Las páginas que esperábamos. Feminismo y ambientalismo es uno de los capítulos del libro Politizar el ambiente, ambientalizar la política, compilado por Julián Monkes. Fue producido por Natalia Alonso y Micaela García, ambas licenciadas en Ciencias Ambientales. El artículo deja muchas reflexiones enhebradas, para coser parches entre áreas de política, género, racismo, economía junto con la cuestión ambiental. Busca sacarla de ese placard con objetos valiosos - que no sabemos cómo combinar con otros- y guiarnos con la trayectoria del feminismo para darles el uso necesario.
Para este análisis, las autoras repasan la connivencia de las desigualdades de género con las ambientales, que se perpetúan y retroalimentan. Brindan ejemplos esclarecedores que las manifiestan, como la persecución de activistas ambientalistas mujeres, y la coincidencia de las rutas de actividades extractivas de recursos naturales en sitios recónditos, con las de tráfico ilegal de mujeres para su explotación sexual.
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Natalia Alonso y Micaela García lo dejan muy en claro: la desproporcionada masculinización de las actividades extractivas, sumado a su mal pago y condiciones de explotación, genera un aumento de la trata de personas para "garantizarles" la satisfacción de sus necesidades sexuales. Algo así como un beneficio laboral, pero de muy mal gusto. ¿Más ejemplos? En este episodio del podcast La Cruda se evidencia este vínculo de actividades - portuarias en este caso- con el aumento de la trata. Con estos puntos, se trazan líneas para conectar estas problemáticas - que a menudo se abordan de manera separada- y así guiar la formulación de políticas precisas.
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Luego, retoman estas analogías para buscar la propuesta. Inquietan el entendimiento del movimiento ambientalista mientras operan al feminismo a corazón abierto. ¿Qué nos enseña la trayectoria del feminismo en cuanto a su instalación en la arena política?
Las autoras indican la dirección de las agujas de la brújula: la tolerancia de la heterogeneidad de pensamiento sobre “el” ambiente para trabajar las diferencias hacia adentro del movimiento, sin perjudicar su desarrollo hacia afuera. Su revisión del liderazgo y la conformación de estructuras en el activismo ecofeminista, son solo algunas de las demás temáticas que exponen para orientar la evolución del ambientalismo hacia un horizonte con justicia ambiental.
En esencia, este capítulo recoge varios interrogantes presentes en grupos de trabajo puramente ambientalistas o feministas. Si ambos movimientos buscan la transversalidad, ¿cómo orientamos el trabajo de manera concreta? ¿Es sostenible un movimiento retenido en su purismo de ideales o la falta de estructura? A través de estas preguntas, va ofreciendo reflexiones para respondernos y precisar el camino pendiente desde la perspectiva de género hacia el foco del libro: ambientalizar la política.