Mi Carrito

A gozar, mi amor

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Desde 2001, cada 8 de agosto se conmemora el Día del Orgasmo en América Latina. La iniciativa buscó promover una fecha específica para hablar del placer de las personas con vulva. La mayoría de las versiones coinciden en que el origen fue en Brasil y a raíz de un estudio que mostraba como problema de salud pública el hecho de que el 28 por ciento de las mujeres de esa región no obtenía placer con el sexo.

Lucía Curcio, médica ginecóloga y sexóloga clínica con perspectiva de género, explica que un orgasmo en personas con vulva “es la contracción involuntaria de los músculos privaginales y perianales acompañados de una sensación placentera que se debe a que se van liberando moléculas asociadas al placer que muchas veces generan un estado de conciencia alterado de manera transitoria”. Sin embargo, el placer no siempre estuvo habilitado para las personas con vulva. Son muy recientes los estudios científicos que permitieron conocer, por ejemplo, el funcionamiento del clítoris: en 1998 una uróloga australiana explicó que el complejo clitorial es todo un conjunto y recién en 2009 se hicieron resonancias magnéticas que confirmaron sus partes funcionales. Miles de vasos sanguíneos, glándulas y terminaciones dedicadas al placer.

La sexualidad de las personas con vulva suele estar asociada a la penetración, se espera que de ahí venga el placer y de ahí es de donde, muchas veces, llega la frustración. “Las personas con vulva en encuentros con varones cis tienen menor cantidad de orgasmos”, explica Lucía Curcio, algo que no sucede durante la masturbación, cuando tanto las personas con vulva como las personas con pene tienden a alcanzar en porcentajes similares el orgasmo. “Tiene que ver con la falta de comunicación y la falta de educación en torno al placer, también en la concepción de que las prácticas sexuales están construidas alrededor de la penetración y/o en el placer del varón”, advierte la profesional en relación a la "brecha orgásmica".

Si bien no contamos en nuestro país con encuestas que permitan conocer en profundidad qué está pasando hoy con el placer de las personas con vulva y en qué medida tener o no tener orgasmos puede impactar en el conjunto de sus (nuestras) vidas, podemos intuir que en este plano también existe desigualdad. “La salud sexual y el placer son un derecho y este placer ha sido negado a las personas con vulva”, sostiene la sexóloga.

Un poco de historia

En la actualidad, podemos afirmar que todes tenemos genitales con un glande sensible (pene/clítoris), recubierto por una porción de piel (prepucio), que se extiende hasta dentro del cuerpo en forma de tejidos eréctiles. El clítoris, después de su glande, en dirección interna, tiene los bulbos de cuerpos cavernosos y los dos brazos que terminan en la raíz. Por su parte, el glande del pene tiene una estructura similar. Si somos tan parecides, ¿por qué tanto saber sobre el pene y tan poco sobre el clítoris?

Dice Tati Español en su libro Todo sobre tu vulva: apuntes sobre el placer que “la falta de información sobre la sexualidad de las personas con vulva solo lo pude encontrar en la historia”. Desde la meca de la organización social patriarcal en que la se convirtió la Antigua Grecia hasta muy entrado el siglo XX, la desaparición del clítoris y del placer femenino, es la marca de fuego del patriarcado.

A lo largo de la historia el clítoris fue bastante maltratado, Tati Español lo fundamenta en su libro. Cuenta la autora que Hipócrates, médico de la Antigua Grecia, fue uno de los primeros en nombrarlo como “pequeño pilar”. Más adelante Galeno, otro griego famoso por sus aportes en la medicina, negó su existencia: para él la genitalidad femenina era la inversa de la masculina y el equivalente al pene era el útero.

En la edad media, el tratado más importante que explicaba cómo y por qué perseguir a las “brujas” llamó al clítoris “la tetilla del diablo”. Ya llegando al final de la edad media, se debatían entre considerarlo un pequeño pene en estado de estimulación o analizarlo como causa de enfermedad en personas “hermafroditas”. Reineer De Graaf fue uno de los primeros en tratar de explicar la anatomía y funcionamiento del clítoris en 1672: decía que la función era despertar el sentimiento sexual y ayudar en la función reproductiva. Pero no fue tomado en cuenta.

A comienzos del siglo XX el clítoris aparecía y desaparecía de libros de anatomía, mostrando lo poco que interesaba a la ciencia ocuparse de él. Recién en 1953, Alfred Kinsey reconoció al clítoris en sus libros como un componente fundamental del placer. Mary Jane Sherfey, psiquiatra norteamericana, comparó la anatomía del pene y del clítoris punto por punto y demostró que eran muy similares entre sí. Dos años después de dar a conocer este estudio, en 1975, mujeres organizadas por su derecho a la salud en Estados Unidos se dedicaron a realizar estudios auto exploratorios de sus cuerpos, del clítoris y de la respuesta al placer sexual, cuando publicaron sus conclusiones surgió una nueva definición de clítoris que abarca todas las estructuras a las que les suceden cambios durante la excitación sexual.


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El orgasmo en nuestras vidas

Desde la sanción de la ley de Educación Sexual Integral (ESI) en 2006 existe en Argentina un marco para la educación en la sexualidad que no sólo abre la posibilidad de abordar temáticas relacionadas con el placer de las personas y la diversidad en los encuentros sexuales, sino que incluye la perspectiva de género. Para Melanie Tobal, conductora del podcast Acabar que fue un éxito en Spotify, “el orgasmo y el placer tienen que ser temas claves en la ESI, es clave que para fomentar la igualdad que se toquen estos temas y que no sean tabú”. Ella explica que cuando creó el podcast, en 2020, “había muy poca información disponible para personas con vulva y la mayor parte de las cosas que encontraba yo misma eran todas como fórmulas mágicas o incluso también muchas cosas orientadas a la pareja”. Por eso su necesidad de poder hacer diferente, orientado a las personas con vulva porque “en la cultura popular generalmente vemos escenas que involucran penes en todos lados y había muy poco relacionado a nuestro placer”.

La movilización de las mujeres y la conquista de nuevos derechos habilitó la circulación de espacios para hablar de sexualidad desde un enfoque feminista y esto tiene una aceptación social que no solía verse, pero la desigualdad sigue existiendo. Tobal explica la importancia de hablar sobre el deseo, el placer y la sexualidad en las producciones culturales y hacerlo con perspectiva de género. “Desde la cultura se pueden plantear estereotipos, mandatos o escenas donde el placer va y viene, donde no todo tiene que ver solamente con la penetración, donde existe la sexualidad también, donde hay encuentros diversos entre orientaciones, entre identidades, entre cantidades de personas”, reflexiona. Para ella, hablar de estos temas “es clave porque es lo que nos va preparando para el mundo". "Además, la sexualidad está muy cargada de expectativas y esas ideas también están basadas en todo ese imaginario cultural”, agrega.

Eva Illuoz en su libro El fin del amor: una sociología de las relaciones negativas explica que “en el ámbito de la sexualidad, la libertad sexual ha entrañado una mayor igualdad entre los sexos”. Sin embargo, como se inscribe en los marcos y metas esperables del sistema capitalista, “la libertad profundiza desigualdades”. Para la autora, el capitalismo en su estadío actual “ha profundizado la dominación de las mujeres” y, por eso, las experiencias sexuales de las personas con vulva siguen mostrando cifras de desigualdad, están llenas de tabúes y muchas veces cruzadas por situaciones de violencias. Si como dice Eva Illuoz el cuerpo “es el sitio donde se lleva a cabo la existencia social”, entonces la existencia de un sistema de explotación y la opresión del patriarcado que se reactualiza, no pueden ser gratis para los cuerpos de las personas con vulva y sus orgasmos.


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“Así como hay brecha económica, también hay una brecha cuando se trata del placer”, dice Tobal cuando explica que los temas que se abordan en su podcast pueden ser recursos para ayudar a cerrar esa brecha, “para que las personas con vulva podamos acceder a información diversa de calidad y no tener que andar rastreándola de a pedacitos por ahí en todos lados”. Algo parecido reflexiona Lucía Ciurcio cuando afirma que “tiene que haber un corrimiento desde donde se enseña la ESI, porque en la mayoría de los casos termina siendo desde un lugar privativo, desde las connotaciones negativas de la sexualidad". Según la ginecóloga y sexóloga, ya es momento de virar hacia un paradigma para poder centrar la sexualidad en el placer y visibilizar este disfrute en las personas con vulva. 

Es indudable que una fecha como esta presenta una oportunidad para explorar mitos, preguntas y reflexiones sobre la sexualidad y el deseo, porque, en palabras de Lucía Curcio, “como sociedad tenemos muy atrasada la conversación en relación al placer”. Melanie Tobal, por su parte, sueña con que todes podamos vivir una sexualidad de una manera propia, diversa y con mucho respeto y consentimiento. "Esta fecha es importante para reconocer que hay un montón de desigualdades relacionadas al placer, a cómo el placer también muchas veces está teñido por cuestiones de poder y cuestiones de violencias”, concluye. 


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