Un relevamiento llevado adelante por 27 periodistas en todo el país concluyó que solo el 14,4 por ciento de los medios locales en el país cuenta con mujeres en posiciones jerárquicas. Tres investigadoras que participaron en este análisis cuentan su experiencia y proponen que estos datos den pie a pensar por qué el poder, incluso dentro del periodismo, sigue en las mismas manos de siempre.
En diciembre de 2020 un grupo de 27 periodistas nucleadxs en el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) y con el financiamiento de Google News Initiative iniciaron una ambiciosa investigación para saber más acerca de la situación del periodismo local en el país.
El trabajo tuvo el objetivo de echar luz sobre los llamados “desiertos” informativos, aquellas zonas donde las condiciones para el periodismo profesional son muy débiles, en contraste con otros lugares llamados “bosques” donde se puede encontrar luces, sombras, matices, diversidad y oxígeno en el ejercicio. Luego de reunir el amplío grupo de investigadores y de encuestar a 13.597 periodistas se registraron 2.464 medios relevados.
Este enorme caudal de datos permitió generar un mapeo de la situación nacional. A partir de esto, se desprenden otros datos esclarecedores. Uno de ellos fue especialmente alarmante: tan solo 14 de cada 100 entidades periodísticas locales son lideradas por mujeres.
La coordinación de la investigación estuvo a cargo de Irene Benito, trabajadora del diario La Gaceta de Tucumán, que destacó que por primera vez se usan herramientas periodísticas “para conocer el estado del periodismo local en Argentina” y para mirar hacia adentro sobre cuáles son las líneas rectoras que rigen la práctica.
Estos números son especialmente sorprendentes si se tiene en cuenta que en la carrera de comunicación y de periodismo suele haber una mayor cantidad de mujeres entre sus incriptxs y, aunque Benito sabía que había un número significativo de mujeres en las redacciones, “no estaba muy claro cuántas había en la cúspide”.
“En el último mapa de género elaborado por la Corte Suprema se puede ver que el 31por ciento de los cargos están ocupados por mujeres. Si haces la comparación, estamos mucho peor que en la justicia que históricamente ha sido un lugar masculinizante”, detalló.
El periodismo, históricamente asociado a la denuncia y a la observación de la desigualdad social, parece encontrar sus límites en su propia práctica. La coordinadora Irene Benito resalta que lo que más le preocupa es la naturalización con la que se toma esta situación porque se establecen “techos de cristal” que en este caso parecen “estar hechos de cemento”.
Es tanto así que en la mayoría de los medios más grandes lxs investigadores encontraron trabas y resistencias al momento de pedir información. De esta forma se hace evidente el desacostumbramiento que existe al momento de verse como objeto de estudio y a responder sobre ese tipo de cuestiones.
Entre las regiones que más se destacan se encuentra la provincia de Entre Ríos donde se registró menor presencia proporcional de medios liderados por mujeres. Su total fue de un 5,8 porciento y allí Natalia Buiatti, investigadora y periodista que llevó adelante el relevamiento, contaba que “los medios son chicos y la selección de las personas que tienen posibilidad de ascender y de liderar siempre está hecha por varones”.
“Hay un montón de mujeres super capaces que dan muchísimo y trabajan a la par de los hombres, pero a la hora de elegir siempre se opta por ellos”. En su propia experiencia Bullati se define como “una privilegiada” que siempre ha encontrado lugar para desarrollarse, aunque reconoce que muchas compañeras “no tienen el lugar que merecen” y que han sufrido otro tipo de violencias.
Los motivos de esta desigualdad merecen un análisis profundo. Para Irene hay una conexión con el hecho de que las mujeres sean las encargadas de “las tareas familiares domésticas no reconocidas o no valoradas”. A esto se suma los pocos puestos que existen en relación de dependencia, tipo de vínculo laboral que más derechos ofrece, que hace difícil el desarrollo de una carrera profesional que lleve al liderazgo.
“Yo soy una rara avis porque siempre he trabajado en temas con compañeros varones, la investigación periodística me ha puesto en secciones o lugares donde era la única o había pocas mujeres”, señalaba revisando su propia trayectoria. A pesar de esto, Benito piensa que basta con abrir los ojos para darse cuenta que en los medios es común que las mujeres sean asociadas a secciones como sociedad, cultura y que los líderes sigan siendo hombres.
“Siento que hay un respeto hacia mi trabajo, pero la realidad siempre he reportado a jefes varones. Yo nunca me propuse liderar un medio de comunicación porque siempre me interesó hacer periodismo y las jefaturas suelen ser burocráticas. Tienen un sacrificio de la posibilidad de contar las historias e investigar”, advirtió.
Por otro lado, en Río Negro la periodista Alicia Miller, socia de FOPEA, tuvo a su cargo la recolección de datos en esa provincia donde encontró que el 20,6 por ciento tenían a mujeres como responsables. Este número se encuentra bastante por encima del promedio del país. Miller relaciona esto con la antigüedad que tienen las ciencias de la Comunicación Social en la Universidad Nacional de Comahue, una de las primeras instituciones en sumar esta carrera a su oferta académica.
A lo largo de su trayectoria profesional ella también lideró grupos y secciones periodísticas y recuerda que nunca se sintió discriminada, a pesar de algún episodio anecdótico en el que algún varón “no le cayera muy bien que sea una mujer a quien debía obedecer”.
La investigadora también participó en el análisis de Catamarca donde se detectaron un 19,6 por ciento de mujeres siendo especialmente interesante la fuerte influencia de la Iglesia en estas regiones: “En los portales de los medios tradicionales y digitales se encontraban los horarios de las misas, o se transmitían en vivo. La información relacionada con la iglesia o con las actividades religiosas son un tema de agenda de primer nivel”.
Hay que destacar que entre todos estos datos pareciera que la digitalización está ayudando a romper la brecha de género. De las 354 organizaciones lideradas por mujeres, 221 pertenecen a portales de noticias on line: medios más nuevos que evidencian un cambio paradigmático con un futuro más igualitario a la vuelta de la esquina.
Para continuar alentando este proceso es importante no dejar que desaparezcan estos espacios liderados por mujeres porque suelen ser pocos, jóvenes y pequeños. De la misma investigación se desprende que en muchos casos son ellas mismas las únicas empleadas, en 77 de las 354 organizaciones encuestadas cuentan con un solo trabajador.
Por otra parte, no hay que olvidar que la verdadera inclusión se encuentra fuera de los binarismos y la ausencia de representación en los puestos de liderazgo y de redacción de identidades travestis y trans debe ser otro número que nos alarme. Finalmente Irene Benito explicó: “Ahora tenemos información seria, rigurosa y contrastada que hay que dar a conocer para que produzca efectos positivos en nuestra realidad. Nuestra sociedad está compuesta por mayor cantidad de mujeres que tenemos mucho para decir, para investigar y preguntar”.
Para acceder al estudio completo podés hacer click en: https://periodismolocal.fopea.org
Periodistas que participaron en la investigación:
Noelí Cristti, Roberto Escardó y Mauro Decker Díaz (Buenos Aires); Alexandra López (CABA); Cristti y Alicia Miller (Catamarca); Giovanni Catalano (Chaco); Adrián Sandler (Chubut); Martín Urricelqui y Juan Pablo Carranza (Córdoba); Iván Chávez (Corrientes); Natalia Buiatti (Entre Ríos); Luis Cáceres (Jujuy); José María González (La Pampa); Heny Fárach (La Rioja); Valentina Ortego (Mendoza); Fernanda Berón (Misiones); Judith Calmels (Neuquén); Miller (Río Negro); Emiliano Vernier (Salta); Agostina Montaño (San Juan); Pablo Oro (San Luis); Alfredo Fernández (Santa Cruz); Juan Chummiento, Lis Mariani y Thamina Habichayn (Santa Fe); Fátima Morales (Santiago del Estero); Gabriela Bersier (Tierra del Fuego) y Alba Barbeito (Tucumán).