En las PASO, Dante tuvo que ir a votar en la misma escuela y en la misma mesa que su abusador a pesar de tener una medida de restricción perimetral y un botón antipánico. Para visibilizar la situación grabó un video de Tik Tok que se hizo viral y ahora piensa estrategias para ir a votar sin miedo. ¿Cómo puede reparar el Estado a las víctimas de abuso sexual contra las infancias? La supresión del apellido por causa justa es todavía una deuda.
Dante es un chico trans no binarie, tiene 25 años y mira a la cámara. Quienes están del otro lado de la pantalla quizás no lo sepan, pero grabarse a sí mismo lo salva de las emociones que no suelen estar de moda en las redes sociales, como las inseguridades o los miedos.
Esfuerza una sonrisa e intenta ser irónico, reírse de un drama que lo atraviesa a él, pero también a tantas otras personas de nuestro país: “Este domingo me toca ir a votar en el mismo lugar que mi pedófilo, que resulta que tengo una perimetral, qué divertido, ja, qué bronca”, dice en el video que subió a Tik Tok antes de votar en las PASO.
Tras la publicación, recibió mensajes de otras personas con vivencias similares. Es que este no es un caso aislado.
Según un informe presentado por el Ministerio de Justicia y UNICEF se registraron en Argentina 3.219 víctimas de abuso sexual contra niñeces y adolescentes en el periodo 2020-2021. La mayoría, mujeres. El 36% fueron agredidos en el hogar y el 74,2% de las víctimas fueron violentadas por alguien de su entorno cercano o ámbito de confianza. El 44,4% de las víctimas niñas, niños y adolescentes fueron agredidas por su padre o padrastro.
Dante pudo recordar su situación de abuso el año pasado y al poco tiempo hizo la denuncia contra su progenitora y su progenitor, quien está imputado por abuso sexual contra la infancia por este caso.
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Actualmente, las personas que fueron víctimas de delitos contra la integridad sexual por parte de su progenitor y no desean portar vínculo con la persona que ejerció la violencia, deben pasar por dos procesos judiciales para poder cambiarse el nombre y apellido. Recordemos que muchos de los casos de abuso no llegan a tener una sentencia debido a la falta de perspectiva de género que persiste enquistada en el Poder Judicial.
Sólo existen dos motivos que no requieren intervención judicial: el cambio de nombre por razón de identidad de género y por haber sido víctima de desaparición forzada, apropiación ilegal o supresión del estado civil o de la identidad. “Estoy tratando de cambiar mi nombre por género, ejercer mi derecho de casarme con mi novia y tener su apellido”, cuenta Dante a Feminacida.
Recientemente obtuvo dictamen favorable en el Senado un proyecto de ley presentado por el Frente de Todos con el objetivo de eliminar la carga de los procesos judiciales, agregando dos causales más al artículo 69 del Código Civil y Comercial para cambiar el nombre y apellido sin intervención de la Justicia. Los agregados son: uno, por haber sido víctima de delitos contra la integridad sexual cometidos por alguno de los progenitores o ascendientes y el segundo, para los y las hijas de quienes hayan cometido femicidio.
A pocos días de las elecciones generales, Dante piensa estrategias para ir a votar igual a la escuela de Caballito, CABA, donde le tocaría, porque está cansado de tener miedo: “Si en estos días no me cambian el lugar de votación voy a pedirle a algunas amigas que si ven a mi progenitor lo detengan mientras voto. Pienso ir, votar, salir y filmarlo todo, dejar asentado que esto pasa”.
El celular y su cámara frontal seguirán siendo su salvavidas. “Cuando dejé el silencio de los secretos familiares atrás dije: si lo que más les molesta a ellos es que hable, voy a filmar todos y cada uno de esos traumas y voy a hacer justicia”.
Foto de portada: Micaela Arbio Grattone
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