Sara Ahmed escribe varios ensayos sobre feminismo, entre ellos este Manual de la feminista aguafiestas, que desde agosto de 2023 forma parte de la colección "Futuros Próximos" de la editorial Caja Negra. Esta compilación combina autores y temáticas diversas atrás de un mismo objetivo: conformar un repertorio de contenidos prácticos y críticos que ocupan un rol sensibilizador al darnos herramientas para leer las transformaciones sociales de nuestro mundo y, en lo posible, para lograr sobrevivir en él. El Manual de Ahmed cumple con la consigna.
La autora es inglesa y se crió en Australia. Hace muchos años estudia la intersección de las teorías feministas, el poscolonialismo, las políticas queer y las luchas antirracistas. Fue docente e investigadora en la Universidad de Londres y de Lancaster hasta que, por razones que aborda en este libro, decidió abandonar la academia y proceder con sus estudios de manera independiente.
Un manual es un documento donde se establecen pasos y procedimientos a seguir para llevar a cabo una tarea con éxito. Ahmed reversiona esta definición para usar al manual de marco contextual de algunas reflexiones a las que llegó a lo largo de 53 años de, a propósito o no, para aguar la fiesta. Con una serie de máximas, verdades, ecuaciones y compromisos aguafiestas, basadas en sus experiencias y en vivencias de diferentes mujeres que aportan al libro con sus testimonios e ideas, arma un mapa repleto de afirmaciones y preguntas que hacen a cada lectora parte de una comunidad aguafiestas.
Lo que hace a este manual algo más que una guía de pasos (que solo sirve a la autora como herramienta, como formato) es la estrategia que utiliza, que tiene que ver con una reivindicación lingüística; acto fundamental en el libro, que más de una vez se adentra en el mundo de totalidad inabarcable que existe en la relación feminismo y lenguaje.
Lo primero que nos introduce a esta relación es el término que ella elige reconocer como propio y como huella del feminismo que defiende: ser denominada aguafiestas al hacer un reclamo feminista ha consolidado un estigma sobre el colectivo y su aparente necesidad de estar en contra de todo, arruinandolo a su paso: “La feminista aguafiestas nos ayuda a comprender por qué el feminismo se percibe como una amenaza que aliena a las personas de sus placeres”. Sara elige este término para renombrarnos colectivamente y apoderarnos de su significado: así, la feminista aguafiestas cambia y es poeta, activista, escritora, profesora, es una concepción reapropiada que para ella resulta igual de trascendental que el feminismo en sí.
“Necesitamos un nombre no solo para lo que estamos haciendo, sino también para lo que intentamos crear. Aguar la fiesta puede ser un proyecto para cambiar el mundo”, sobre todo, dice la autora, “cuando existen tantas formas en las que somos borradas de la conversación”.
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En esta reestructuración de mundos y palabras, las verdades y máximas que plantea tienen un rol clave: no las hace desde un lugar de superioridad sino desde la convicción absoluta de que toda teoría colectiva precisa fundamentos que forman lazos entre quienes los comparten y también están dispuestas a reformularlos, a agregar sus propios compromisos y ecuaciones, puesto que nada emociona más a la autora que la puesta en común de recursos de otras feministas. “Así, nosotras nos volvemos recursos para otras”, afirma.
La pasión de Ahmed no es la única razón por la que hace un llamado a la acción colectiva: de forma contundente busca destacar que parte del objetivo de este manual es tirar leña al fuego de la discusión y los debates sobre las responsabilidades y los innegociables de un feminismo que necesitamos vivo, sobreviviente. Sobre todo cuando para algunas, sobrevivir es un acto ambicioso.
Quizá los estigmas sobre el movimiento sigan tiñéndolo con negatividad y concibiendo a sus militantes cómo problemáticas. Por eso la utilidad de las herramientas que presenta la autora tienen relación directa con persistir en la lucha, manteniendo su fuego encendido incluso cuando una parte de la sociedad se empecine en no comprender el feminismo y, siendo realistas, tal vez no lo haga nunca. Por eso, siempre arruinaremos alguna fiesta.
Foto de portada: Catalina Filgueira Risso