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Las amenazas contra la Línea 144 y la desprotección como consecuencia

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Al grito de “las tortilleras me tienen harta”, una pasajera de la línea de colectivos 561 atacó a golpes y patadas en el piso a una maestra lesbiana que se dirigía a trabajar a una escuela de zona sur del Gran Buenos Aires. El avance de las derechas en todo el mundo —y su triunfo en Argentina— posibilita una serie de eventos que atentan, sin dudas, contra la convivencia democrática.

A su vez, en las últimas semanas hubo un recrudecimiento de amenazas, ataques y vandalismo a instituciones vinculadas con políticas públicas en materia de género. Hace tan solo unos días, la sede de la Dirección de Mujeres, Género y Diversidad del partido de Punta Indio fue atacada: una mañana apareció con los vidrios rotos y las paredes pintadas.

Por otro lado, el edificio del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad de la Nación debió ser evacuado por dos amenazas de bomba. Y, desde hace tiempo, las trabajadoras reciben amenazas no solo por redes sino de forma presencial en la puerta del edificio que está ubicado en la calle Paseo Colón del centro porteño. "Tuvimos que abandonar los puestos de trabajo y dejar a las personas sin atención", manifestaron en un comunicado lxs trabajadores de la Línea 144.

En la columna de Feminacida para Mujeres… ¡de acá!, programa emitido por Radio Nacional, conversamos con una operadora de la Línea 144 que depende del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad de la Nación: “Como trabajadoras y trabajadores de la línea 144 venimos sufriendo desde hace un tiempo múltiples hostigamientos a través de los diferentes canales de comunicación que tiene la línea. Notamos, además, que esto se exacerbó luego del resultado electoral habilitando discursos de odio”, expresó la trabajadora y destacó su preocupación sobre que “estos hechos afectan no sólo a nuestra labor sino también y especialmente a las personas que más nos necesitan. La violencia nunca es un camino de construcción”.



La línea 144 es una política pública que en 2023 cumplió 10 años. Nació con la Ley 26.485 de Protección Integral ante la violencia por motivos de género y ha transitado diferentes gobiernos y gestiones. Es una línea nacional, gratuita y confidencial que funciona las 24 horas, los 365 días del año. “A través de la atención de llamadas por Whatsapp, e-mail y una aplicación descargable, la línea ofrece asistencia y contención a mujeres y personas del colectivo LGTBQ+ que afrontan situaciones de violencia”, detalla la operadora. 

Según informó el Ministerio de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual bonaerense, en los primeros once meses del año, la línea telefónica recibió 50.000 llamados. El 96 por ciento de las personas que se comunicaron son mujeres y el 65 de ellas tienen entre 15 y 44 años. Además, se atendieron unas 2.000 situaciones de alto riesgo. 

En los primeros nueve meses del año hubo 800 causas presentadas por violencia de género. El 91 por ciento de las denuncias corresponde a la modalidad violencia doméstica, mientras que el 2 por ciento a violencia laboral y un 1 por ciento a violencia institucional. Un 4 por ciento del total corresponde a otras modalidades tales como violencia contra la libertad reproductiva, violencia obstétrica, violencia mediática, violencia política, acoso en el espacio público, entre otras.

En relación con los tipos de violencia registrados, el 95 por ciento de las personas que se comunicaron a la línea manifestaron haber atravesado violencia psicológica, mientras que 64 por ciento refirió el ejercicio de violencia física y el 14 por ciento violencia sexual. En el 14 por ciento de los casos se utilizó un arma (de fuego o punzocortante). El 2 por ciento se encontraban embarazadas y 106 tienen alguna discapacidad. Sobre las personas agresoras, dato poco sorpresivo, el 89 por ciento son varones. En el 48 por ciento de los casos, ex pareja y en el 36, la pareja actual.


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A la Línea 144, este año también se ha sumado la accesibilidad para personas sordas e hipoacúsicas a través de videollamada y se incorporó la atención en diferentes idiomas y lenguas indígenas. Allí se escucha, contiene, asiste, asesora y acompaña de manera personalizada con una mirada integral y desde la formación profesional a mujeres y diversidades en relación a las distintas modalidades y tipos de violencia. 

Los trabajadores y trabajadoras de la línea son 140 profesionales que atienden un promedio de 340 llamadas por día, 10.400 al mes, 125 mil al año, e intervienen ante todo tipo de violencia que reconoce la ley. Y más allá del peligro que corren estos puestos de trabajo, también corre riesgo ese acompañamiento que necesitan aquellas personas que acuden a la línea. “Estamos muy preocupadas y preocupados debido al contexto de incertidumbre. Aún no se nos ha informado nada acerca de la continuidad de la línea. Seguimos sosteniendo y creemos hoy más que nunca en la importancia de un Estado presente y un abordaje integral de las violencias por motivos de género”, sostuvo la trabajadora.


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