AWA es una obra de danza argentina interpretada por 21 bailarinas y acróbatas. Pero es, por sobre todo, un viaje submarino. Un encuentro con criaturas acuáticas en diferentes estados donde lo que empuja el movimiento es el sonido. La pieza es la primera de Hábitat, el mundo de danza y acrobacia creado por Sofía Bovino, coreógrafa, directora y co-fundadora de El Club de Danza. Su estreno será este viernes 31 de agosto en el Teatro El Cubo, en el barrio de Almagro y las entradas están a la venta por Alternativa Teatral. De las cuatro funciones confirmadas, solo quedan entradas para dos.
“AWA nace de un proyecto que hice cuando estaba embarazada de mi primera hija y que estaba viendo cómo reinventarme. Porque no iba a poder poner el cuerpo en las clases, pero no quería dejar de hacer lo mío”, asegura la directora en diálogo con Feminacida y relata que en ese momento armó un taller coreográfico en el que, en dos meses, se montó una obra breve, llamada “OH!” que fue el germen de lo que hoy despliega en esta pieza.
La obra propone un viaje por el mundo acuático en todas sus diferentes versiones: la inmensidad del mar, la profundidad del océano, la correntada en el río, la calma del agua en el lago. Desde el ingreso en la sala, la inmersión es total. La oscuridad invita a la apertura de los otros sentidos y el sonido envuelve a cada persona que hace de espectadora.
Los bloques están marcados por los cambios de iluminación, música y vestuario. Las intérpretes no buscan el aire en la superficie, más bien se respira debajo del agua. Noctilucas, corales, medusas, anguilas, ranas, algas, cangrejos, sirenas. La obra no tiene diálogos, son los movimientos de las bailarinas los que le dan vida y hacen hablar a las criaturas de cada cuadro. “La obra es como si abrieran mi cerebro y observaran como funciona mi mente. Es el imaginario de lo que sucede, de cómo para mí se ilustra la música con el movimiento”, describe Bovino.
Para la creación de la piel que habitan las bailarinas convocó a Mariela Sosa García (@ugattobekittin), diseñadora de indumentaria independiente que hace un tiempo acompaña los procesos creativos de la directora. “Trabajamos con telas con elasticidad que se adaptan a los cuerpos por la versatilidad que requieren los movimientos”, ilustra Sosa García y agrega: “También con distintas texturas. Hay fluorescencias y tornasolados que remiten a la bioluminiscencia del fondo del mar. Teñidos batik, hechos a mano, inspirados en los anfibios y redes intervenidas que representan las algas que se enlazan en las redes de pesca que contaminan nuestros océanos”.
El equipo tanto de bailarinas y acróbatas como de vestuario y producción, está compuesto íntegramente por mujeres. “Se dio naturalmente. No fue una decisión consciente, pero hay algo que me resulta más fácil de plasmar mi movimiento en mujeres, en general, y más para algo así que es tan personal”, señala la coreógrafa para la que el agua remite a su familia e infancia.
A su vez, la obra trabaja bajo la figura de cooperativa para que los ingresos puedan repartirse con todas las intérpretes entendiendo a la danza y el arte como un trabajo. En tiempos de individualismo imperante apostar a figuras horizontales para la profesionalización en el arte es todo un desafío. Así como la producción autogestiva e independiente. “Es mucho más difícil de lo que pensaba y te requiere estar en cosas que no son en las que te querés ocupar como la venta de entradas, la comunicación, lo financiero”, indica y agradece tener en el equipo a Clara Piqué, que se encarga de la producción general de la obra.
“Si bien la producción a pulmón es costosa y difícil de hacer, yo siento que soy una afortunada de poder darme el lujo de, aunque sea, intentarlo. Poder poner yo las reglas y tomar todas las decisiones y no tener que guiarme por una bajada de línea o algo que garpa más o es más masivo”, afirma.
La obra no cuenta con una protagonista, en AWA, el todo es mucho más que la suma de sus partes. Cada figura, cada dúo, cada coreografía construyen ese universo submarino donde todos los movimientos necesitan de la otra. Piruetas, saltos, acrobacias, figuras, equilibrios, las bailarinas cruzan el escenario por el suelo o por el aire con la plena confianza de que otra compañera espera del otro lado.
El universo sonoro no es para nada convencional, la música es bastante atípica y acompaña la búsqueda de ese lenguaje que Bovino viene construyendo hace varios años, en lo que ella denomina Critter. Un movimiento que se centra en el sonido y combina la danza y la acrobacia haciendo foco en la precisión, la dinámica y la potencia.
AWA es una invitación a sumergirse en el arte independiente y olvidarse del mundo por un rato. En tiempos de crisis económicas y recortes en cultura, elegir ir a ver espectáculos autogestivos es también una apuesta política.
Las funciones disponibles son los sábados 31 de agosto y 14 de septiembre y los domingos 1 y 15 de septiembre. Salpíquense con AWA, no se van a arrepentir.
Foto de portada: Ale Carmona
Ficha artístico-técnica
Dirección y coreografía: Sofía Bovino
Intérpretes: Lucía Asín, Camila Breccia, Lucía Castañón, Sofi Cerruto, Ludmila Dittler, Nahir Dittler, Natalia Falistocco, Daiana Ferreira, Micaela Folgar, Valentina Galante, Renata Gomez, Cindi Hernandorena, Martina Jouas, Melani Lentini, Melanie Marchesi, Catalina Pilotto, Sofia Romeo, Delfi Salgado, Valentina Silvera, Antonela Simone, Emilia Tiemroth.
Asistencia coreográfica: Valentina Galante y Melani Lentini.
Producción: Clara Pique
Diseño y realización de vestuario: Mariela Sosa Garcia