El 1° de diciembre es el Día Mundial del VIH y el sida. La Alianza Mundial contra el Estigma y la Discriminación Asociados al VIH es una iniciativa global que en Argentina nuclea a más de 40 organizaciones con acción territorial que llevarán a cabo una jornada en simultáneo en todo el país. El objetivo que persiguen es recolectar firmas para exigir una nueva ley de VIH, Hepatitis, ITS y Tuberculosis. El proyecto de ley de Respuesta Integral al VIH, Hepatitis Virales, Tuberculosis e ITS busca incorporar la perspectiva de derechos humanos y de género y mejorar la atención integral de las personas con VIH u otras enfermedades de transmisión sexual. Pero además, la iniciativa de la Alianza busca poner fin a la discriminación: una de las principales barreras de acceso a la salud hacia las personas que tienen VIH y aquellas que pertenecen a poblaciones vulnerables.
La urgencia de la actualización y sus puntos clave
El pasado octubre la Comisión de Acción Social y Salud Pública de la Cámara de Diputados dio dictamen favorable al proyecto que busca actualizar la actual Ley Nacional de sida 23.798 en vigencia desde 1990. Una ley que en su momento fue superadora pero que con el tiempo ha devenido insuficiente.
La redacción del borrador del proyecto fue escrito en 2014 y trabajaron en él más de 80 instituciones en reuniones y audiencias, lo que culminó con un Encuentro Nacional en 2015. El proyecto fue presentado efectivamente por primera vez en 2016 y por última vez en 2020. Fue firmado por más de 30 diputades de diferentes bloques y este mes debe ser tratado en la Cámara baja para no perder estado parlamentario nuevamente. En el marco del #1D y bajo el lema ¡Nueva Ley de VIH YA!, se proponen cambios que den respuesta de manera integral y urgente a la salud.
Desde la Asociación Ciclo Positivo explican algunos de los puntos centrales del proyecto, como destacar que la ley vigente tiene una perspectiva biomédica mientras que la propuesta actual plantea un enfoque con perspectiva de género y derechos humanos acorde a las necesidades básicas de la población. La nueva ley atiende a factores como la pobreza, condicionantes sociales en el acceso a la salud, el estigma, la discriminación y las violencias que sufren particularmente las mujeres y personas con capacidad de gestar.
También, se propuso una especial atención a las necesidades particulares de quienes hayan nacido con el virus y otras “poblaciones clave” las cuales han sido enumeradas por la ONU y ratificadas en la Argentina donde se incluye a personas trans, no binaries, travestis, varones que tienen sexo con otros varones, trabajadorxs sexuales, infancias, adolescentes y jóvenes, usuaries de sustancias psicoactivas, personas en contexto de encierro, adultes mayores, personas con discapacidad y/o personas con tratamiento prolongado, migrantes que, según datos de ONUSIDA, en 2015 representaron el 45% de todas las nuevas infecciones por el VIH a nivel mundial. Pero esta última particularidad fue borrada del proyecto con dictamen ya que implicaba entrar en un debate aún no saldado que tiene que ver con el trabajo sexual y el abolicionismo por lo que tendrá que trabajarse al momento de reglamentar la ley.
Otro punto clave de la ley radica en atender a la discriminación y estigmatización. Para ello el abordaje también debe ser integral. Se propone la prohibición del test de VIH, Hepatitis, Tuberculosis e ITS en los exámenes para ingresar a un empleo y sanción a quienes violen la resolución 270/2015 del Ministerio de Trabajo. Este se suele realizar de todas maneras sin que se reciba sanción alguna. También se propone la creación de un observatorio bajo supervisión del INADI y políticas de capacitación efectivas en los diversos ámbitos incluyendo los tres poderes del estados, promotorxs de la salud, medios de comunicación y actualización en los contenidos de la Educación Sexual Integral junto con capacitaciones y la aplicación efectiva de esta ley.
El proyecto también declara de interés público la producción nacional y pública de medicamentos, vacunas, fórmulas pediátricas, procedimientos y productos médicos para la prevención, diagnóstico, tratamiento y cura del VIH y las demás problemáticas comprendidas en él además del acceso efectivo y gratuito a estos para evitar desabastecimientos y falta de cobertura, no solo en el sistema público sino en todos los subsistemas de salud (obras sociales y prepagas incluidas).
Respecto a este tema, Natalia Haag, Directora de Testeo y Prevención de VIH de AHF Argentina, una organización internacional que trabaja en el país desde 2013 declaró que durante 2020 hubo demoras y faltantes en medicamentos antirretrovirales: “Desde el área de abogacía buscamos incidir en las políticas públicas para garantizar los derechos de toda la comunidad porque estos tratamientos no pueden suspenderse. Este año, si bien están garantizando las distintas prestaciones, en algunos lugares advertimos la falta de distribución de preservativos”, sostuvo.
En el último Boletín sobre el VIH, sida e ITS en la Argentina N° 37 de diciembre de 2021 se estima que 136.000 personas viven con VIH positivo y sólo el 17% lo sabe. El 65% de las personas con VIH se atiende en el sistema público de salud y, en promedio, se notifican 4.500 casos por año. Además, más del 98% de las personas infectadas adquirieron el virus por relaciones sexuales sin uso de preservativo.
Hacia una vacuna esperanzadora
La Fundación Huésped es uno de los centros de investigación que participa, junto con Janssen, del Estudio MOSAICO, perteneciente a Johnson & Johnson. Este estudio busca probar la eficacia de una vacuna preventiva del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), es decir busca evitar que personas VIH negativas adquieran el virus. Hasta el momento, el proyecto reúne a 3.800 voluntarios alrededor del mundo y prevé recabar los primeros datos para 2023.
El estudio evalúa un régimen experimental de vacunas. Esta vacuna se basa en la combinación de varias proteínas del virus VIH que se agregan genéticamente a un vector viral (el adenovirus 26) que es inofensivo para los humanos, pero que es efectivo para generar inmunidad específica contra diferentes subtipos de VIH.
Actualmente el estudio se encuentra en Fase 3 y es el único que en la última década ha llegado a esta etapa que es definitiva para determinar si se aprueba o no una medicación o vacuna para su comercialización. Previo a esto, el estudio atravesó satisfactoriamente estudios de laboratorio y con animales, así como también evaluaciones de seguridad y eficacia en humanos sin VIH.
Como medidas urgentes, la modificación de la ley de VIH es la principal. No solo cambiaría el enfoque hacia la prevención y promoción de la salud de manera integral y con enfoque de derechos humanos sino que posibilitaría el acceso a los recursos para la investigación para el desarrollo y acceso a nuevas herramientas de prevención, diagnóstico y posible cura.
Hoy se realizarán en más de 30 puntos del país diferentes jornadas y actividades para exigir la sanción del proyecto de ley y poner fin a la discriminación.
Foto: Tomás Ramírez Labrousse / Asociación Ciclo Positivo