En muchas disciplinas deportivas hay desigualdades de género. El boxeo no es la excepción. Fue recién en 2001 que la Federación Argentina de Boxeo habilitó la posibilidad de que las mujeres obtuvieran licencias amateur y profesionales. ¿Esto para qué sirve? Las legalizó a nivel nacional y así pudieron competir. Antes de esa fecha, las mujeres ya boxeaban, pero no estaban habilitadas a la competencia. Una pelea por la igualdad con guantes, una lucha por el reconocimiento.
En esta oportunidad, hablamos con Melissa Crescini, profesora de boxeo que tiene una premisa: noquear al patriarcado. Una columna de Feminacida para Mujeres… ¡de acá!, programa emitido por Radio Nacional.
Foto de portada: Ariel Torres
“Las mujeres empezamos a boxear gracias a la Tigresa Acuña que vino con la licencia abajo del hombro, desde Formosa, con su compañero. Ella hizo mucha movida en la Federación Argentina de Boxeo y gracias a eso hoy las mujeres podemos competir”, cuenta Melissa, quien da clases en Palermo y en un Centro Cultural Transfeminista, en Belgrano. “Siempre me encanta contar la historia de la Tigresa porque amo las historias de mujeres luchadoras, guerreras que hacen posible que otras mujeres estemos en el ámbito deportivo”, resalta y comenta que la desigualdad en este ámbito, si bien fueron adquiriendo derechos, aún sigue siendo machista: “Hasta el día de hoy a las mujeres que boxeamos nos pagan menos que a los varones, no podemos hacer la misma cantidad de rounds. Si quedamos embarazadas o tenemos un hijo, obviamente dejamos de entrenar e interrumpimos la carrera: un montón de cosas que suman a hacernos la vida más difícil”.
Meli enfatiza, además, que siente que las mujeres boxean mejor que los varones, que tienen más técnica y que hoy son muchas más en este ámbito del deporte, aunque aún queda un largo camino por andar. “Falta muchísimo, yo quisiera que haya una categoría de disidencias así las personas trans pueden competir. Hoy no se animan a acercarse a los gimnasios por la discriminación que sufren. El otro día en un gimnasio de Palermo echaron a una chica trans y yo le comenté que en mi espacio iba a ser super bien recibida, que la íbamos a abrazar”, relata la profesora de boxeo.
Sus clases grupales de los sábados a las 16 horas son a la gorra. “Siempre trato de transmitir eso. ¿No tenés plata para los guantes? Avisame y yo te presto. ¿No te alcanza para venir a la clase? Tenés un espacio a la gorra. ¿No llegás con el monto mínimo sugerido? Venite igual, para eso estamos. Mi idea es nunca dejar a nadie afuera”, destaca y cuenta que ha dado clases en barrios populares, en eventos, en marchas y en centros culturales: “Por suerte hay más espacios gratuitos con buena onda, con disidencias, transinclusivos, donde hacemos cositas lindas por les demás”.
En Argentina, el 25 de marzo se celebra el Día de la boxeadora. La fecha se eligió en recuerdo al día en que la Federación Argentina de Box reglamentó la práctica y competencia del boxeo femenino y entregó la licencia número 1 a Marcela “La Tigresa” Acuña en 2001. Todavía pelean con tenacidad contra los estereotipos, contra los calificativos que se centran en sus cuerpos “pocos femeninos”, pero no tiran la toalla y reivindican el esfuerzo, la disciplina, la pasión y el amor por los guantes.