Después del papelón legislativo del martes por la tarde y a pocos días de que Javier Milei visite al Papa Francisco en el Vaticano, La Libertad Avanza volvió a arremeter en el Congreso: esta vez contra el aborto. Presentaron un proyecto para derogar la Ley N° 27.610 de Acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), sancionada hace tan solo tres años.
El texto fue enviado este lunes por la legisladora Rocío Bonacci y, aparentemente, cuenta con la firma de cinco diputados de su bloque: Beltrán Benedit, María Fernanda Araujo, Lilia Lemoine, Manuel Quintar y Oscar Zago, el jefe de bloque.
La iniciativa trascendió este miércoles por la noche y encendió la reacción tanto de sectores feministas como libertarios. Quienes pelearon por este derecho en las calles salieron a bancarlo unánimemente y, aunque solo fue en redes sociales, quedó claro que no será fácil pasarle por encima. Pero también quedó en evidencia la impericia y desorganización de La Libertad Avanza cuando en pocas horas empezaron a denunciar que se trataba de una “opereta” contra el presidente de la Nación.
¿Qué dice este proyecto de ley? ¿Deberíamos preocuparnos o se trata de una forma de correr el foco? ¿Es una operación contra Javier Milei?
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El proyecto, cuyo número de expediente es el 5172-D-2023 y que ya ha sido girado a comisiones, establece en su primer artículo la derogación de la Ley N° 27.610. También recorta las causales que habilitan un aborto, aumenta las penas y borra la diversidad de género de la ley al referirse siempre a mujeres y no a personas gestantes.
En su segundo artículo modifica el art. 85 del Código Penal de la Nación y eleva de uno a cuatro años la pena de prisión a quien causara un aborto con consentimiento. En la legislación actual es de tres meses a un año. Además, establece de uno a tres años de prisión para la mujer que “causare su propio aborto o consintiere en que otro se lo causare”.
Quizás, lo más grave del proyecto es el recorte de los causales. En el cuarto artículo, la iniciativa modifica el art. 86 del Código Penal de la Nación y dice: “El aborto causado por un médico diplomado con el consentimiento de la mujer encinta y con el fin de evitar un peligro inminente para la vida de la madre no es punible, siempre que el peligro no pueda ser evitado por otros medios”.
Es decir, se considera sólo la causal de “peligro inminente” y ni siquiera se tiene en cuenta que el embarazo pueda ser producto de una violación, como sí estaba presente en el Código de 1921. Esto colocaría a la Argentina entre los países más restrictivos.
Ni lo intenten
“Aborto legal” fue tendencia en Twitter el miércoles por la noche y las fotos de pañuelos verdes tiñeron las redes. En el mejor idioma twittero, tanto usuarias como referentas advirtieron que no vamos a dejar que se retroceda con en este derecho, que a la clandestinidad no volvemos nunca más.
“Chicos, no se metan con las feministas porque estamos hartas, tenemos calor, gobierna la derecha y la discusión la dimos en 2018. Ahora somos más grandes y más intensas”, escribió una twittera.
El envío de esta iniciativa parece una manera muy burda de desviar el foco de la discusión, de hacernos olvidar de la vigencia del DNU 70/2023 y también de desgastarnos para que no podamos dar todas las batallas. Desde esta perspectiva, las políticas y militantes feministas tuvieron una reacción en clave estratégica.
Cecilia Moreau, diputada de Unión por la Patria, publicó: “Los derechos conquistados no van a ser arrebatados. Buscan cambiar de tema, se equivocan otra vez”. La socióloga feminista Victoria Tesoriero hizo una lectura similar y alertó: “No van a usarnos de cortina de humo mientras licuan salarios, se quieren quedar con los fondos de los jubilados, no quieren girar plata a las provincias y hambrean a los comedores barriales. No entremos en el juego de este gobierno desarticulado que está vaciando hasta su propio poder”.
Por su parte, la periodista Victoria De Masi les recordó a los libertarios que el aborto es uno de los derechos más liberales, ya que supone la decisión sobre nuestro cuerpo. La periodista citó a Murray Rothbard en El Manifiesto Libertario: “No hay un derecho más personal, una libertad más preciada para cualquier mujer que decidir tener, o no tener, un bebé. Y cualquier gobierno que pretenda negarle ese derecho actúa de forma extremadamente totalitaria”.
Ordenen el tema
Desde La Libertad Avanza comenzaron a echarse culpas ayer por la noche sobre quién había presentado el proyecto y porqué. Primero, Lilia Lemoine sostuvo que ella no había dado su consentimiento para que se incluyera su firma. Después, una periodista de LN+ dijo que el presidente Milei le confirmó que él no había aprobado el envío de la iniciativa.
Frente a estas acusaciones, Rocío Bonacci twitteó: “El proyecto es mi iniciativa, no del Ejecutivo, y ha sido puesto a la consideración del cuerpo que integro. Defiendo la vida. Ni más, ni menos”. Sin embargo, a priori su firma está acompañada por otros miembros de su bloque, incluyendo al jefe del mismo.
Cuando Carlos Maslatón le preguntó si efectivamente ella había hecho la presentación sin contar con la aprobación del Ejecutivo, ella respondió: “Los diputados pueden y deben presentar proyectos. No sabía que tenía que pedir permiso para proceder…”. Además, dio a entender que incluyó la firma de sus compañeros de bloque luego de conversar sobre el texto por WhatsApp, como si esa fuese una confirmación suficiente.
Las filas libertarias salieron a defender a su director, Javier Milei, diciendo que él no había tenido nada que ver. A través de la comprobación de los metadatos del archivo que se encuentra en la página de la Cámara de Diputados, pudieron dar cuenta que el documento fue creado por José Alejandro Bonacci, padre de la diputada firmante. A su vez, lo identificaron como “hombre del gobernador de Santa Fe”, Maximiliano Pullaro, y terminaron por decir que se trataba de una “opereta” contra el presidente.
Más allá de la desorganización de La Libertad Avanza y de la imposibilidad de Milei de ordenar a su propia gente luego de haber tenido que retirar la Ley Ómnibus del Congreso, sería grave que, como sugieren los libertarios, se haya falsificado el documento y los diputados no hayan aceptado firmar el proyecto.
Si bien por todo esto es más que probable que el proyecto no llegue a ningún lado y se quede juntando polvo en algún rincón del Congreso, este momento explosivo sirvió para mostrar que con el aborto no se pueden meter y que las redes feministas están más vigentes que nunca. Todo esto es un capital político importante para nuestro movimiento, que se verá en las calles el próximo 8 de marzo.
Foto de portada: Micaela Arbio Grattone