Biutiful laif es una obra de teatro que abre el debate sobre las diferentes dinámicas que se activan a la hora de ir a trabajar. Mirar el reloj a la espera de acelerar el tiempo es solo un vistazo fugaz de las posibles situaciones que muchas personas viven a diario.
El concepto del trabajo convive a diario con la sociedad. Se trabaja para sobrevivir y para pagar la olla. Se laburan los feriados para hacer rendir el sueldo. Se toman horas extras sin chistar por miedo a un posible despido. Se consiguen changas para llegar a fin de mes. Y los Diversos espacios laborales son los protagonistas gran parte del día.
Pocas personas pueden comentar que tienen el privilegio de que les paguen por hacer algo que harían gratis. Emprender es una travesía que no todos experimentan de la mejor manera y sin altibajos. La mayoría de la población argentina vive de empleos que quizá no disfruta, pero que tiene que ejercer sí o sí. La economía apura las decisiones que terminan formando rutinas en todas partes del mundo. Trabajar parece ser una palabra que pesa mucho y que muy pocas veces se disfruta de comienzo a fin.
¿Cuánto tiempo pasamos en la oficina? ¿Juegan a favor del proletariado los cálculos que regulan horas trabajadas y momentos de ocio? ¿Cuáles son los límites cuando toca compartir piso con un jefe violento? ¿Vale todo cuando se intenta ser un empleado responsable y cumplir con exigencias imposibles y reclamos insólitos? ¿Qué rol juega el compañerismo en el entramado empresarial? ¿Desde cuándo se naturaliza ir trabajar con desconfianza y con la cabeza puesta en una competencia desmedida? La jornada laboral jamás invita a pensar. Agarrar la pala es un verbo, en los tiempos que corren, que pide ser ejecutado sin miramientos ni observaciones.
Biutiful laif es un espectáculo que le habla a un público astuto y ávido de revolución. El humor es la herramienta elegida para retratar las relaciones que vinculan a compañeros y compañeras en una empresa que promete funcionar con mucha eficacia.
Te recomendamos ver: "Dejame tu CV que te llamamos", declarada de interés cultural para la Legislatura porteña
La audiencia pasa de la risa a la reflexión en cuestión de segundos. Cada chiste se presenta para focalizar en problemáticas que no tienen nada de graciosas. Las actuaciones no distraen y, al mismo tiempo, la comicidad esta puesta a favor de entretenimiento de calidad. Gracias a actrices y a actores que manejan un buen ritmo y una destreza interpretativa maravillosa, el objetivo se alcanza con éxito. Las y los espectadores se divierten sin dejar de lado la mirada crítica que tanto bien le hace a la confección de un juicio atinado.
El éxito de Biutiful Laif, que lleva innumerables funciones a sala llena, se aloja en un elenco que elige con inteligencia que destacar en una temática tan particular.
El trabajo escenográfico ambienta cada rincón para completar la visual. Un vestuario elegido con cuidado y una dirección acertada dan como resultado una experiencia artística destinada al regocijo de público y artistas.
Una puesta teatral con tono social que no deja detalles librados al azar y que es el plan ideal para reír a carcajada limpia.