Ken Cosgrove, publicista de la agencia Sterling Cooper, empieza a correr a Allison, una de las secretarias, en medio de las oficinas. Los demás empleados ríen y comienzan a gritar diferentes colores: “blancas”, “rosas.” Ken atrapa a Allison, la tira al piso y le dice convencido: “Puedes decírmelo o puedo averiguarlo. ¿De qué color es tu bombacha?” Ella, anonadada pero risueña, suelta un “qué” mientras Ken decide levantarle el vestido delante de todos y empieza a gritar “son azules.” Tanto hombres como mujeres ríen a carcajadas.
La serie Mad Men fue creada y dirigida por el escritor, director y productor estadounidense Matthew Weiner en el 2007. Está situada en los años 60' y a lo largo de siete temporadas representan una y otra vez distintas situaciones de acoso que incomodan al espectador actual e invitan a repensar cómo este tipo de escenas estaban tan naturalizadas en esa época. Sin embargo, las mujeres comenzarán a cuestionar este tipo de situaciones y a luchar por tener voz tanto en el ámbito profesional como familiar durante los 92 episodios en los que transcurre la serie que se puede ver por la plataforma Amazon Prime.
La mayor parte de la historia transcurre en la agencia de publicidad Sterling Cooper en la cual solo los hombres llegan a ser directores o creativos renombrados. Las mujeres sufren lo que hoy se conoce como techo de cristal y quedan relegadas a puestos menores: secretarías u operadoras.
Sin embargo, para esa época se estaba gestando la segunda ola de feminismo en Estados Unidos que cuestionaba la construcción histórica de los roles sociales que están condicionadas a ocupar las mujeres en la familia, el trabajo y la sexualidad; además de la lucha por el derecho al aborto. Mad Men toma estas ideas y comienza a reflejarlas a lo largo de las temporadas en las cuales sus personajes femeninos empiezan a hacerse lugar en ese mundo profesional tan machista.
La actriz principal de esta producción estadounidense es Elisabeth Moss, quien encarna el personaje de Peggy Olson, una joven que ingresa a Sterling Cooper como secretaria pero que lucha por mostrar su talento creativo para la publicidad y ocupar un puesto de mayor jerarquía. Su papel refleja entonces lo que sucedía en la sociedad en esa época: la segunda ola del feminismo irrumpía en la escena política.
Durante la primera temporada, Peggy participa en un focus group de labiales junto con todas sus compañeras. En un momento, ella suelta tímidamente una idea publicitaria a lo que uno de los creativos responde “¿quién te dijo eso?” y queda perplejo cuando se entera que se le ocurrió a ella misma.
Otro de los personajes más importantes de la serie es Don Draper (Jon Hamm), el creativo más importante de la agencia. “Soy exitoso, soy elegante, soy atractivo ante las mujeres'', así lo describe Matthew Weiner en una de las entrevistas al diario El País. Don muestra a lo largo de su historia las dos caras de su vida: exitoso y feliz en el trabajo; pero mentiroso e infeliz en su familia. Y con esa excusa que se internaliza en él, engaña a su esposa Betty Draper (January Jones) con un montón de mujeres mientras que ella se queda en la casa cuidando a sus hijxs luego de abandonar su carrera como modelo. “Mi madre quería que fuera hermosa para que así pudiera encontrar un hombre. No hay nada malo en eso. Pero, ¿entonces qué? ¿sentarme a fumar y dejarlo ir todo hasta que esté en un ataúd?”, explica Betty mientras demuestra cómo era la educación de la época pero también cómo de a poco se empezaban a cuestionar esos mandatos sociales.
Betty Draper encarna ese ideal de mujer de los 60: ama de casa, esposa, madre que comparte tips de belleza y recetas con su vecina pero que, a su vez, no se siente plena con su vida y no sabe el por qué. En La Mística de la Feminidad de Betty Friedan (1963), la autora explica que en la época existía un “malestar que no tenía nombre” y que era común a todas las mujeres que dedicaban su vida al trabajo doméstico no remunerado. La autora sostiene que esa sensación estaba producida por la búsqueda de la “realización femenina” y que se instauraba porque la mujer debía ser ama de casa, madre y esposa al mismo tiempo. Además debía encajar en los parámetros de belleza que vendían las revistas y publicidades.
Aunque Mad Men tuvo críticas por ser considerada una serie machista, hay una construcción con perspectiva de género a lo largo de las temporadas que muestra cómo las mujeres comienzan a luchar por tener una voz propia en el plano profesional y en la vida familiar. Además se pone en escena cómo desde el empoderamiento lograron desarticular las situaciones incómodas que atravesaban en el día a día y cómo interpelaron los mandatos sociales. Pero para comprobarlo hay que llegar a la temporada número siete.