadas aumentaron un 90 por ciento entre el 1 de noviembre y el 31 de diciembre, superando en algunos casos el 100 por ciento. Ruber Sajem, director de la entidad, dijo en una entrevista con Radio Provincia que “en ningún país del mundo los laboratorios aumentan los precios sin control, como lo están haciendo ahora”.

“Yo, como jubilada, sigo teniendo dos mangos y no me puedo comer las paredes. Los audífonos para mi marido no los están entregando porque no hay quién los dé porque no hay un organismo funcionando”, explica Clara, artista visual y jubilada del barrio porteño de Saavedra, en referencia a la intervención actual del PAMI.

Ema vive en Berazategui y es jubilada de ama de casa. Trabajó en fábricas de alimentos que jamás le hicieron los aportes correspondientes y después se volcó al trabajo en casas particulares. “Yo tendría que haber recontra pasado los 30 años”, asegura. En la pandemia, aplicó a una moratoria. Su hija le prestó la plata para pagar los años que le faltaban y saldó la deuda para poder jubilarse. Forma parte de la agrupación Todos somos jubilados. Es cuestión de tiempo, que a su vez se nuclea en el Frente Grande de jubilados: se reúnen desde noviembre de 2023, organizando actividades y realizando rondas y radio abierta en la Plaza de Mayo los terceros miércoles de cada mes. “Están dando medicamentos genéricos, pero no hay ni noticias de los que tienen que ver con la presión y los problemas cardíacos”, confirma. 

Liliana también está jubilada con la mínima como ama de casa. Ella es médica psiquiatra y clínica, pero en sus trabajos tampoco hicieron los aportes de lo que le retenían. Entonces, a la hora de jubilarse no contaba con ninguno de los derechos que le correspondían. Con Clara comparte que, aún jubiladas, ambas siguen trabajando. 

“Trabajo como monotributista, que es la nueva forma de informalizar, ¿viste? Como si fueras tu propia empresa”, chicanea Liliana y agrega que para ella lo más grave que han generado desde el nuevo gobierno es la incertidumbre que recorre la vida en común. 

De acuerdo a un informe privado de la sociedad de bolsa Portfolio Personal Inversiones, el superávit fiscal que se generó en enero del 44,5 por ciento fue gracias al ajuste de las personas jubiladas. Al final, parece que ellas eran “la casta”. El recorte en prestaciones sociales como jubilaciones y pensiones fue del 38,1 por ciento.  

Cecilia, desde la localidad de El Bolsón, trae un recuerdo que puede sentir en el cuerpo como si no hubieran pasado más de veinte años. Su viejo cayendo “en la carencia” después de que Patricia Bullrich, siendo Ministra de Trabajo en el gobierno de Fernando de la Rúa, congelara las jubilaciones. Se siente como un deja vú. 


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―No vamos a aflojar, los abuelos tienen que comer―, dice convencida Norma Plá ante las cámaras de televisión. 

Corre el año 1990. Lleva el pelo corto, canoso y unos anteojos grandes y gruesos. Acaba de recuperar la libertad luego de estar tres horas detenida por hacer una olla popular en el acampe de jubilados en Plaza Lavalle, frente al Palacio de Tribunales, en reclamo por mejoras en las jubilaciones.  

Esta es una de sus primeras apariciones públicas, pero vendrían muchas más. Desde hacer llorar al ministro Cavallo a prender fuego la bandera inglesa, de hacer huelgas de hambre, caminar codo a codo con los trabajadores del ferrocarril y acampar 80 días frente a Tribunales, hasta enfrentar Mauro Viale o Gerardo Sofovich cuando intentaban denostarla, Norma Beatriz Guimil de Plá se convirtió en un símbolo de lucha contra el ajuste de Menem en los años 90.

Nacida en el barrio de Temperley, provincia de Buenos Aires, de padre guarda del tranvía 22 y madre empleada doméstica de la familia Martínez de Hoz, Norma no pudo terminar la primaria. A los 13 años empezó a trabajar y desde ese entonces fue ama de casa, empleada en fábricas y vendedora de cigarrillos en boliches del conurbano, todos trabajos informales. Por eso nunca pudo jubilarse. 

En ese momento, mientras los micrófonos se golpeaban unos a otros delante suyo para captar una declaración, ella sólo contaba con la pensión de su marido fallecido para subsistir. Sólo 150 pesos. 



Así como Norma Plá, Adriana Catino, jubilada de Bariloche, levantó su bandera en la marcha del primer paro general contra el gobierno nacional el pasado 24 de enero. “Nunca se juntó tanta cantidad de gente”, rescata. A ella, como a muchas y muchos jubilados, las medidas tomadas por Javier Milei ya empiezan a afectar.

Entre los derechos perdidos, menciona la baja del refuerzo alimentario de 15 mil pesos que brindaba el PAMI, la baja de los créditos para jubilados y de la devolución del IVA, dos medidas que ayudaban a recomponer un poco los ingresos de la población. 

“Estamos en un momento en que, obligadamente, tenemos que sacar potencia de algún lado porque es intolerable lo que nos está pasando”, apunta Sonia que, sentada en un café de la Avenida Boedo, enumera las distintas experiencias organizativas de las que fue parte como “El Ruido de Boedo” que se formó con los tarifazos durante el gobierno de Mauricio Macri, “La Junta de Boedo” donde atienden a las personas en situación de calle y el grupo de "Vecinos por la plaza" que recuperaron un espacio verde clave para las reuniones y las asambleas. 

“No puedo entender cuando alguien dice que hay que sacrificarse. Por qué no voy a tener derecho a poder comer, ¿qué fiesta es esa?”, replica y agrega: “Si hay que sincerar los precios que sinceren la jubilación. Las jubilaciones tienen que estar bien, tendríamos que ganar cuatro veces más”. El haber mínimo jubilatorio de marzo 2024 será de $134.445 y otorgarán un bono de $70.000.

A esto se le suma la preocupación en dos ejes fundamentales. Uno, es el futuro del Fondo de Garantías de Sustentabilidad, creado en 2007 luego de la estatización del sistema previsional con el objetivo de contar con un fondo que pueda utilizarse eventualmente para pago de jubilaciones u otros programas sociales. Con Milei, este fondo corre riesgo.

“Para ellos piensan en grande y para los pobres, piensan en pobres. Entonces, no hay plata para los jubilados, para los estudiantes, para los enfermos de la salud pública. Pero sí hay plata para hacer ese despliegue represivo de todas las fuerzas nacionales”, repone Liliana haciendo referencia a los tres días de represión policial en el Congreso de la Nación durante el tratamiento en general de la "Ley de Bases". 

El otro es el fantasma de la vuelta de las AFJP, el sistema que primó durante los 90'. Lo deslizó el mismo presidente cuando era candidato en el debate con Sergio Massa: “En la época de la convertibilidad, cuando las AFJP funcionaban sin tanta intromisión del Estado, los salarios eran el equivalente de mil ochocientos dólares”.  

Pero ya en 1992, Norma Plá decía: “Yo gano 150 pesos, me arreglo porque me ayudan mis hijos, pero hay otros que están todavía peor. Pedimos 450 pesos de jubilación, ¿es mucho?”.


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Con el legado de Norma Plá como bandera, las jubiladas y jubilados comienzan a organizarse en distintos puntos del país. “Frente a esta situación nos estamos organizando para defender nuestros derechos”, afirma Adriana, mientras adelanta las acciones que se llevarán adelante en las ciudades de Viedma y Bariloche en defensa de la ANSES. 

También con ese objetivo, pero a 120 kilómetros de distancia, en la Comarca Andina se está conformando el Foro en Defensa de la Seguridad Social, del que Cecilia participa porque, según advierte, “se bajó la Ley Ómnibus, pero las medidas contra el pueblo siguen estando”. 

“No quiero quedarme afuera. Hay que salir a pelear y somos los viejos los que estamos saliendo”, enfatiza Ángela que, en su juventud militó en el Partido Justicialista y hoy forma parte del Frente Grande de Jubilados y Jubiladas. Ella es de Berazategui y participa en las distintas actividades que están haciendo en los dos espacios que tienen en el sur del Conurbano Bonaerense, tanto como en las rondas y radio abierta que hacen en Plaza de Mayo.

Trabajó desde los siete años haciendo servicio doméstico. En ese momento “sus patrones”, como les dice ella, no aportaron siquiera a la Caja Nacional de Ahorro Postal, una entidad financiera estatal creada en 1915 bajo la Ley N° 9.527 para depositar los ahorros de las infancias argentinas. A sus 40 años entró como auxiliar en una escuela de la provincia de Buenos Aires, se jubiló con 19 años de aportes aunque le correspondían más de 27. Hoy cobra un poco más de la mínima, $110.000. 

“Yo quería algo más participativo porque en lo privado, solitario, no sirve. Lo que sirve es lo colectivo, esa es la única manera en la que vamos a salir adelante”, argumenta Clara que, desde 1978 que participó en una ronda de las Madres decidió nunca más dejar de mirar lo que pasaba a su alrededor y, hoy, pone el patio de su casa a disposición para las reuniones de la comisión de jubiladas de la Asamblea de Saavedra: “Tratar de volver a tener confianza en el otro, no caer en eso de pensar que siempre el otro es mi enemigo. Ya sabemos que el enemigo es la derecha”.  

Sonia confirma que sus deseos siempre son colectivos y frente a la pregunta de qué se imagina de este futuro responde: “Que construyamos algo colectivamente que nos haga vivir felices. Que salgamos de las estructuras que nos impusieron para pensar y que pensemos algo novedoso que tenga que ver con la felicidad de uno y de los otros. Si entendemos que somos parte de un todo y que para salir adelante nunca va a ser de un modo individual sino colectivo”. Hace un especial hincapié en que quiere habitar el barrio, no permanecer. Habitar: saber qué le pasa al otro, encontrarse y salir a pelear por los derechos de todes. 

El grupo de Berazategui, Todos somos jubilados. Es cuestión de tiempo, por su parte, lleva un cartel con la cara y una frase de Norma Plá: “Viejo, no te quedes en tu casa. Vení a luchar”. 

Norma Plá, la “abanderada de los jubilados”, siguió luchando hasta el último de sus días. Falleció de cáncer de mama el 18 de junio de 1996, pero antes de irse dejó un mensaje a sus compañeros y compañeras jubiladas, las de ayer y las que hoy vuelven a salir a las calles. “Luchá, jubilado, luchá por vos mismo. A la juventud le digo, que sigan luchando, luchen que lo vamos a conseguir unidos. Si no nos unimos avanzan y nos comen los de afuera”. 


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1 Comments

  1. Emma Melo

    Hermosa nota. La recopilación de historias de jubiladas de varios puntos del pais. Es muy importante. Para que se sepa que esta situación no atraviesa a todxs, x igual. Ese es el punto de union, para exigir, la recomposicion de nuestros derechos como ciudadanos.

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