Jessica Millaman es la primera mujer trans que cambió las leyes en el deporte argentino. La Asociación Amateur de Hockey sobre Césped y Pista del Valle le negó la posibilidad de ficharla en el Club Germinal de Rawson con el argumento de que existían "diferencias físicas". Jessica alzó su voz y logró que el Comité Olímpico Internacional cambiara las reglas. Hoy, gracias a su lucha en el deporte, abrió camino hacia la igualdad.
“Ser la protagonista de este cambio me hace una mujer muy feliz, di el primer paso y abrí la puerta a que realmente las personas trans pudiéramos jugar un deporte”, manifiesta en diálogo con Feminacida, con la alegría de quien alcanza un gran logro.
Una historia de resistencia
La historia de Jessica en las canchas de hockey comenzó desde muy pequeña en Chubut, su provincia natal. Cuando cumplió 10 años ya no se sentía cómoda de entrenar y jugar con varones, por lo tanto, se alejó del deporte.
Muchos años después, en 2012, retomó el hockey. Pero esta vez, de la mano de sus hermanas, sobrinas y compañeras, quienes la hacían sentir partícipe. “Fui super aceptada e incentivada para volver a entrenar, con ellas no hubo problema alguno”, cuenta Millaman. Fue en ese año que recibió su nuevo documento con su nombre de mujer bajo la Ley de Identidad de Género (Ley 26.743).
Tras ese derecho otorgado y con el apoyo de sus compañeras volvió a jugar y pasó a ser la primera chica trans en competir profesionalmente. Tiempo después tuvo que mudarse a Buenos Aires. En el 2014 regresó a Chubut y cuando quiso volver al club Germinal de Rawson no le renovaron su fichaje sin motivo alguno: “No me daban ninguna explicación, yo lo tomé como una falta de respeto y discriminación”, señala.
Jessica, al sentirse vulnerada, expuso su caso en internet y se hizo viral. A los pocos días recorrió el mundo y el juez Martín Alesi falló a su favor diciendo que el club debía ficharla en menos de 24 hs o cada integrante de la Federación pagaría una multa de treinta mil pesos diarios.
A pesar de la rápida resolución, la jugadora tuvo que pasar por momentos que la marcaron, pero cuenta que la motivaron a no quedarse callada para que ninguna persona más tenga que pasar por ésta y otras tantas situaciones de discriminación y exclusión que viven las personas trans hoy en día.
De la lucha individual a la colectiva
El caso de la jugadora marcó un antes y un después en la historia del Hockey y logró que la Confederación Argentina de Hockey sobre Césped y Pista (CAH) adoptara los lineamientos del Comité Olímpico Internacional (COI) sobre el cambio de sexo e hiperandrogenismo, que dejaron asentado en 2015 que todas las mujeres trans “son elegibles para competir en la categoría femenina”.
La chubutense peleó por ella y por todas las personas que se encuentran en su situación y que hoy pueden jugar al hockey avaladas por la Ley de Identidad de Género. “Me costó caer en la realidad y darme cuenta de que logré algo histórico. Hoy soy consciente, trato de disfrutarlo y llevar el tema a todos lados de la mejor manera. Que las personas se puedan empapar más en el tema antes de juzgar me hace enormemente feliz”, expresa Millaman.
A raíz de su situación tuvo una mención especial en el Congreso de la Nación, y a partir de ahí le llegaron algunas propuestas para trabajar su caso desde otra perspectiva. Todavía queda mucho por hacer y sostiene que el Estado debe garantizar que los derechos del colectivo LGBTTIQ+ no continúen siendo vulnerados.
“Empezar a dar charlas, que lxs integrantes de los clubes -tanto presidentes como todas las personas que lo conforman-, estén capacitadxs en el tema es una de las herramientas que se pueden usar para que haya cambios verdaderos en el deporte”, propone Millaman y afirma: “En mi momento no se supo cómo tratar por eso hubo tanto discriminación y falta de respeto hacia mi persona”.
Actualmente vive un contexto en el que siente acompañada, donde las luchas dejan de ser individuales y los logros pasan a ser colectivos. Para Jessica esto un partido ganado. Toma con calma su intención de volver a jugar en algún club porque su objetivo principal está cumplido.
No es la única mujer para la cual fue imprescindible que el deporte reconociera su identidad de género. En diciembre del año pasado Mara Gómez se convirtió en la primera futbolista trans en jugar de manera profesional en Argentina. La tenista Mia Fedra ocupó el tercer puesto en el Ranking Senior Nacional Femenino de la Asociación Argentina de Tenis, mientras que la brasilera Tifanny Abreu pasó a la historia por ser la primera trans en participar de la Superliga femenina de vóley.
“Cada vez que entro a una cancha recupero un año de vida, de esos tan oscuros que me quitaron hace 20 años atrás cuando recién me hacía cargo de ser una chica trans. El hockey para mí es una expresión de libertad”, concluye Jessica en diálogo con este medio.