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¿Avanza la libertad?

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Estamos todavía tratando de buscar respuestas a lo que vivimos: La Libertad Avanza, el partido político liderado por Javier Milei y sus discursos reaccionarios, se convirtió en la primera fuerza al posicionarse en las elecciones Primarias con más del 30% de los votos. 

Hay angustias, ansiedades y desesperación. Es mucho lo que está puesto en juego. Sin hacer un repaso exhaustivo por la plataforma electoral de La Libertad Avanza, se saben sus “proyectos”: privatizar la salud, terminar con la obligatoriedad de la escuela y recortar derechos de todo tipo, no solo los de las mujeres e identidades disidentes sino también los vinculados a la soberanía nacional y al mundo laboral.

Pensando en el 22 de octubre, fecha en la que el país volverá a las urnas para las elecciones generales, es necesario reflexionar y analizar opciones, escenarios y posibilidades para tratar de adquirir herramientas que permitan leer este fenómeno. Una columna de Feminacida para Mujeres… ¡de acá!, programa emitido por Radio Nacional.



¿Cuál es el perfil del electorado? ¿Quiénes son las personas que simpatizan con este modelo? Los días posteriores a los resultados, en redes sociales se vio una especie de “enojo” muy grande hacia los jóvenes que se identifican con este tipo de postulados, a quienes también se responsabilizó del resultado obtenido por Milei. Pero es mejor tratar de no simplificar. 

Celeste Abrevaya es socióloga y comenta sobre este punto: “Lo que podemos pensar es que con la cantidad de votos que sacó a lo largo y ancho de todo el país, el votante de Javier Milei puede ser cualquier persona, es absolutamente transversal a las clases sociales, a las franjas etarias. Por supuesto que tenemos algunos mojones, podemos pensar algunas cosas al respecto. Pero creo que le pescó votos a todos los sectores políticos, que no hay un único perfil, que no podemos encasillar o simplificar de quién hablamos cuando hablamos del votante de Milei, sino que hay que problematizar”.

De la reflexión de la socióloga se destaca que problematizar y analizar puede ser más útil que limitar a ese votante o que simplemente responder que Milei es un loco o un psicópata como único argumento que invalide la toma de decisión al momento de elegir. Abrevaya agrega que “si el pueblo no se equivoca cuando vota entonces lo que tenemos que pensar es en qué se equivocaron las distintas fuerzas políticas para que la decisión tomara ese rumbo”.  Es vital poner en juego la compresión de contexto.


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Además del perfil de los votantes, no se debe dejar de lado la visión federal de los resultados: lo que pasó en las provincias dialoga con lo expuesto anteriormente. Si se compara el mapa de resultados con los de las elecciones de 2019, el color violeta, con el que se identifica el partido político de Milei, se impuso en 16 provincias y, en algunas históricamente peronistas como Salta, esto es llamativo. La Libertad Avanza también se impuso en Córdoba, Mendoza, Santa Fe y todas las provincias del sur, desde Río Negro a Santa Cruz.

Sobre esto, Abrevaya analiza: “Están votando a un dirigente desde un lugar de personalismo, no están votando un espacio político, no están votando una ideología. Me parece que ahí da para pensar que en los municipios, las intendencias donde  ganó Unión por la Patria, como es el caso de la Provincia de Buenos Aires, por ejemplo, tuvo incidencia la gestión que hicieron sus referentes. Además de que la cercanía con los gobiernos locales produce otro vínculo con el votante, otro impacto. En ese sentido, es claro que el Gobierno Nacional falló en la territorialización de sus políticas y en otros varios aspectos desatendidos pero ese es un punto importante: la territorialización permite achicar esa distancia y poder hacer una política de cercanía".

Será urgente, pensando en los próximos comicios, refundar cuestiones, escuchar al otre, entender, empatizar, hablar sin enojos ni recelos para que la política (lo político) no cobre distancia y se traduzca en un futuro perjudicial para las mayorías.


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