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Quintana Roo: hasta que el aborto sea ley en México

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Foto de portada: Cuartoscuro

Tras una extensa jornada verde en el Estado mexicano Quintana Roo y un gran apoyo latinoamericano bajo el hashtag #AbortoLegalQRoo, este martes el pleno del Congreso local rechazó con 7 votos a favor y 13 en contra la iniciativa aprobada horas antes en comisiones para despenalizar el aborto hasta las 12 semanas de gestación. El proyecto proponía la reforma del artículo 13 de la Constitución estatal y modificaciones a la Ley de Salud, al Código Civil y los artículos 92, 93, 94, 96 y 97 del Código Penal. Además, se votó que el dictamen no regresara a comisiones. 

“Lo que sucedió para nosotras es sin duda un triunfo, al menos para Quintana Roo, porque acá no se hablaba de aborto, se invisibiliza la violación a los derechos sexuales y reproductivos”, afirmó en diálogo con Feminacida Vanesa Gonzál Rizzo, presidenta de DAS Cancún e integrante de la Red Feminista Quintanarroense, un entretejido de movimientos civiles locales. “Es un triunfo porque las y los legisladores han mostrado realmente su cara y es una cara desinformada y repleta de prejuicios que criminaliza a las mujeres. Entonces, ha sido muy importante que el Congreso local se animara a hablar del tema”, celebró.

Como es sabido, proyectos como estos, que se enfrentan directamente al poder conservador, no triunfan por arte de magia, sino que se conquistan en las calles. El 27 de noviembre del 2020, la Red Feminista Quintanarroense tomó las instalaciones del Congreso por 95 días, lo que generó que después de muchos años de omisión legislativa se analice el proyecto sobre la Interrupción Legal del Embarazo. 

A pesar de que la iniciativa por el derecho a decidir de los cuerpos gestantes se viene presentando desde 2017, este martes fue la primera vez que la discusión por la interrupción del embarazo llega a las plenas del Congreso de Quintana Roo. “Por fin pudimos decir la palabra aborto y ponerla en discusión de la ciudadanía, no solamente de lxs legisladores”, indicó Gonzál Rizzo. 

En este sentido, Julia Escalante, abogada feminista a cargo de la coordinación regional del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos Humanos de las Mujeres (CLADEM), enfatizó la urgencia de la despenalización del aborto en el territorio. “Además de las leyes, se requiere que se despenalice socialmente, que se normalice en la vida de las mujeres que el aborto existe, que es natural y que no debe generar estigma. Es un derecho cuando así lo decides y el Estado debe garantizarlo”.

Por otro lado, la integrante de la Red Feminista local, afirmó que lo que sigue ahora es una ruta judicial: “Vamos a comenzar con los amparos y a insistir sin claudicar hasta que el aborto sea legal en nuestro Estado”. 

En el mismo sentido, sostuvo: “Las feministas estamos más organizadas que nunca y tenemos más fuerza que nunca a pesar de que haya sido agotador tomar un Congreso durante 95 días. Con todo ese cansancio, renovamos energía y vamos para adelante”.

Los desafíos

En México el aborto se regula a nivel local y según datos obtenidos del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), los 32 Estados federativos permiten la interrupción en caso de violación. 29 Estados la permiten en caso imprudencial, 23 en caso de que exista peligro de muerte para la mujer, 16 por alteraciones genéticas o congénitas graves, 16 admiten la causal de salud, 15 en casos de inseminación artificial no consentida, y 2 lo habilitan bajo la causal socio-económica. Sólo Ciudad de México y Oaxaca lo permiten con la voluntad de las mujeres y hasta las 12 semanas de gestación. 

Sin embargo, tal como explicó Escalante, existe una objeción de conciencia reconocida en la Ley General de Salud que vuelve las causales inoperantes en la gran mayoría de los casos. “La objeción de conciencia impacta directamente en el acceso al aborto legal. Existen dilaciones injustificadas, requisitos inexistentes, filtros de comités de ética ilegales y sobre todo un desconocimiento por parte de la población de sus derechos. Las mujeres, por el tabú y estigma que existe, no exigen en los servicios públicos el aborto, aún en los casos legales, acuden a servicios privados caros o a procedimientos inseguros, las más pobres” detalló la abogada.

Ante una necesidad concreta y una problemática real, las respuestas demostraron ser siempre feministas y colectivas. La masividad y las presiones del movimiento irán en aumento y las redes se seguirán entretejiendo. La marea verde no calla y no cederá hasta que que el aborto sea legal en toda la región.


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