Hace diez años se creó uno de los primeros motoclubs de mujeres motociclistas de Argentina que se organizan para salir a la ruta en aventuras que duran días. ¿Cómo es este espacio que la sociedad mira con recelo por haber primado históricamente como un lugar habitado por varones? ¿Cómo se organizan dentro de las estructuras jerárquicas de un grupo? Una columna de Feminacida para Mujeres… ¡de acá!, programa emitido por Radio Nacional.
Mirian Lasala es presidenta de Damas de Hierro Moto Club y ante la pregunta de por qué decidieron agruparse para salir a las calles juntas, responde: "Por la libertad de hacerlo. No somos muchas en este ambiente y siempre fuimos muy ninguneadas, durante mucho tiempo, por lo que hoy buscamos revertir eso, ser fuertes y hacer lo que queramos".
"En todos los espacios las mujeres deben rendir examen a los hombres. Es un drama que no debería existir. No tenemos porqué estar demostrando que podemos hacer lo que todos hacen. No creo que haya una mujer que no se anime a enfrentar los miedos que otros le construyen", analiza Mirian y habla sobre los roles de las mujeres dentro de la sociedad y el papel importante que cumplen sus familias para ellas: "No se puede estar pensando en la muerte todo el tiempo. Si en el disfrute, en la vida. Somos mujeres y también lo tenemos permitido".
Identidad motociclista disidente
Hay unas pibas y pibis que decidieron juntarse por primera vez y, espontáneamente, en un caravanazo emprendieron viaje hacia el Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias que se realizó en La Plata en 2019. En ese momento, la convocatoria decía algo así como: “Invitá a tu amigue motoquere, enchulate la máquina y vení con nosotres”.
Ese grupo inicial juntaba a quienes trabajan en delivery, en mensajería o en mecánica. Y el objetivo era visibilizar a las compañeras que usaban la moto para laburar. Esa caravana estuvo compuesta por motos muy diferentes, lo que la hizo inclusiva. La dinámica fue: las motos más chicas adelante, rompiendo con el esquema clásico de que las motos mejores abren el paso.
Para muches era la primera vez en la ruta y se cuidaban entre sí con una charla previa. Lo que siguió después fueron grupos que salen de viaje a provincias, organización de talleres de mecánica de motos y hasta una actividad con las motos en vísperas de la marcha del orgullo. Para este año es probable que también lleven adelante una organización similar para el próximo Encuentro.
Jose Nicolini es fotógrafa y cuenta su experiencia como parte de un grupo de motociclistas. “Yo me compré una moto cuando era bastante chica y, desde que me la compré, nunca me bajé de ella. Trabajo con la moto porque soy fotógrafa y voy de una cobertura a la otra, pero también porque me gusta mucho viajar con ella. No solo para hacer fotos sino por el placer de viajar en moto que es muy lindo", relata. Y recuerda cómo se organizaron por primera vez para salir con otras: "Con ese afán nos juntamos con varias amigas, hemos hecho una caravana motoquera. La primera que armamos fue para ir al encuentro de mujeres y diversidades en La Plata. Nos juntamos un montón, salimos de Buenos Aires un día de lluvia bastante caótico pero muy lindo para empezar a encontrarnos. Allí dimos un taller alternativo que era sobre el mundo de las motos y nuestro placer de viajar y tener una moto".
"Cada vez somos más las que viajamos y armamos grupos de viaje. Ahora hay uno que llegó hace poquito, que se llama Motocrotas, y se fueron para Misiones. Está buenísimo ver esas experiencias, juntarnos, encontrarnos, agarrar la máquina, entenderla y disfrutar de lo que te ofrece estar arriba de una moto. También el año pasado organizamos una premarcha del orgullo, que fue una recorrida por la ciudad, en la que se fueron sumando muchas pibas y pibis en moto. Estuvo buenísimo y queremos replicarlo también este año y seguir armando cosas y encontrarnos, que eso es lo más lindo”, concluye Jose.