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"ATAJO" y el acceso a la justicia en barrios vulnerables

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"ATAJO Protegen" es la experiencia que permite recibir denuncias por violencia de género en los barrios en situación de vulnerabilidad. En noviembre de 2019, la Dirección General de Acceso a la Justicia del Ministerio Público Fiscal (MPF) implementó un dispositivo que funciona en la agencia territorial del barrio Padre Rodolfo Ricciardelli, la ex villa 1-11-14, en Bajo Flores.

La herramienta es una extensión territorial de la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) dependiente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN). ¿Cómo funciona "ATAJO Protegen" en el acceso a la justicia? ¿Cuáles fueron los avances en estos años desde su implementación? Una columna de Feminacida para Mujeres… ¡de acá!



El Protocolo para la recepción de denuncias de violencia doméstica en las Agencias Territoriales de Acceso a la Justicia (ATAJO) de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires comenzó siendo una experiencia piloto. Fue puesto en marcha junto a la Dirección General de Políticas de Género con el apoyo del Programa EUROsociAL+. 

Pamela Lodola es abogada feminista especializada en Derecho Penal y quien armó el proyecto "Protegen". Actualmente coordina el ATAJO de Bajo Flores, en la ex Villa 1-11-14. En diálogo con Feminacida, cuenta cuál es el proceso que siguen las denuncias que llegan allí y detalla que la forma de tomar las denuncias es igual al que llevan adelante las OVD sólo que, al encontrarse el ATAJO en la cercanía del hogar, las personas que acuden no se ven obligadas a interrumpir sus rutinas diarias. En el caso de convivir con el agresor, esto sería una dificultad.

“La presentación de una denuncia en el dispositivo piloto de la Villa 1-11-14 se inicia, generalmente, a partir de la derivación de otra agencia territorial de la Dirección General de Acceso a la Justicia (DAJ), de otros organismos estatales u organizaciones no gubernamentales, o bien por la presentación espontánea de quien requiera ayuda. Salvo en el último caso, se le asigna una cita a la mujer en cualquiera de los turnos disponibles del día. Posteriormente se le pide que relate lo sucedido, en un relato semi guiado mediante preguntas para que sea más ordenado y completo. En ese mismo momento, se redacta un informe interdisciplinario”, explica Lodola. 

El equipo de asistencia se compone de unx abogadx, unx trabajdorx social y unx psicólogx. Entre estas miradas, las tres profesiones evalúan el accionar en relación a varios indicadores: “Uno de ellos es el nivel de riesgo en el que se encuentra la mujer y cuáles son las medidas de protección preventivas que ella solicita al juzgado interventor a fin de resguardar su integridad física. Por ejemplo, para los casos en que hubiera lesiones visibles, que es necesario que sean constatadas por unx médicx legista; así como también para la configuración de un delito por lesiones; o ante la necesidad de una mujer de ingresar a un refugio del Gobierno en la Ciudad de Buenos Aires. Estos procedimientos deben hacerse en una OVD ya que son ellas las que tienen la capacidad de derivación por el convenio existente con el Gobierno de la Ciudad”, refiere la coordinadora de ATAJO.

Por último, aclara que “ante la necesidad de tomar medidas urgentes e inminentes, quienes acuden a los ATAJOS, son también derivadas a las OVD, ya que cuentan con la facultad de encargarse".


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Avances y pendientes

Al momento de su creación en 2019, el propósito de ATAJO fue la implementación de un nuevo dispositivo de recepción de denuncias que siga los parámetros de abordaje integral de la Oficina de Violencia Doméstica, pero dentro de la cercanía del hogar. De esta manera, se evita que las mujeres deban trasladarse al centro de la Ciudad.

Durante la pandemia se agregó la metodología de denuncia telefónica, ya que las situaciones de violencia crecieron exponencialmente de cara al aislamiento. Durante 2020, los equipos interdisciplinarios de la OVD atendieron 7.422 casos. Asimismo, se respondieron a 5.389 consultas informativas, relativas al funcionamiento de la oficina y/o a la normativa vigente o a situaciones de violencia cuya jurisdicción era ajena a la Ciudad de Buenos Aires. Es decir, un 7 por ciento más que el año anterior. 

Para llevar adelante esta nueva metodología, todas las agencias de ATAJO del país participaron de una formación en género por plataformas audiovisuales, que permitió habilitar una herramienta fundamental para avanzar en la erradicación de la violencia hacia las mujeres. 

“En materia de intervención y acceso a la justicia de víctimas de violencia de género, creo que Argentina ha logrado muchísimos avances”, dice la coordinadora de ATAJO y reflexiona: “Existe hoy la posibilidad de que cualquier persona que esté en una situación de violencia se acerque a una dependencia judicial a radicar una denuncia y que de manera casi inmediata, o en menos 24 horas, obtenga medidas de prevención. Se federalizó el alcance y hay más oficinas en las provincias, existen dispositivos como el botón antipánico. También es posible radicar denuncias por incumplimiento de la orden judicial cuando el denunciado está notificado y viola las medidas de protección. Si bien ha avanzado muchísimo en la práctica legislativa, aún contamos un femicidio cada 30 horas, aún contamos femicidios vinculados, aún falta mucho por hacer”. 


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En los últimos 15 años, el promedio de denuncias anuales fue de aproximadamente 9700, según el informe 15 años de trabajo de la Oficina de Violencia Doméstica. Una media de 26 denuncias por día. La gran mayoría de las personas que concurrieron a denunciar fueron mujeres, tanto por situaciones de violencia que las afectaban a ellas mismas como a otras personas. 

Entre las personas afectadas, el 78 por ciento es de sexo femenino y el 22 por ciento masculino. Las mujeres superaron en número y proporción a los varones en casi todos los grupos de edad, excepto en los grupos de 0 a 5 años y de 6 a 10, donde los niños afectados fueron más que las niñas. Del total de varones afectados,  el 63 por ciento son niños y adolescentes de 0 a 17 años.

La violencia psicológica estuvo presente en el 96 por ciento de las evaluaciones de riesgo de las personas afectadas; la física, en el 59 por ciento; y la simbólica, en el 47 por ciento. La violencia de tipo ambiental fue del 32 por ciento; la económica y patrimonial, del 33 por ciento; la social del 17 por ciento; y la sexual del 11 por ciento. Además, 8 de cada 10 mujeres de entre 18 y 59 años tienen un vínculo de pareja con la persona denunciada y 6 de cada 10 sufrieron violencia física.

“Podemos decir que normativamente se ha avanzado muchísimo, pero en la práctica todavía quedan algunas resistencias. Y es lógico porque vivimos en una sociedad patriarcal, una sociedad que replica y resiste ese modelo. Es claro que los cambios no se logran únicamente con normas, legislaciones o capacitaciones, sino con un cambio de paradigma social", concluye la abogada feminista.

Más información en: www.fiscales.gob.ar


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