Mi Carrito

Triciclas: arte en movimiento para las infancias

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“Y cada casa es un mundo

y el mundo está cambiando.

Y que cambie no más

Que se ensanchen las casa

Que pronto se abrirán”.

Tomar un té en un bar, esperar el colectivo y jugar en la vereda son algunas de las escenas de la vida cotidiana que Triciclas elige retratar en sus espectáculos coloridos, donde se entrecruzan cantos, bailes e instrumentos musicales. Sus letras también hablan de duelos, ausencias, y hoy del aislamiento en las casas. “¿Qué niñe queremos ayudar a ser y a crecer?”,  fue la primera pregunta que se hicieron Nadia, Luján y Ana cuando se conocieron en sus trabajos docentes con las infancias. Desde el comienzo, en 2017, se pensaron como tres.

En esta entrevista con Feminacida, las integrantes de la compañía relatan sus experiencias. A lo largo de su recorrido, distintas preguntas y reflexiones guiaron la composición de letras y puestas en escena. Acompañar a sujetxs autónomxs, a seres sensibles para que puedan ser libres con confianza en sí mismxs y en sus entornos diversos es el deseo de Nadia, Luján y Ana que forman Triciclas.

¿Cómo fueron sus recorridos antes de Triciclas?

Las tres somos docentes. Específicamente, Luján Castro es instrumentista y profesora de música. Nadia Puértolas es profesora de nivel inicial, artista plástica y cantora. Ana Esmok Lew es actriz y clown. En el proyecto, Luján es la multiinstrumentista, Nadia la voz principal que acompaña con accesorios y percusión; y Ana es “Margarina”, la protagonista que sostiene el espectáculo desde lo escénico. 

Al momento de componer y armar los espectáculos, ¿qué las moviliza e inspira? 

Cuando pensamos un espectáculo y componemos nuestras canciones, elegimos qué queremos decir, y hablamos sobre todo de situaciones de la vida cotidiana. Pensamos que una pedagogía para las infancias tiene que permitir que les niñes sean protagonistas, y desde allí habilitarles la palabra, la poesía, el arte, la música, los múltiples lenguajes y saberes para que puedan desplegar aquello que son, que piensan y que sienten.

¿Qué infancias piensan e interpelan con su arte?

Para nosotras, hablar de infancias nos compromete como adultes a ir al encuentro de un montón de experiencias heterogéneas y múltiples de la niñez. Poder reconocerlas, estudiarlas, validarlas y hasta denunciarlas. Pensamos en las diversas infancias. En les gurices que caminan horas para ir a la escuela, en les que aprenden el oficio de sus familias desde muy pequeños y ayudan en el trabajo. También, pensamos en las infancias trans y toda la complejidad de una sociedad que recién ahora empieza a reconocer que esto es, y que hay que darle entidad y visibilidad. Pensamos en les millones de niñes que viven en la pobreza, y nos negamos a pensarlo como un número estadístico. No podemos nombrarnos como artistas para las infancias sin tener siempre presente estas y otras realidades. Por eso cuando queremos hablarles a las infancias es importante abrir el abanico lo más que se pueda.

¿Hay una búsqueda por incorporar la perspectiva de género en su música? ¿Cómo es, y atraviesan, ese recorrido?

La obra está llena de guiños que ponen de manifiesto nuestro recorrido en este tema. Por ejemplo, hay un chiste en medio de la obra que hace al público estallar en aplausos. Ana recita el trabalenguas “María Chucena techaba su choza…” y después de decirlo rapidísimo la gente la aplaude y Ana los corta en seco y se pregunta: “¿Por qué María Chucena tenía que llamar a un techador para arreglar el techo? Las mujeres podemos techarnos el techo solas, vengan todas mis amigas, traigan el cricket y el cemento que lo hacemos nosotras.” También, ridiculizamos y elegimos poner de manifiesto situaciones cotidianas que no suelen estar presentes en espacios escénicos. Tenemos un disco grabado, y el último tema es una retirada, estilo murga marcha camión. En el disco la grabamos con pronombres masculinos. Un año después se nos hizo imposible seguir cantándola así, entonces en vivo la cantamos con lenguaje inclusivo. La letra habla de muchos, muchas y muches; también de otros, otras y otres. Es nuestra decisión y la sostenemos como fundante del arte que hacemos.

 ¿De qué modo cuestionar este mundo desde el arte?

Quien no entiende que la principal batalla es la cultural, y que es desde ahí que los pueblos se piensan, se sueñan, se evocan y se proyectan, ve con ojos entrecerrados. Para nosotras, el arte tiene que ser resonador de las vivencias más profundas y sentidas de las infancias (en nuestro caso) y de los pueblos. El resonador hace que aquello que vibra suene, y se escuche. Entonces si lo que cantamos, escribimos, pintamos, o bailamos, no resuena en las vivencias colectivas, pasa a ser un hobby, una actividad de disfrute personal. Cuando pensamos en qué decir de la cuarentena, discutimos entre nosotras, y durante varias semanas no realizamos contenidos. Pensamos que decir “quedate en casa y cuídate” no alcanzaba. Si bien es cierto, y es lo que todes sostenemos, no es tan sencillo para todas las infancias quedarse en casa y cuidarse, y no nombrar las dificultades de la cuarentena y explicitarlas es negarles a les niñes y pibes la palabra, y el poder nombrar lo que muchos de elles viven.

¿Cómo dialoga su propuesta con el espacio educativo?

Fuimos a muchas escuelas y jardines. Amamos ir a las escuelas porque valoramos, defendemos, y trabajamos en la escuela pública. Una vez fuimos a una escuela primaria, y la directora tuvo la idea de sentar a séptimo grado en primera fila para que “se portaran bien”. En una parte del espectáculo la protagonista camina entre el público buscando al monstruo que cree ver pero no encuentra; y ese día fue hacia un chico de séptimo grado y le pidió que abriera su mochila. Ante la sorpresa de les pibes, Ana insistía y finalmente todes decidieron mostrarle la mochila. Con sus trece años tomaron protagonismo en la escena. Fueron parte, y para nosotras siempre tienen que ser parte, tengan la edad que tengan.

¿Qué desean para las infancias?

Deseamos que les niñes sean niñes. Que jueguen, que bailen, que se raspen las rodillas jugando, que se rían, que lloren; y tengan cerca el abrazo de un adulte que contenga y acompañe. Deseamos que no se vulneren sus derechos, que elles los conozcan, y que les adultes nos indignemos cada vez que los vemos vulnerados. Creemos importante que les adultes nos organicemos colectivamente para garantizarles todo lo que necesitan para desarrollarse íntegramente.

Para conocer más y escuchar la música de Triciclas + Redes:

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