La crisis política que estalló en Perú despertó la conciencia social de miles de jóvenes que pusieron el cuerpo en las calles. ¿Cuál es la visión de las mujeres que son protagonistas de la recuperación de la democracia peruana? En esta nota, activistas cuentan cómo están viviendo este proceso histórico.
Si bien transcurrió más de una semana de la asunción de Francisco Sagasti, como nuevo presidente provisional de Perú y parece que todo va en calma, muchos sucesos pasaron desde el 9 de noviembre, día en que el parlamento destituyó al presidente Martín Vizcarra por “incapacidad moral”.
Fragilidad institucional, ruptura entre el Poder Ejecutivo y Legislativo y modelos de construcción política de derecha fueron el cóctel explosivo para que una democracia débil se termine de quebrar.
Miles de ciudadanxs salieron a manifestarse durante varios días consecutivos, hasta que el presidente de facto Manuel Merino presentó su renuncia el 15 de noviembre. En este contexto, Inti Sotelo Camargo, de 24 años, y Bryan Pintado Sánchez, de 22, fueron asesinados por la represión policial el pasado 14 de noviembre.
El rol de los movimientos feministas
“Cada vez hay más mujeres organizadas, esta última movilización generó un quiebre histórico en el país. Las feministas marchamos, estuvimos en la primera línea desactivando las bombas lacrimógenas, buscamos a nuestrxs compañerxs en las comisarías. Estuvimos presentes con nuestros pañuelos -verdes y morados- y con nuestras ganas de que el Perú cambie de una vez por todas”, expresó a Feminacida Lucia Alvites, referenta y vocera del Movimiento Nuevo Perú.
Margot Chocce es militante feminista y joven indígena de Perú. Para ella, los feminismos tienen la función de alzar la voz con fuerza en esta crisis política. También, destaca que comparten carteles en quechua como estrategia de protesta en las redes sociales.
En este contexto, la juventud está cansada de la inestabilidad política (desde 2016 hubo cuatro presidentes) y, además, de que el congreso no haya desarrollado políticas públicas que beneficien al conjunto de la sociedad. “Durante estos cinco años no se ha meditado sobre la expedición del aborto, sobre las leyes a favor de la comunidad LGBTIQ, sobre el feminicidio”, declaró la joven Jhoss Rejas, estudiante de Derecho y activista en derechos de pueblos indígenas, que se manifestó en Lima.
La nueva constitución
"Perú, te quiero, por eso te defiendo"; "Merino, no es mi presidente"; "que se vayan todos los corruptos", fueron algunas frases que se escucharon en las calles de todo el país. Cambiar la Constitución fujimorista -en alusión al dictador Alberto Fujimori, - es lo que hoy desea el pueblo peruano.
Desde hace tiempo, los partidos de izquierda exigen que se elabore una nueva Constitución. Sin embargo, recientemente se transformó en una proclama popular. ¿Por qué motivo? “La Constitución del Perú tiene varios problemas: primero está el valor simbólico, ya que todavía rige la de 1993 que fue escrita por un gobierno de facto. En segundo lugar, a la derecha le sirvió porque reinaba el libre mercado, esto trajo un boom económico y el PBI creció de manera exponencial”, describió a este medio María, docente y desarrolladora de software. Ella es argentina y hace más de cinco años que vive en este país latinoamericano.
El crecimiento económico agrandó las brechas y las desigualdades entre las clases altas y las bajas. Eso es lo que los jóvenes no aguantan más. “Esta es la generación del bicentenario. Merino tiene que dar un paso al costado”, fue el tweet que escribió la socióloga Noelia Chávez, en la noche del 12 de noviembre. La publicación se viralizó y le dio nombre al sujeto político que encabezó las protestas.
“La Generación del Bicentenario es una narrativa política que resignifica un bicentenario cabizbajo, a partir de la movilización ciudadana, diversa y llena de jóvenes que logró ser un contrapeso decisivo para sacar del poder a una clase política, no solo débil sino podrida que quería desaparecer la frágil democracia que existe en Perú”, escribió Chávez en su red social Twitter.
“Perú es del pueblo, no de los políticos”
Las redes sociales, tales como Twitter y Tik Tok, tuvieron un papel fundamental para que lxs ciudadanxs se unan y salgan a protestar. No es la primera vez que estas herramientas sirven para estos fines. Si se viaja en el mapa, se recuerdan las manifestaciones de la Primavera Árabe del 2010 que se organizaron por Facebook. Allí el mundo árabe se levantó contra los regímenes dictatoriales instituidos desde hacía tiempo, en algunos casos por más de 30 años, con el objetivo de defender de la democracia y los derechos humanos.
En Perú, las movilizaciones continúan y los homenajes a los caídos siguen. El martes 17 de noviembre la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) denunció a Merino y a su gabinete "por la violenta represión hacia las marchas nacionales".
También la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sancionó las violaciones a los derechos humanos perpetradas en el contexto de las marchas sociales. Mientras que el jueves 19, el Tribunal Constitucional (TC) la institución que debía sentenciar sobre el golpe de estado decidió desentenderse del tema y no pronunciarse.
“Creemos que el Perú ha despertado, que va a ser bien difícil volverlo dormir. aquí estamos las feministas, estamos las y los militantes para poner el pecho y seguir luchando por un cambio de Constitución y por un Perú con justicia social y dignidad”, reflexionó Lucia Alvites de Nuevo Perú.
Como lo expresó la militante Margot, el rol fundamental de las feministas y la juventud es ser fiscalizadorxs de la democracia para que se respeten los derechos humanos. En este escenario complejo, la memoria es importante. Sin embargo, ¿qué pasa con las memorias feministas en los procesos de lucha? las curadoras mexicanas Roselin Rodríguez y Natalia de la Rosa plantean el término de despatriarcalizar el archivo. Sistematizar las conquistas y construir los propios relatos. En definitiva, de despatriarcalizar la historia, de eso se trata.