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San Luis: Adolescencia rima con potencia

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Por Agustina Lanza y Victoria Eger

Los encuentros dejan una marca individual y colectiva cada año. San Luis no será la excepción en ese caso, pero sí pulsan aires de cambio. Con el reclamo de un nuevo nombre, plural y disidente, la presencia de las adolescencias irrumpen y demandan la construcción de una agenda transfeminista que repiense el presente y mire hacia el futuro con elles. La escuela N°2 Bernardino Rivadavia de la ciudad de San Luis concentró, por primera vez, talleres de pibis para pibis. Lo que en 2019, en La Plata, fue un conversatorio hoy se transformó en un eje de trabajo de los encuentros. 

El sábado a la tarde la escuela desbordaba. Hubo talleres destinados a repensar las  niñeces y adolescencias trans y no binaries sin violencia ni discriminacion y también al acompañamiento de mapadres y docentes. Pero lo más interesante fue lo que se gestó ahí donde les adultes no intervenían: niñes y adolescentes armaron espacios para contar sus historias y ponerle cuerpo y voz a sus propias problemáticas. Siguiendo la organización de los encuentros desde 1986, Jacke, de 16 años, y sus amigas decidieron desdoblar el taller “Adolescencias libres”. Habían viajado en un micro con distintas organizaciones de la Villa 31, como la Casa de las Mujeres y Diversidades Daiana Colque.

“Fue todo de golpe. Llegamos tarde y ya se estaban presentando. Había un montón de gente. Vimos un espacio vacío y pensamos cómo llevarlo adelante. Fue todo absolutamente improvisado”, relata Jacke en una entrevista con Feminacida. Los nervios que tuvo al inicio se disolvieron cuando sus compañeras empezaron a tomar la posta. “Ya en sí identificarnos con las otras fue fuerte”, agrega.

Maru la abraza a Jacke e interviene en la conversación. Tenía muchas ganas de participar. “Vi a las chicas pasar por tantas cosas iguales. Y escuchar cómo salieron de distintas formas de esas situaciones me emocionó mucho. Me conmoví. A veces nos ponemos a comparar lo que una vive. Yo lloro por esto y lo otro. Está mal minimizar nuestros problemas”, cuenta. Cuando finalizó la jornada del sábado, invitaron a cada integrante del grupo a llevar su historia en un papel. “Puede que haya compañeres que no se animen a contar en voz alta lo que les pasa y tenemos que darles lugar también”, concluye Jacke.



La necesidad de abordajes en salud mental fue transversal a todos los temas abordados: el consumo de sustancias, el suicidio, el vínculo con las familias, la comunicación con mapadres y las vulneraciones de sus derechos. “Los gabinetes en las escuelas no dan a basto”, manifestó una estudiante de secundaria que viajó a San Luis después de bancar la toma de su colegio días atrás. “¿Y si proponemos ampliarlos y que haya une profesional de la salud por curso?", propuso. Además, sostuvo que el camino para poder cambiar la realidad de lo que viven es la organización.

La ronda se hacía cada vez más grande: pibis de diferentes organizaciones se anotaban en la lista de oradores para contar sus experiencias cuando identificaban que quienes hablaban eran sus pares. Era contagioso y, a la vez, reivindicativo: no ocurrió algo igual ni en La Plata, ni en Chubut, ni en Chaco. Esta vez, toda una escuela condensó propuestas vinculadas a las niñeces y adolescencias para que sean trabajadas desde diferentes focos. 

Violeta, de 9, participó del taller de infancias libres. Su mamá Verónica vio su interés por el activismo cuando se anunció que el encuentro se haría en su propia ciudad. Fue el primero de las dos. Escribió la palabra "maltrato" y la pegó en el dibujo de un árbol en la pared que reunía las situaciones de violencia presentes en sus cotidianidades. Niñes desde 7 años se habían conocido mediante juegos con pelotas y colores. 

La que llevó adelante el taller fue Rebecca, de 13, integrante de la Che Pibe, una fundación y merendero de Villa Fiorito. "Esta es mi primera vez y me está re gustando", dice y cuenta que los testimonios que más le impactaron fueron los de les más chiques. "Yo formo parte de una comisión de niñeces en donde hablamos de nuestros derechos y damos nuestras opiniones porque por ser niños no somos menos que los adultos", comenta.


Créditos: Victoria Eger

No es casual que el desarrollo de estos espacios se de a la par de un contexto de reclamo por la ampliación y aplicación de políticas públicas en defensa de los derechos de las niñeces y las adolescencias. Lo reflejó la lectura del documento de apertura junto el pedido de esclarecimiento en el caso de Guadalupe Lucero Cialone. La niña desapareció el 14 de junio del 2021 en San Luis. Hoy Yamila, su mamá, y otres familiares encolumnarán la gran marcha detrás de Comisión Organizadora.

Sabemos que referenciarnos con las experiencias pasadas enriquecen los encuentros y proponen un ejercicio de memoria. Sin embargo, San Luis deja una premisa: les pibis son nuestra brújula, traen consigo la fuerza de las luchas que dejaron marca en la historia. Y sobre todo la de las luchas venideras.


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